Soledad Loaeza expresa lo que piensa y siente ante el movimiento democrático que se lleva a cabo en la ciudad de México. Debo advertirles que lo que esta señora piensa y siente da una sensación de vómito casi incontenible, representa con pelos y señales uno de los escritos más reaccionarios, es una inconsciente que no conoce la realidad de nuestro país en absoluto, ni siente amor por nadie, ni por ella misma por consecuencia. Pero vale la pena leerlo (yo creo que por eso publica en La Jornada/10 de agosto) porque así tenemos de bulto a lo que nos enfrentamos.
Pues va la respuesta de alguien que está de acuerdo con el movimiento por la democracia que dirige AMLO, a cada una de sus aseveraciones y con sus palabras:
S.L.: El Distrito Federal es una ciudad ocupada. Desde hace ya tres semanas los lopezobradoristas están instalados a lo largo del Paseo del Reforma en una operación que nos divide, obstaculiza el tráfico, restringe la libre circulación de personas, incide sobre el buen funcionamiento de establecimientos comerciales.
R: En efecto el Distrito Federal es una ciudad ocupada por mexicanos. Desde hace menos de dos semanas (no tres), los demócratas (no sólo lopezobradoristas) están instalados a lo largo de Paseo de la Reforma en una operación que nos une (no nos divide) en la defensa de la democracia para que no obstaculicen el derecho que tenemos a que nuestros dirigentes sean aquellos por quienes la mayoría votó, (más importante que el tráfico) y no restrinjan nuestras libertades como ciudadanos (las personas pueden circular incluso más libremente) para que no incidan sobre el buen funcionamiento de nuestra Constitución (que está por encima de los establecimientos comerciales).
S.L.: Esta operación se ha impuesto como una medida de fuerza sobre los habitantes de la ciudad que por diferentes razones no compartimos la causa de AMLO. Los ocupantes cuentan con el apoyo de servicios y servidores públicos que responden a sus necesidades y a las de su líder.
R: Esta operación se ha impuesto como una medida de resistencia civil pacífica (no como una medida de fuerza), por el intento de la oligarquía mexicana de imponer a un candidato en la presidencia que ha cometido todo tipo de delitos, antes, durante y después de la contienda electoral, sobre las autoridades antidemocráticas . En múltiples ocasiones AMLO les ha pedido su comprensión a los ciudadanos y se los ha explicado. A nosotros la única explicación que se nos ha dado por no aceptar la imposición es que somos “renegados”. Los “ocupantes” contamos con el apoyo de servicios y servidores públicos que responden a nuestras necesidades justo como debían hacer todos los servidores públicos que para eso son servidores.
S.L.: También ha quedado fuera del espacio público y bajo el control de un partido político la avenida emblemática de la capital de la república, al igual que lo está el Zócalo, aunque desde hace muchos años éste dejó de ser la plaza en la que nos reconocemos todos los mexicanos.
R: La “emblemática avenida”, Reforma, al igual que el Zócalo, siguen siendo espacios públicos que históricamente representan los derechos ciudadanos y la soberanía de la república y no existe ninguna prohibición para que se reúnan ahí los otros partidos (no está bajo ningún control); y si desde hace muchos años dejó de ser la plaza en la que se reconocen “todos los mexicanos” ha de ser porque hay mexicanos que debido a sus prejuicios racistas y clasistas han perdido identidad y ahora prefieren ir al Starbucks.
S.L.: Como ocurre en todas las ciudades ocupadas, en poco tiempo se ha instalado la rutina, sólo que en nuestro caso los ocupantes han logrado hacerlo con más celeridad que los demás. Debe ser la costumbre. En unas cuantas horas armaron tiendas de campaña, mesas de comedor, sillas, catres, televisiones, conexiones eléctricas, baños portátiles, con ciencia y paciencia colocaron televisiones, mantas, pancartas, áreas de juego para preescolares, colchonetas de yoga, y zonas de esparcimiento donde unos cuantos ocupantes matan el tiempo con partidas de dominó y de ajedrez, aprenden a pintar por número, toman bebidas de moderación, echan una cascarita, bailan o dormitan plácidamente mientras llega la comida. Para muchos de ellos, si no es que para todos, estos días han sido una temporada vacacional memorable. La prensa publica imágenes de una kermés, poco concurrida tal vez, pero no hay duda que los ocupantes se entretienen, mientras los habitantes de la ciudad prensan las manos en el volante o se amarran la lengua para controlar el enojo que les produce la impotencia.
