Luis Javier Garrido
El primer sexenio panista se termina con una embestida represiva de Vicente Fox que en abierta connivencia con Felipe Calderón pretende llevar a México a un escenario de amedrentamiento que haga posible la entrega de la banda presidencial a quien no ganó las elecciones.
1. La intensificación de las acciones represivas del gobierno foxista contra el pueblo oaxaqueño y la campaña fascistoide de desinformación en los medios que están marcando el final del gobierno de Fox no hacen más que plantear con urgencia la gravedad del problema que tiene México ante la tentativa de panistas y yunquistas de perpetuarse en el poder.
2. La simulación de la transición democrática ha terminado por desenmascarar por completo a los panistas, que una vez en el poder no solamente se han asemejado por completo a los tecnócratas priístas en su entreguismo y su carencia de un proyecto nacional o en su vocación desmedida por abusar del poder para enriquecerse, sino en sus rasgos antidemocráticos.
3. ¿A quién puede ahora sorprender que en 2006 no hubiera un solo connotado panista que denunciara el fraude de Estado contra Andrés Manuel López Obrador para imponer como gobernante pelele al panista Felipe Calderón, ellos los panistas que tan "demócratas" se decían?
4. El proyecto político de instaurar con Vicente Fox en Los Pinos un gobierno supuestamente "legítimo" de la extrema derecha empresarial y clerical, sostenido por el PAN y las organizaciones aglutinadas en El Yunque, fracasó tras los seis años de políticas antisociales y antinacionales de Fox, el burdo fraude electoral de 2006 y el derrumbe de fin de sexenio de la demagogia blanquiazul, por lo que el régimen, hundido por sus propias estructuras y prácticas antidemocráticas, no parece tener más sustento que los medios masivos de comunicación y la fuerza represiva del Estado. La extrema derecha puede ser cada vez más poderosa en el aparato estatal, pero el gobierno es todos los días más débil e ilegítimo, y en consecuencia cada día da mayores muestras de su irracionalidad e intolerancia, con los enormes riesgos que tiene todo ello para el país.
5. El gobierno agónico de Fox no tiene, en consecuencia, más proyecto que culminar su despropósito de imponer a Felipe Calderón como gobernante espurio en Los Pinos, y para ello está creando las condiciones para una más abierta derechización del régimen, recurriendo a los viejos manuales de los gobiernos fascistoides de América Latina: buscando criminalizar a los movimientos sociales y reprimiendo a los miembros de la APPO, descalificando al Congreso y a los partidos políticos y multiplicando las campañas de desinformación, nada de lo cual puede ocultar la realidad de las cosas. El gobierno de Fox se ha caracterizado por su violencia verbal y material, y, por lo mismo, las denuncias por las acciones represivas del gobierno no hacen más que multiplicarse, en tanto que los bombazos del domingo 5 en el PRI, el tribunal electoral y una sucursal de Banamex son atribuidos por la gente al propio gobierno foxista.
6. La fascistización a la que se dirige el país de llegar Calderón de manera ilegal e ilegítima a la silla presidencial parece inevitable, y empieza por el papel que se les está asignando a los medios como mecanismos de control del pueblo. La anunciada entrega del nuevo espectro radioeléctrico de las telecomunicaciones a Azcárraga y sus amigos a que lleva la llamada ley Televisa, sigue rindiendo sus frutos luego de las elecciones, y esta corporación ha radicalizado su demagogia desinformativa en forma alarmante, erigiéndose sus locutores en los principales perros guardianes de un sistema corrupto y de privilegios. La mayor parte de los medios no informó, por ejemplo, de las protestas que recibieron a Calderón en Washington el miércoles 8, en las que miembros de la organización Migrantes Sin Fronteras lo llamaron "Fecal espurio" y "asesino", como tampoco de la protesta de la actriz Julieta Egurrola en Los Pinos, quien ese mismo día, durante la entrega de los premios nacionales, dio a Fox testimonios sobre las violaciones de mujeres en Atenco y la lista de 61 desaparecidos de la APPO, recabada por el pintor Francisco Toledo.
7. El desastre institucional que se ahondó a lo largo del sexenio de Fox por el desprecio que tuvieron los panistas al marco constitucional del país corre el riesgo también de hacerse aún mayor, pues la extrema derecha no se ha cansado de evidenciar su encono creciente contra las entidades públicas. El comentario de Fox a la corresponsal de la agencia Efe el 31 de octubre diciéndole que ya hoy "habla libre" y que puede decir "cualquier tontería" porque ya se va, difundido por Telemundo el día 8, pone de manifiesto su desprecio no sólo por el orden jurídico y su propia investidura, sino su corta memoria, pues no ha cesado de hacer el ridículo por sus opiniones, en particular sobre las instituciones mexicanas. A lo largo del sexenio no se cansó de descalificar a la Constitución por ser, según él, un producto del priísmo, ni de vituperar al Congreso porque no aprobó mecánicamente las iniciativas de Los Pinos, y en eso sólo parece ser superado por Calderón.
8. La reacción de Fox el día 7 ante la negativa de los legisladores de no permitirle realizar a costas del erario nacional un viaje a Australia y a Vietnam, que era a todas luces de placer y de abuso de poder, no hizo más que reflejar el talante institucional de los panistas. El discurso que pronunció en cadena nacional, sin poder ocultar que es un "perverso" en términos clínicos y síquicamente un perturbado, no deja lugar a dudas del pensamiento de Acción Nacional sobre la instituciones de la República. Ante una decisión tomada por los legisladores en uso de sus atribuciones, Fox se lanzó en abierto berrinche contra el Congreso, contra los partidos y contra el principio de la división de poderes, y no estuvo solo, pues al unísono los cuadros yunquistas y no yunquistas del PAN lo respaldaron anunciando lo que acontecería de llegar Calderón.
9. El principal desprecio que tienen los gobernantes panistas es, sin embargo, por la vida de los mexicanos, por lo que no sorprende que ante la inconformidad social no tengan más respuesta que la represión, y ahí están las violaciones sistemáticas en el sexenio a los derechos humanos, las mujeres violadas en Atenco, la detención injustificada desde mayo de Ignacio del Valle, ejemplar luchador social, y de otros dirigentes campesinos; la represión al sindicato minero, los asesinados por el gobierno en Oaxaca, los 61 desaparecidos de la APPO y la nueva oleada de represión contra el pueblo oaxaqueño pactada por Abascal y Ulises Ruiz.
10. Un vocero panista anunciaba ayer la decisión oficial de hacer entrar el 1º de diciembre las fuerzas armadas a la Cámara de Diputados para imponer a Calderón, y muchos se preguntan si no es posible evitarle al país por la vía pacífica un desastre anunciado.
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