¿Siempre sí?

Sique

La postura del EZLN ha cambiado en tanto ocho comandantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el subcomandante Marcos emitieron ayer su propuesta a formar el partido político de los adherentes de la otra campaña según lo informa Milenio. Antes suponían que esta vía no era la conveniente para combatir al sistema neoliberal que tanto ha perjudicado a nuestro país. ¿Siempre sí?

Es de sabios cambiar de opinión y nada hay de criticable en ello. Sin embargo, nos preguntamos que fue lo que produjo este cambio. Marcos acusa que la Convención Nacional Democrática y el Frente Amplio Progresista han sido secuestrados por los políticos de siempre, de arriba que se ostentan de izquierda, lo cual es un agravio soslayado a millón y feria de delegados más simpatizantes que sin ser los políticos de arriba, constituimos su fuerza. Tras la concientización que AMLO ha logrado mediante su postura y sus discursos la gran mayoría de la CND somos ciudadanos que estamos participando activamente en los actos de resistencia civil y el EZLN nos está tratando como lo hacen los políticos tradicionales del PRIAN: una punta de borregos sometidos y secuestrados por las fuerzas oscuras de los intereses de los políticos corruptos de siempre.

Sin embargo, algo de bueno habrá visto Marcos en este movimiento político, en tanto ahora pretenden tomar esa vía en beneficio de la población. Las críticas de Marcos a Andrés Manuel López Obrador tendieron a subir de tono muy por encima de los otros candidatos durante la campaña electoral, pero continúa desdeñándolo y criticando sus métodos para generar acuerdos, a pesar de que pareciera imitarlo en algunas de sus estrategias: una gira por la república y la formación de un partido político.

También resulta curioso que si bien Marcos no ha cesado de criticar y atacar a AMLO, éste ha actuado de forma contraria: las pocas veces que ha respondido a preguntas sobre el subcomandante ha sido para externar su respeto por las distintas formas de lucha y nunca ha tenido la arrogancia de criticar o tratar con desdén a los zapatistas y mucho menos de considerarlos como simples borregos que, podría decirse, obedecen las órdenes de un burgués que atendiendo a los cánones publicitarios de la imagen aparece disfrazado de insurgente con una capucha que si bien tuvo sentido al principio del movimiento, ahora lo ha perdido, y que lo que ahora podría estar provocando es un sentimiento de exclusión entre su lucha y la del pueblo que no lleva ese uniforme y que constituye la mayoría. Diríase que, en general, López Obrador se ocupa poco del insurgente zapatista mientras que éste lo tiene constantemente en la punta de la lengua.

Pareciera que lo que les quita el sueño tanto a dirigentes de la extrema izquierda y de la extrema derecha es el hecho de que AMLO tenga millones de simpatizantes que lo apoyan entusiasmados. La frustración que esto les causa los lleva a atacarlo y a despreciar a esos millones; quieren encontrar la razón de este fenómeno en sus rasgos de personalidad o en el sometimiento y el borreguismo de la gente. Les voy a dar un tip, búsquenle por el lado de que justamente lo que AMLO nos ha dado con sus discursos y su actuación es: la conciencia de que el pueblo constituye el poder, privilegiar los principios éticos y subir la autoestima que tanta humillación había menoscabado. AMLO ha sido incluyente, ha respetado la diversidad, se ha solidarizado con las causas de los más pobres y nos ha convencido de la importancia que tiene la equidad y la revolución de la conciencia para lograr un cambio. Y que quede claro, no somos una bola de hipnotizados, ni de alucinados que siguen ciegamente a su líder. Con él y sin él esta lucha sigue hasta la victoria y la toma de esta conciencia es lo que siempre tendremos que agradecerle.