R: Esta ciudad no está “ocupada”, puesto que los habitantes que están en ella son mexicanos y este país es México, por ello se han instalado y han establecido su rutina con celeridad, si fueran extranjeros entonces sí estaría ocupada y les hubiera tomado mucho más tiempo instalarse. “Debe ser la costumbre”, ¿la costumbre de qué, de andar ocupando ciudades? Eso es una pendejada. Pareciera que todo lo que han hecho en tan poco tiempo alterara el ánimo de Soledad, no sé qué de malo puede tener hacer pancartas que expresan su sentir, pintar, jugar ajedrez, las áreas de juego para preescolares o hacer yoga, por lo menos no se meten coca, se drogan en antros elegantes, ni se dedican a explotar o a robar a nadie como lo hacen muchos que están en sus casas de Polanco y Santa Fe. Por otra parte, esta mujer piensa que estar durmiendo en colchonetas sobre el pavimento, lejos de sus hogares, con frío y bajo la torrencial lluvia que ha asolado la ciudad es como una temporada vacacional memorable, claro, ha de creer que total esa bola de mugrosos sin oficio ni beneficio deben estar encantados de estar viviendo en las calles. Y eso de que esperan plácidamente a que llegue la hora de la comida, seguramente piensa que unos meseros les traen la comida del restaurante, y por otra lado, ¿qué hay de las actividades? Por fin, ¿tienen o no tienen? Mientras, los otros habitantes de la ciudad, (porque se le olvida que los del plantón de Reforma también lo son), prensan las manos en el volante (porque ellos al menos tienen auto) o se amarran la lengua para controlar el enojo que les produce la impotencia que sienten de no poder mentarles la madre y fusilarlos porque parece que no son tan pocos ¿verdad?
S.L.: La tranquilidad que se respira en la zona de ocupación es envidiable para los demás que, en cambio, tenemos que hacer despliegue de ingenio y perseverancia para llegar a los compromisos de trabajo o a las citas familiares que nos obligan a atravesar la zona de ocupación. No sólo eso. A diferencia de los ocupantes, los demás vivimos en la incertidumbre. Esta reacción es un éxito para la estrategia del vocero Fernández Noroña, pues ése es justamente su objetivo. Cada vez que habla nos advierte con tono más que intimidatorio que lo que estamos viviendo hoy es poca cosa frente a lo que viene. No sabemos qué sigue, pero nos han dicho que será peor. De manera inevitable un sentimiento de inseguridad, así sea mínimo, asalta a todo aquel que no es ocupante y que se atreve a caminar por la zona restringida.
R: La tranquilidad que se respira en la “zona de ocupación” (y dale con la zona de ocupación, pero si son mexicanos, pues en que México vivirá que no los reconoce) es envidiable porque quienes luchan por una causa noble tienen su conciencia tranquila. Los otros tienen que hacer despliegue de ingenio y perseverancia, ¡que bárbaros! ¡qué ingeniosos!¡y que perseverantes! ¡Ven cómo le hacen para llegar a sus compromisos de trabajo o a las citas familiares sin pasar por Reforma! ¡Guau! ¡Y eso que sólo cuentan con cuatro o cinco vías alternas! El objetivo de la resistencia civil pacífica no es que los habitantes de la ciudad vivan en la incertidumbre sino que cuenten los votos: VOTO POR VOTO, CASILLA POR CASILLA, ¿por qué no se habrá enterado? Y que no se preocupe la señora Soledad, no le va a pasar nada, es un movimiento pacífico como ya se ha demostrado, nadie va a atentar en contra de su seguridad, es más, la zona es más segura ahora que están los campamentos que antes, según reportes de la policía. Los que más riesgo corren son los del plantón, ellos sí pueden enfermarse debido a gente que les lleva agua con cloro o por automovilistas que decidan entrar a los campamentos para atropellarlos, como ya ha sucedido.
S.L.: Es cierto que en general los ocupantes simplemente ignoran a los transeúntes, pero uno los ha visto tan fieros, el discurso de su líder tiene un tono tan combativo, sus denuncias contra quienes no piensan como él son tan rabiosas – y cada día más -, que uno camina temeroso de que lo identifiquen como alguien ajeno a ellos. Bajo la mirada complaciente que la autoridad sostiene sobre los ocupantes, los demás nos sentimos por completo desamparados. Habrá quien considere que quizá lo mejor es unirse a ellos, por lo menos para recuperar el sentimiento de seguridad que nos ha regateado la ciudad desde mucho antes de que todo esto ocurriera, y que ahora se ha acrecentado. Entre los más desesperados surge la tentación de pedirle a TEPJF que ya, que le reconozca a AMLO todos los votos que él quiera, que lo declaren presidente, y nosotros nos comprometemos a no volver a votar nunca más para no provocarle disgustos.
