Sique
En la Jornada aparecen hoy dos artículos de opinión, valiosos en el sentido de que debemos escuchar argumentaciones que apuntan a la concordia calderonista, por eso de que hay que escuchar el otro punto de vista, ya sea para rectificar o para fortalecer el que ya se tiene.
No reproduzco en este espacio la totalidad de ambos artículos pero pueden ustedes consultarlos. Sólo sintetizo lo sustancial para comentarlo.
El Sr. Heriberto M. Galindo Quiñones titula su texto "Calderón y AMLO, del pospretérito al futuro". En síntesis lo que se plantea es que: "para Felipe Calderón Hinojosa y Andrés Manuel López Obrador no cuenta el hubiera, y lo que hay para ellos y para los mexicanos es un sólo futuro" y que aunque haya mucha gente insatisfecha con el dictamen que el IFE y el TEPJF dieron respecto de la elección, "aceptemos que no hay comicios perfectos e inmaculados, (magistrada Alfonsina Navarro dixit) y que los nuestros no fueron la excepción" que es indispensable que se acate la ley, "y que se incorporen al Plan Nacional de Desarrollo las mejores propuestas contenidas en las plataformas de todos los candidatos que buscaron la Presidencia de la República"; que se le tome la palabra a Fecal y que se le condicione el respaldo, "a que se conduzca con patriotismo, espíritu de inclusión, rectitud, honradez y capacidad".
Es decir, que los mexicanos aceptemos que los comicios fueron imperfectos y cochinos, ¿empezar a construir sobre la imperfección y el cochinero? Según tenemos entendido todo lo que se construye debe iniciarse sobre una base sólida y limpia, sobre todo cuando hay en gran parte de la población la consciencia de la susodicha suciedad. ¿Cómo se puede acatar una ley que está a favor de la injusticia? ¿qué no las leyes se hicieron para hacer justicia y sin ésta dejan de tener un sentido social? ¿Cómo se pueden incorporar al Plan Nacional de Desarrollo dos plataformas opuestas? ¿y cómo se le puede tomar la palabra a un individuo que no la tiene y menos, condicionar al patriotismo, el espíritu de inclusión, rectitud, honradez y capacidad a un individuo que ha demostrado con creces que es un traidor con espíritu excluyente, torcido, deshonesto y tramposo e incapaz?
¡Válgame con la ingenuidad del Sr. Galindo Quiñones! De todas formas apreciamos sus buenas intenciones en el caso de que esto sea así y no esté solo reproduciendo el discurso hipócrita de la derecha.
Vamos ahora con el de León Bendesky de "Sigue la disputa". Después de señalar todas las irregularidades que ya sabemos y de un dictamen que califica como: "No es una buena sentencia en términos cívicos", nos invita a reflexionar sobre los errores de la Coalición que "no fue capaz de sostener su ventaja y de ganar de modo decisivo". Es decir, si es un dictamen fallido y hubo forma de hacer trampa, ¿el error fue de la coalición por no sostener una ventaja más amplia y ganar arrolladoramente para que no la pudieran hacer? Y por otra parte, ¿cómo sabe que no hubo esa amplia ventaja? Porque según los cálculos proyectivos de Claudia Sheinbaum puede que la ventaja haya sido de dos millones de votos. ¿El Sr. Bendesky está suponiendo que el error de la Coalición fue no haber ganado por más de dos millones de votos? Esto sí que es un razonamiento extraño que no sé como calificar, es algo así como culpar a la mujer violada de su propia violación porque su vestido era escotado o decir que los culpables del holocausto fueron los judíos por no haberse defendido.
No, señores, sus argumentos no me convencen. Ratifico mi postura, la democracia no se puede construir a partir de un fraude y los culpables de éste no es la Coalición sino quien lo perpetró, el partido acción nacional.
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