martes, noviembre 14, 2006

Comunicado respuesta

Nos envían el siguiente:

COMUNICADO
RESPUESTA A LA ARQUIDIOCESIS PRIMADA DE MÉXICO SOBRE LA PROTESTA DEL DOMINGO EN LA CATEDRAL METROPOLITANA

México, D. F. 7 de noviembre de 2006


Sobre la manifestación en rechazo a la injerencia clerical en los asuntos públicos, la autoridad de la Iglesia Católica lanza advertencias que a todas luces resultan chantajistas e ignorantes.

Por principio de cuentas, a ninguna de las cuatro personas que menciona como organizadoras del acto participaron en la manifestación en Catedral. La actriz Jesusa Rodríguez, una de las mencionadas ni siquiera se encontraba en la Ciudad de México como reportan diversos medios de comunicación; el señor Gerardo Fernández Noroña no participa entre las organizaciones y ciudadanos que nos manifestamos; por lo que, deslindamos a la actriz y al vocero del PRD de cualquier participación directa o indirecta en la manifestación del domingo.

A las otras dos personas que mencionan como organizadores, parecen nombres comunes, reconocibles por cualquiera, sin embargo, no conocemos a ningún Juan Carlos Ocampo de la organización con que se le vincula, y finalmente, sobre Fernando González, el nombre más común de todos, referido como perredista de Coyoacán, queremos afirmar lo siguiente, tenemos conocimiento de que el PRD en dicha delegación cuenta con 50 mil afiliados y alrededor de 300 mil simpatizantes y entre todos ellos seguramente habá cientos que pudieran llamarse Fernando González, pero ninguno participó en la protesta de la Catedral.

Por lo anterior, sus amenazas de demanda no son sino pataletas de parte de un grupo social que usufructúa las creencias de la gente y que están acostumbrados a que el poder político solape su intervencionismo inconstitucional. Este domingo se desarrollo una protesta ciudadana, bien reivindicada, quienes participamos bajo ninguna circunstancia ocultamos nuestro rostro o nombre. La jerarquía clerical arroja amenazas desde sus púlpitos de oro contra quienes en legítimo uso de nuestros derechos constitucionales protestamos contra la violación al artículo 130 de la Constitución por parte de Norberto Rivera Carrera, considerado Ministro de Culto y alto jerarca de su iglesia, por lo que la emisión de sus comentarios en el ámbito político resultan violatorios del orden constitucional y enrarecen el clima político.

Como bien reconoce el vocero de la Arquidiócesis, ya hubo otros tiempos en los que conocimos la insolencia clerical cuando enfrentaron al Estado mexicano durante la guerra cristera. En aquellos días, los cristeros, abuelos ideológicos de El Yunque, se defendieron, con balas y homicidios, contra el gobierno de Plutarco Elías Calles porque éste, aplicando el mandato constitucional, restringía las propiedades y canonjías de la Iglesia Católica. ¿Qué tiempos estaremos viviendo ahora si los descendientes del movimiento que asesinó a Álvaro Obregón, ahora promueven se les devuelvan propiedades que no utilizan para el culto, como es el caso del Claustro de Sor Juana?

Para todos es sabido que las propiedades de las Iglesias pertenecen al Estado, es decir, que los templos son propiedades federales y, por consecuencia, públicos, por lo que dentro de ellos siguen vigentes las garantías individuales expresadas en la Constitución, por lo que el ejercicio del derecho de manifestación está garantizado dentro y fuera de la Catedral. Quienes nos manifestamos no realizamos ninguna falta o delito en la catedral, como quedó constancia en todos las crónicas de los medios de comunicación, incluso en la de aquellos de carácter religioso, por lo que la amenaza de demanda carece de fortaleza en los dos sentidos, primero, porque dichos señalamientos se realizan contra personajes que no participaron en la protesta y, segundo, porque no hay delito o infracción que haya sido cometida por ninguno del centenar de hombres y mueres que realizamos la manifestación, salvo que los curas consideren que el “libre albedrío” en un delito.

También se hacen otras aseveraciones que, como se verá en los próximos días, no tendrán sustento real. La primera es que afirman que podrían cerrar la iglesias al culto público, lo cual sería un despropósito para su fe, su causa y su bolsillo; el cierre de templos podría provocar, si hubiese una Secretaría de Gobernación laica, que dichos inmuebles sean enajenados y retirados del patrimonio de la organización religiosa, por lo que resulta una aseveración demedida, chantajista y peligrosa, ya que induce a la feligresía a defender sus templos contra manifestantes, cuando la protesta está hecha contra un personaje de integrante de la curia mexicana, mientras se evade la verdadera responsabilidad eclesiástica de intromisión en los asuntos del Estado.

Los manifestantes nunca dijimos que regresaríamos cada domingo a protestar; declaramos claramente “Cada vez que Rivera dé un paso hacia la vida pública y se meta en política, nosotros daremos otro paso hacia la Iglesia”. Seguimos considerando que la manifestación que realizamos es tan absurda como las declaraciones de un Cardenal sobre política. La conclusión de regresar cada domingo proviene de un silogismo absurdo y peligroso, elaborado por los ministros de culto católico: “Si cada que Norberto interviene en política ellos vendrán a manifestarse y norberto seguirá entrometiéndose en política, ergo, ellos vendrán a manifestarse todos los domingos”.

Por supuesto, el próximo domingo no asistiremos a manifestarnos, salvo que Norberto Rivera intervenga en política, es muy sencillo. Si las iglesias se cierran al culto público será consecuencia del capricho de un hombre por imponer su moral en las decisiones del Estado laico.

Quienes participamos el domingo en la protesta, integrantes del Comité Ciudadano de Coyoacán y de otras organizaciones de resistencia civil, manifestamos nuestro apoyo, solidaridad y regocijo por que se ha generado una mayoría en la Asamblea Legislativa para aprobar la Ley de Sociedades de Convivencia, consideramos que es un hecho ganado por un sector de la sociedad amplio y representativo. Sin embargo, el sentido de nuestra protesta no era nunca fue evitar que la Iglesia Católica fijara su postura sobre el tema, sino reconvenir al señor Rivera por su reiterada participación en política. Recientemente sobre la incursión de la Policía Federal Preventiva en Oaxaca, la cual consideró como positiva ¿cómo puede ser positiva la entrada de un ejército de ocupación que golpea y dispara agua con químicos irritantes a la gente? Dicha declaración confirma que Norberto Rivera es parte de una elite de poderosos que a costa de lo que sea, pretenden imponer su verdad, así sea mediante fraudes, violencia, amenazas, sobornos y declaraciones, aunque esto sea violatorio del orden constitucional. ¿Qué clase de pastor consideraría positivo que el lobo ataque a su rebaño?

El problema de fondo es el insolente intervencionismo de la Iglesia Católica en asuntos que no le competen. Si Norberto Rivera quiere participar en política, que lo haga, pero que se quite las sotanas y muestre los pecados que esconde debajo de las faldas.

Por último, si los abogados de la curia pretenden levantar denuncias en contra de quienes nos manifestamos en catedral, les pedimos que aprovechen el viaje al Ministerio Público para llevar los expedientes de Marcial Maciel, de Nicolás Aguilar Rivera y de Norberto Rivera, quien debiera someterse a la Ley de los hombres y presentarse ante los tribunales como presunto encubridor de curas pederastas.

Muchas Gracias

Comité Ciudadano de Coyoacán

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