R: Que bueno que acepte que los “ocupantes” ni se meten con los demás, pero eso de que los ha visto “tan fieros” ¿cuándo? Porque los reportes de agresión que existen son de parte de los panistas, no de los del movimiento democrático . Y si le parece que nuestro líder tiene un tono tan combativo y sus denuncias son tan rabiosas, debe ser cuando está hablando de las injusticias y las humillaciones a las que han sometido al pueblo mexicano por décadas por lo cual tiene toda la razón, y si ella camina temerosa ha de ser porque alguna culpa tendrá y porque se siente ajena a un movimiento que no entiende porque no tiene la menor idea de lo que son los principios y las convicciones. Pero que no se le vaya a ocurrir a hacerse como que se une al movimiento porque entonces sí va a recibir agresiones de los de su clase, claro. Seguro que ella se sentiría más segura si la policía los agarrara a toletazos, los violara y los encerrara en la cárcel como en Atenco. Le explico, la inseguridad proviene de la injusticia social, económica y política a la que se ha sometido a la mayoría de la gente, esa es la causa de la delincuencia, y esos “ocupantes” en el fondo están luchando para que ella pueda sentirse más segura. AMLO no quiere que le reconozcan los votos que “él quiera” sino los que le corresponden porque está defendiendo la DEMOCRACIA, que ella haga lo que se le de la gana, vote o no vote, pero si lo hace, gracias a nuestra lucha su voto será contado y no nos provocara ningún disgusto.
S.L.: Más allá de estas reacciones de desesperación, los habitantes de la ciudad no participamos en la ocupación estamos luchando por desarrollar una rutina. No será tan difícil. Durante ya casi 10 años los gobiernos perredistas nos han sometido a un duro entrenamiento en el que hemos aprendido a esperar pacientemente mientras los paristas hacían machincuepas sin ton ni son en la vía pública o los quejosos de todo el país eran bienvenidos al Zócalo por las autoridades locales, que les prometían resolver conflictos que nada tenían que ver con la ciudad. Una vez aquí los arropaban, les daban una plataforma para protestar contra las autoridades federales y los integraban a sus huestes. Enorme disciplina desarrollamos los defeños durante la construcción del segundo piso del Periférico, entonces, como ahora vivimos muchas horas atorados en enredados embotellamientos, en cortes de calles, controlando los nervios, el cansancio y todo aquello que pone diariamente a prueba las reglas de convivencia. Ahora de nuevo nos hemos visto obligados a reorganizar nuestros calendarios, horarios y trayectos, a modificar nuestra rutina de trabajo o de diversión; pero seguramente lo lograremos. Aprendimos a ceder, respondimos con flexibilidad. Es seguro que volveremos a votar.
R: Digamos que hay algunos habitantes de la ciudad que no participan de la “ocupación” se desesperan y luchan por desarrollar una rutina (como los otros) sólo que la suya es totalmente egoísta, por lo tanto, en efecto, no es tan difícil, pero por lo mismo los lleva a la intolerancia. Durante casi 10 años los gobiernos perredistas han tenido que recibir a mexicanos que vienen a la capital a ver si el gobierno federal les hace caso, vienen con una gran cantidad de protestas por promesas no cumplidas, por engaños, por explotación, por injusticia y por una serie de calamidades. Seguramente la señora Soledad preferiría que no los “arroparan” y los recibieran a punta de cañón, que no los integraran a sus huestes sino que los encarcelaran por mugrosos que nada más andan dando “machincuepas sin ton ni son”, para que los defeños y eso los que tienen automóvil pudieran andar tranquilos sin tener que reorganizar sus calendarios, horarios y trayectos a su trabajo y a su diversión, dejando que los otros se murieran en prisión. Y bueno, también el gobierno de la ciudad les hubiera pagado unas vacaciones en Bali mientras construían el segundo piso del Periférico para no sufrir embotellamientos y regresar a transitar sin tanto tráfico.
Eso es lo que piensan los reaccionarios y seguro todas mis respuestas chocan contra un muro de egoísmo, falta de amor por sus semejantes y mala voluntad.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario