DPA , AFP , REUTERS
Caracas, 21 de enero. "Váyanse al cipote (carajo) gringos", afirmó hoy el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, al rechazar los cuestionamientos del gobierno estadunidense sobre los poderes especiales que la Asamblea Nacional conferirá al mandatario, a fin de que pueda legislar por decreto en los próximos 18 meses.
Chávez expuso este domingo una serie de ideas sobre los objetivos de las leyes que el Ejecutivo emitirá durante año y medio, y sobre las reformas constitucionales que deberán ser aprobadas en un referendo, este año.
La Asamblea Nacional unicamaral tiene previsto retomar este lunes el proceso de aprobación de la Ley Habilitante, primero durante una serie de sesiones con ciudadanos y organizaciones, en lo que aquí se conoce como "parlamentarismo social de calle"; y el martes, durante la revisión en lo particular de la legislación propuesta por el mandatario, con base en la Constitución de 1999. El jueves aprobó en lo general la norma especial.
"No hay ninguna intención de subordinar todos los poderes a la presidencia", afirmó el presidente al comentar algunas opiniones vertidas esta semana en medios de información venezolanos.
"No es que esté quitando potestades a la Asamblea, seguirá discutiendo y siendo el foro político del parlamentarismo de calle", dijo el gobernante antes de referirse a las declaraciones hechas el viernes por el vocero de la Casa Blanca, Tom Casey, al comentar la decisión de los legisladores venezolanos de aprobar unánimemente en lo general el jueves pasado la Ley Habilitante.
"Qué cipote de preocupados deben estar los gringos con la Ley Habilitante. Esa es una potestad de la soberanía sacrosanta de Venezuela, váyanse al cipote gringos, go home, aquí somos libres y cada día seremos más libres", afirmó Chávez al reiniciar las transmisiones de su programa dominical Aló, presidente, que suspendió durante la campaña electoral de finales de 2006.
"Es un derecho soberano, pero es un poco raro en términos democráticos", dijo Casey cuando confirmó en una conferencia de prensa que la decisión del Parlamento venezolano preocupa a Washington.
Versiones de la prensa venezolana indican que Chávez tiene la intención de emitir entre 40 y 60 leyes que le permitan adecuar las normas reglamentarias de la Constitución al objetivo de conducir a Venezuela hacia el "socialismo del Siglo XXI", como ha definido el mandatario.
En el programa semanal, Chávez también ofreció algunos detalles de lo que espera de las reformas constitucionales.
Para llevar a cabo los dos proyectos legislativos, fueron habilitadas dos comisiones especiales. El grupo que preparará técnicamente el paquete de leyes está encabezado por el vicepresidente Jorge Rodríguez y los encargados de reformar la Carta Magna estarán al frente de la líderesa del poder Legislativo, Cilia Flores.
El presidente aclaró que no considera necesario modificar el nombre oficial del país, "República Bolivariana de Venezuela", pero destacó la importancia de promover los valores de lo que llamó "socialismo indoamericano".
Para llevar a cabo las reformas constitucionales, "habrá un debate abierto y la Asamblea escuchará las exposiciones de los sectores privados que quieran ir, los distintos credos religiosos y sectores políticos", puntualizó el mandatario antes de subrayar que una vez aprobada la propuesta de reforma constitucional, "tendremos que llevarla a referendo nacional".
Chávez ha adelantado su intención de que la reforma incluya la relección presidencial ilimitada, una nueva división territorial y la eliminación de la autonomía al Banco Central. Este domingo recomendó al ministro de Finanzas, Rodrigo Cabezas, que eleve impuestos a la banca, que ha sido favorecida por la bonanza económica, y a las propiedades de lujo, como yates y viviendas vacacionales.
El gobernante también habló de la campaña Moral y Luces como uno de los cinco "motores constituyentes" para implantar el socialismo, lo cual abarca la creación de consejos comunales, la formación del poder comunal, el reordenamiento territorial, la reforma de la Constitución y la Ley Habilitante.
"En esa campaña de moral y luces, hay que hacer millones de folletos, videos y casetes para difundir y discutir el pensamiento socialista indígena", afirmó.
"Esa campaña tiene que recoger esa sabiduría milenaria e invadir a las ciudades con el buen ejemplo de los aborígenes, con su humildad, su espíritu, su grandeza y su modo de ver el mundo y la vida", señaló.
En sus declaraciones, Chávez apremió al ministro de Telecomunicaciones, Jesse Chacón, a tomar de inmediato la dirección de la empresa CANTV, que mayoritariamente posee la estadunidense Verizon, a la que se le indemnizará por la estatización, pero "cuando la ley lo diga y en la forma que el Estado decida. La CANTV la regalaron (durante la privatización de 1991). Ahora no me vengan con cuentos de que se tiene que pagar al precio internacional".
Chávez reiteró la acusación hecha el viernes en el sentido de que la empresa le ha espiado.
Respecto de la economía nacional, Chávez anunció un incremento a la gasolina, que se vende a 50 bolívares (0.23 dólares), un precio congelado en los últimos ocho años, para evitar protestas sociales, como las ocurridas en febrero de 1989, durante el Caracazo, desatado por el incremento al combustible decidido por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
Apoyo a Siria e Irán
Durante la emisión radiofónica, Chávez estuvo acompañado del ministro de Información de Siria, Mohsen Bilal, ante quuien afirmó que el gobierno de Venezuela siempre estará con Damasco y Teherán, en sus diferendos con Estados Unidos.
El presidente George W. Bush actúa irracionalmente y pretende imponer una nueva geopolítica, dijo el presidente, quien advirtió que en caso de un ataque estadunidense defenderá personalmente su país.
Sobre asuntos internacionales, Chávez destacó que las reuniones del Mercosur como la celebrada el viernes pasado han dejado de ser un "diálogo de sordos" y dijo que "antes éramos un grupo de personas que asistíamos a reuniones a dar un discurso y a tomar una foto, a aparentar una unión que está lejos de existir".
Sin embargo, uno de los principales diarios brasileños, O Estado, criticó los resultados de la reunión de Mercosur, así como al gobierno brasileño por "aceptar mansamente las agresiones y burlas" del mandatario venezolano.
A su vez, el rotativo Folha, que criticó la afirmación del gobierno de Luiz Inacio Lula Da Silva acerca de que los cambios legales en Venezuela son "asuntos internos", señaló que "la diplomacia brasileña haría mejor guardar silencio ante la farsa, pero prefirió cooperar con ella".
Ya era hora de que alguien los mandara al carajo.
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