Andrés Manuel López Obrador en la Asamblea de ayer en el Zócalo. Foto: Carlos Ramos Mamahua
"Aspiramos a vivir mejor y a que el dinero no triunfe sobre la moral del pueblo"
"Millones de mexicanos sienten que ya no es posible vivir en la simulación", asegura.
ENRIQUE MENDEZ
La Jornada
Cuando faltan sólo unos días para la convención nacional democrática (CND), Andrés Manuel López Obrador apuntó que la finalidad central de esa asamblea será "sentar las bases para iniciar el proceso de construcción de una nueva República" y hacer a un lado la farsa democrática para hacer valer -dijo- una real, auténtica, verdadera, que surja del poder popular.
Ayer, en el día 43 de la resistencia civil, que se prepara a conmemorar el 196 aniversario de la Independencia con una verbena y el Grito la noche del 15, el político tabasqueño insistió en la disyuntiva a la que se enfrentó el movimiento.
Porque, explicó, además de que fue injusto que le robaran la elección mediante un fraude, se dejó la responsabilidad de conducir la resistencia con gente molesta e indignada por el atropello; había que darle una salida no violenta, aunque tampoco pasiva.
"Si aprieta uno mucho y se desborda el movimiento, se genera violencia y entonces no sólo nos acusarían, nos culparían, sino que a la gente le da miedo, y en vez de avanzar retrocedemos", expuso.
Desde su auditorio, varias voces se levantaron: "¡No tenemos miedo!" López Obrador reconvino: "Eso no, ustedes no tienen miedo, pero mucha gente sí tiene alguna preocupación por la violencia, por eso hemos sostenido que este es un movimiento de resistencia civil pacífica".
Así que, continuó, tenía que cuidarse que la protesta contra el fraude electoral y la imposición no se desbordara. El otro extremo del dilema, agregó, era no hacer nada, actuar con quietud y pasividad. "Quedarnos cruzados de brazos y entonces surgiría la sospecha y se daría pie para que nuestros adversarios, que pudieran acusarnos de violentos si se desbordara, también nos acusaran de traicionar al movimiento", planteó.
"Lo mejor de la historia política"
El equilibrio entre los dos extremos fue, reconoció, la convocatoria a la CND que "va por buen camino, se encontró la salida y será muy productiva". Refirió entonces que para la convención no se sigue el esquema de "lo políticamente correcto", sino que además de innovar, este ejercicio se realizará a partir de la realidad nacional, que tiene como antecedente lo mejor de la historia política mexicana.
Volvió a remitirse al fundamento constitucional de la CND, a la redacción del artículo 39 de la Constitución, donde se establece que la soberanía reside en el pueblo y que tiene el derecho inalienable de modificar su forma de gobierno, pero reconoció que a él le gusta más la redacción del mismo apartado de la Constitución de Apatzingán de 1814, en el cual se define que los ciudadanos podían "establecer el gobierno que más les convenga, alterarlo, modificarlo y abolirlo cuando su felicidad lo requiera".
Ese concepto, señaló, se abandonó en el discurso político y será rescatado por la convención. "Porque la esencia de todo lo que hacemos es para procurar la felicidad de nuestro pueblo".
Entró entonces a explicar el sentido de la CND, que se realizará el sábado después del desfile militar, y explicó que se proclamará la construcción y establecimiento de una nueva República, porque millones de mexicanos sienten que ya no es posible vivir en la simulación.
"El actual régimen político está podrido de corrupción, influyentismo e impunidad. Las instituciones están al servicio de una minoría rapaz y con el fraude electoral quedó de manifiesto que un grupo de privilegiados mantiene tomadas las instituciones y no les importa pisotear la voluntad constitucional, cuando está de por medio la defensa de sus intereses", afirmó.
López Obrador detalló después que la construcción de esa "nueva República" implica el establecimiento de cuatro condiciones básicas, que tienen fundamento en lo que fue su plataforma de campaña.
La primera, definir una nueva economía, porque la actual política en la materia no funcionó para impulsar el crecimiento y la generación de empleos, y los que existen son con salarios humillantes. Refirió que, según cifras oficiales, 85 por ciento de los mexicanos tiene ingresos menores a cuatro salarios mínimos, es decir, ganan menos de 5 mil 400 pesos mensuales.
En segundo lugar, una nueva forma de hacer política, no sólo para dejar a un lado a los políticos tradicionales, sino para dar paso a una nueva generación con principios, dimensión social, honestidad, austeros y con autoridad moral.
La tercera cuestión, explicó, es definir una nueva condición social, porque no es posible que unos cuantos lo tengan todo y la mayoría carezca de lo indispensable, y para ello se requiere un estado de bienestar, igualitario y fraterno.
En la "nueva República", agregó, también se requiere una legalidad distinta, y consideró inaceptable que la justicia sólo sirva para legalizar los despojos y garantizar impunidad a los delincuentes de cuello blanco.
"En suma, con la convención vamos a inaugurar una etapa nueva en la vida pública. No sólo se trata de mejorar las condiciones materiales, mucho menos de frivolidades y ambiciones personales. Se requiere emprender una transformación tajante; aspiramos a vivir mejor y a que el dinero no triunfe sobre la moral del pueblo", expuso.
Como lo había hecho al inicio de su discurso, pidió a sus simpatizantes mantenerse firmes. "No tenemos nada que temer. Vamos a salir bien, porque tenemos al pueblo, la gente está con nosotros. Este movimiento aglutina a mucha gente, no sólo con imaginación y talento, sino con principios, ideales, convicciones y buenos sentimientos. ¡Por eso no vamos a fracasar!", exclamó.
Hoy, ofreció, se darán las últimas cifras del registro de delegados a la convención, que hasta este lunes rebasaba los 500 mil, y convocó nuevamente a la solidaridad para que los participantes provenientes de los estados puedan viajar en grupo para llegar el sábado. Inclusive, recibió un reporte de que desde Baja California 100 personas compraron, de sus bolsillos, los boletos de viaje.
Antes que él, Jesusa Rodríguez anunció que el 15 de septiembre se realizará un espectáculo monumental, no visto antes, para celebrar las fiestas patrias en el Zócalo, no sólo porque se invitó a figuras reconocidas, sino porque participarán "los más sobresalientes del pueblo, para que se acabe la tonta idea de que hay artistas y gente. Este es un pueblo de artistas".
Ofreció una probadita de los que estarán el viernes desde el mediodía y hasta las 10 y media de la noche, antes de dar paso al Grito que encabezará López Obradora: Patita de palo, Yucatán Agogó, Tex Tex, Los Nacos, Viola Trigo, Susana Harp, Jorge Saldaña y sus corridos, Georgina Meneses, Mariana Fernández, Eugenia León, el Ballet de Amalia Hernández...
Y ya si Vicente Fox quiere dar el Grito en el Palacio Nacional, dijo, "que lo dé en el palacio de hierro, al fin que hay muchos, y Martita puede aprovechar para irse de shopping y el grito lo dará Fox cuando le den el cuentononón".
Todavía relató que, finalmente, la mañana de ayer la bandera del Palacio Nacional, que durante varios días no ondeó porque se enredó, finalmente se desgarró con el viento. "Por eso ahora no está: es un palacio sin bandera". Desde la multitud se escuchó otro grito: "¡Porque no hay Presidente!"
Ya escucharon, dijo López Obrador, el festival será de primer orden y cerró: "estamos juntos, seguimos juntos y con la moral en alto".
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