miércoles, diciembre 06, 2006

La “austeridad” en el Gobierno Mexicano es un engañabobos

Pedro Echeverría V.

En Rebelión

1. El presidente usurpador Felipe Calderón (FECAL) ha firmado -con gran propagación en los medios de información- un acuerdo para reducir en diez por ciento los salarios de él y de su gabinete. También ha prometido que este acuerdo del ejecutivo se extenderá a los representantes y funcionarios de los poderes Legislativo y Judicial. Esta reducción salarial sólo será para el sueldo base, no para la compensación que siempre es mucho mayor ni tampoco tocará los enormes gastos en asesores, secretarios personales, guardaespaldas, pasajes de avión, hoteles, uso de automóviles, gasolina, celulares y demás. Es decir, si el simple salario de FECAL es de 210 mil pesos al mes le quedarán sólo 189 mil pesos, además de las compensaciones que podrán acercar sus ingresos a unos 400 mil pesos, unos 37 mil dólares al mes.

2. Lo más grave es que el salario del presidente –aunque es un poco mayor que el de sus secretarios y subsecretarios de Estado- no es el más alto porque, como es bien conocido porque se ha publicado muchas veces, el salario mensual de los ministros de la Suprema Corte de Justicia es de más de 500 mil pesos. Si a esos salarios se les aplica un descuento del diez por ciento –no el 25 por ciento que planteaba Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y que Calderón toma como bandera política- esos poderosos funcionarios se “morirán” de risa. Ello, comparado con el salario mínimo diario de 45 pesos (cuatro dólares) que obtiene el 70 por ciento de la población, representa un verdadero insulto, una ofensa a la dignidad del pueblo mexicano. Pero esto el gobierno lo remedia subiéndole los salarios a las fuerzas armadas.

AMLO planteaba el 50% "bajar los salarios a la mitad".

3. Los salarios de los miembros de ejército son privilegiados, sobre todo en sus más altos niveles. El secretario de la Defensa obtiene 228,599.10, un General de División más de 196 mil y un soldado raso recibe 4,053.38 pesos mensuales. Como puede verse esos salarios base de los altos mandos –sin compensaciones, prestaciones y demás- son altísimos comparados con el del soldado raso y del cabo que cobra 4,416.98 y mucho más altos que el del trabajador de salario mínimo que sólo llega a 1,350 pesos al mes. Pero el presidente FECAL ya les autorizó un aumento a los miembros del ejército como premio a sus servicios. ¿Habrá un cuerpo armado más disciplinado y fiel que el ejército mexicano? Desafortunadamente esa fidelidad no es con el pueblo, con los trabajadores, con los oprimidos y los más pobres. Sino sólo con el gobierno que les ordena y manda.

4. En México, durante los seis años del gobierno de Fox, no sólo se desplomó la producción pasando de seis a dos, sino que también se incrementó en seis millones más las personas que perdieron el trabajo o no pudieron emplearse. Muchas de ellas tuvieron que migrar a los EEUU, otras se dedicaron al comercio ambulante y otros más fueron orillados a acercarse a la llamada delincuencia. Para perseguir la “delincuencia” el gobierno de Fox, en vez de ir a la raíz -que es la creación de fuentes de trabajo con salarios justos- invirtió en cuerpos policíacos y castrenses, así como en estrategias semifascistas que se convirtieron en verdaderas razias en barrios pobres y colonias proletarias y miserables. No buscó solucionar el problema sino congraciarse con las clases ricas y los medios de información que le exigían represión.

5. Si bien el asunto de los multimillonarios salarios de los funcionarios es pequeño en proporción a la economía nacional, para la población es muy significativo porque le sirve para medir el pensamiento de cada gobierno. Los funcionarios panistas, por ideología y vinculación empresarial, ven al gobierno como una empresa privada y a los cargos como puestos gerenciales donde debe ganarse mucho dinero. Por eso continuamente se aprueban ellos mismos aumentos salariales, muchas veces con la aprobación de una “izquierda” corrupta que calla por conveniencia. Los altísimos salarios que cobran legisladores y funcionarios panistas, priístas, perredistas y demás –no menores de 150 mil pesos al mes y sus prestaciones- han servido para corromper la conciencia de los pocos nuevos que llegan a ocupar alguna curul u otro cargo.

6. Tras hacer una comparación de los salarios anuales del presidente mexicano y los miembros de su gabinete con los emolumentos (también anuales) de quienes ocupan esos mismos cargos en los gobiernos de otros países me encontré con lo siguiente: El presidente en Argentina gana 47,100 dólares, en Brasil 53,500, en Chile 32 mil, España 77 mil, en México 251,200 y en Perú 131 mil. Cuando esos salarios se ajustan al costo de vida de cada país entonces se ve lo que sigue: el de Argentina 40 mil dólares, Brasil 2 mil, Chile 5,700, España 81 mil, México 206,700 y Perú 152,700 ¿Qué puede concluirse? Que el presidente mexicano, así como de los secretarios y subsecretarios de Estado, según puede verse en el estudio: “Los Salarios de altos funcionarios en México desde una perspectiva comparativa” de Laura Carrillo y Juan Pablo Guerrero, son los más altos de la región.

7. Cuando López Obrador planteó y reiteró en su campaña que reduciría en un 25 por ciento los salarios de los funcionarios de su administración se le calificó de populista por el PAN, sin embargo a muchos en la izquierda nos pareció muy poco esa reducción de 25 por ciento porque sabíamos que el dinero mensual que se pagaba a los funcionarios eran una ofensa, algo así como una mentada de madre a la dignidad de los mexicanos y, al mismo tiempo, eran mucho más altos que los que percibían los funcionarios de otros países. Pensábamos muchos que ningún salario y sus respectivas compensaciones deberían ser mayores a los 100 mil pesos. Por eso cuando FECAL habla de una reducción de 10 por ciento a funcionarios con ingresos insultantes nos vuelve a ofender porque cree que somos unos insulsos que vamos a aplaudirlo.

Insisto, López Obrador planteó el 50%, su salario iba a ser 70,000 y ninguno de su gabinete podría ganar más.

8. Los dirigentes del PRD y del lópezobradorismo parecen haber comenzado a bajar su combatividad. Empiezan a contemporizar con los nuevos gobernantes que sirven al presidente espurio buscando que los medios de información, los calderonistas y priístas los aplaudan. Están poniendo el acento en la presión en el legislativo olvidando que los legislares del FAP no son nada si no tienen una fuerza de masas. Pero lo más grave es que sigan haciendo a un lado, o casi a un lado, al movimiento social. ¿Cuántas manifestaciones ha hecho el PRD contra la brutal represión al pueblo de Oaxaca? ¿Cuántos edificios, calles, embajadas, carreteras ha tomado el lópezbradorismo para obligar a la renuncia de Ulises y exigir la salida de todos los presos oaxaqueños? ¡Basta ya de que AMLO y el PRD sigan perdiéndose en gestiones y presiones burocráticas mientras el gobierno usurpador sigue encarcelando y asesinando al pueblo!

Comprendo el enojo y acepto que mucho de lo que dice el texto es cierto, sólo comento con todo respeto: Más que en gestiones burocráticas, parte del PRD se está perdiendo en grillas internas y por obtener puestos de poder.

Sin embargo:


López Obrador se ha cansado de repetir en todos sus discursos que "los medios de información son unos alcahuetes de la derecha" en todos los tonos, es más ese contenido se ha hecho cada vez más combativo.

El movimiento social no se ha hecho a un lado, hace cinco días hubo una gran marcha; las giras de AMLO que hasta ayer ya abarcan cinco estados de la República están justo orientados a enriquecer al movimiento social. Las manifestaciones del PRD en apoyo a Oaxaca han sido en promedio dos por semana desde hace poco más de un mes. En todos los discursos de AMLO hay una protesta enérgica por lo que sucede en Oaxaca. Hasta se le ha inventado que quiere colgarse de ese movimiento. Justo ayer AMLO se reunió con integrantes de la APPO para analizar las estrategias que liberen a los presos políticos.

El problema de México no sólo está en Oaxaca, sino en todo el país, son muchos los graves conflictos que nos aquejan: la represión, el campo, la educación, la salud, la defensa del patrimonio, la desigualdad, la extrema pobreza, el neoliberalismo... Si bien en el PRD hay mucho rufián que quiere coquetear con el pelele y otros muestran una tibieza que encabrona, decir que AMLO está perdiéndose en gestiones y presiones burocráticas me parece falso, López Obrador está atacando por todos los flancos que puede: por el lado de los legisladores presentando las iniciativas económicas para el 2007 y analizando estrategias para resolver lo de Oaxaca, y, por el lado del movimiento social, realizando un arduo trabajo en sus giras para concientizar a la gente, denunciando las injusticias, pegándole a los medios de información, con el propósito de lograr un consenso de luchar contra la injustica que surja desde abajo para que se integre un gobierno colectivo del pueblo que pueda luchar precisamente con la fuerza de la masa. Exigirle que controle al ejército, detenga la represión brutal del gobierno usurpador, le quite el poder a la oligarquía que gobierna este país y levante un movimiento de masas en seis meses me parece fuera de toda realidad. Aunque comparta la desesperación de que se esté encarcelando y asesinando al pueblo, como la que provoca que en el mundo el 2% acapare toda la riqueza, que se esté asesinando sistemáticamente a los palestinos, que en Irak haya una guerra civil que esté cobrando decenas de miles de muertos... tenemos que ser realistas e ir más allá de escribir textos combativos de rebelión. O bien, optar por la convocatoria a una revolución en la que también se encarcelará y se asesinará a mucha gente inocente.

El ser de izquierda implica ser autocrítico pero falsear información u omitirla para plantearse combativo es ser más papista que el papa y las descalificaciones a diestra y siniestra no son constructivas, al contrario promueven las divisiones por las cuales la izquierda ha perdido muchas batallas que pudo haber ganado si se convocara a la unidad y las críticas se hicieran más responsables en función de la verdad respecto al momento que se está viviendo.

Los extremos se tocan. Con todo respeto, el final del documento pareciera una descalificación de la derecha para desprestigiar las gestiones de AMLO, quien de momento no necesita ataques, ya los medios y la oligarquía se encargan de ello.

No hay comentarios.: