Por el PROFR. y LIC. MIGUEL TREVIÑO RABAGO
DIA TRAS DIA el hombre aquel leía periódicos, revistas y libros que daban cuenta de la violaciones a la Constitución que cometían los hombres que se habían apoderado fraudulentamente del poder en el país. El recordaba que en tiempos de la Revolución Méxicana los generales más poderosos disputaban el poder a balazos con tal de sentarse en la silla que tenía una aguilota grandota y labrada como en algo que parecía oro. Eran hombres fuertes, bravos, broncos, valientes y rudos. Al pan le llamaban pan y al vino se lo tomaban. Esos sí que no andan rodeos ni joterías. Eran de los que pensaban que la pistola nunca se saca sin motivo, ni se guarda sin honor.
EL PAIS estaba patas pa´rriba y nadie hacía nada para enderezar el rumbo. Eso sí, todos salían en los periódicos,revistan y hasta en la tele y el radio, dando sus opiniones acerca de lo que debía y no debía hacerse. El problema era que todo se les iba en puro bla, bla, bla, bla. Declaraciones iban y declaraciones venían. Todas ellas llenas de "sabiduría" y "experiencia" señalando el rumbo que debía seguir el país y el gobierno. Solo que había un "pequeño" detalle: Todos esos opinadores públicos de radio, televisión y con "charola" de diputados y senadores y "dirigentes" de los partidos, se olvidan de lo fundamental: el origen fraudulento del gobierno que había violentado el Estado de Derecho para que el presidente saliente cometiera una descarada y burda imposición.
AQUEL HOMBRE-ciudadano había aprendido desde pequeño que las leyes se hicieron para respetarse. Entonces algo no encajaba en su realidad y se acercó a un amigo para preguntarle muy preocupado ¿ entonces ya todo se va a quedar así ?....¿Aunque hayan hecho trampa y fraude esos señores se quedarán en el gobierno ?.....El amigo levantó los hombros en señal de resignación o de un no sé que quieres que yo haga. Algo no estaba bien y no era posible que las cosas se quedarán así. Pensó en los 500 diputados que no hacían absolutamente nada para corregir el gran fraude electoral. Se los imaginó a todos formaditos en las ventanillas de pago, cobrando miles de pesos por no hacer nada para defender a una Constitución que -se suponía- estaba vigente. ¿ Habría que resignarse a tener por presidente a un individuo que no había ganado legalmente en las elecciones ? ¿Ya nomás así se quedan las cosas ?.....
AUNQUE POCO sabía de historia él recordaba que otros malos mexicanos que se habían trepado al poder en forma arbitraria o ilegal, habían sido derrotados con la fuerza de las armas. Recordaba las clases de historia de sus maestros de primaria cuando le contaban como al Emperador Maximiliano y varios malos mexicanos habían sido fusilados en el Cerro de las Campanas. Recordaba con gran orgullo patriótico como Don Benito Juárez recorrió el país en un carruaje -que él había tenido la oportunidad de ver en un museo- llevando consigo la Presidencia de la República libre y sobernana y que nunca se doblegó ante las potencias extranjeras, hasta el triunfo de las fuerzas republicanas. Los traidores fueron fusilados y él recordaba las dibujos de los libros de historia. Sus maestros le habían sembrado en su corazón el amor a México y a defenderlo hasta sus últimas consecuencias.
HABIAN COMETIDO un fraude y nadie defendía a la República. Recordaba que miles de mexicanos se levantaron para tirar la dictadura de Porfirio Díaz que por 30 años se amafió con los extranjeros para sostenerse en el poder. Sus maestros le hablaron de la Revolución Mexicana que pusó en marcha a miles para echarlo del poder. Villa y Zapata eran sus héroes favoritos porque a pesar de ser humiles campesinos sin educación, tuvieron los pantalones y los testículos para dirigir sus ejércitos en el norte y el sur y derrotar a las fuerzas federales que defendían al mal gobierno. Tenía muy presente el grito popular de ¡Muera el mal gobierno !.....¡Tierra y Libertad ! ¡ Viva Villa cabrones !.....y recordaba muchos otros nombres de revolucionarios que sus maestros le habían dicho, cabalgaban a todo galope y marchaban en trenes repletos de hombres y mujeres que sólo querían justicia y una pedazo de tierra para cultivar. Hombres soldados y adelitas fieles tiraban balazos por igual y en la espalda cargaban a sus hijos.
LOS GENERALES eran hombre de armas tomar. No eran peleles al servicio de nadie. Amaban a México por sobre todas las cosas y no permitían insultos a la bandera, ni al águila nacional. Quien lo hiciera se moría. Pero también hubo generales que fueron asesinados por su hambre desmedida de poder. Al General Alvaro Obregón lo mató de un tiro un joven llamado León Toral que se le acercó ofreciéndole hacer una caricatura y cuando estuvo cerca de él, sacó de entre sus ropas un revólver y lo asesinó cuando celebraba su reelección en un banquete en "La Bombilla". Don Lázaro Cárdenas apenas subió al poder y puso en un avión al General Plutarco Elías Calles y lo mando a volar fuera del país. La Revolución Mexicana montó a Porfirio Díaz en el "Ipiranga" y lo mandó navegando hasta París, Francia donde murió sin pagar todos los crímenes que cometió durante su larga dictadura.
POR ESO, el hombre de nuestra historia, no entendía la razón por la cual, aún cuando se había cometido un gran fraude electoral en el país, ningún mexicano o mexicana ponía las cosas en orden. Es decir, por que nadie se preocupaba por restablecer el orden constitucional que en historia siempre nos han enseñado, tiene muchísimos ejemplos de ciudadanos valientes y honestos que -sin importar su vida- se han sacrificado para que en México nadie se burle ni violente la máxima ley como lo es La Constitución. Acaso esos hombres y mujeres valientes mexicanos sólo habían existido en la historia mexicana del Siglo XX se preguntaba. ¿ Ya no habría más ciudadanos con espíritu patriota en éste sigo XXI ? Peor aún, casi se angustiaba pensando en la tragedia de saber que los revolucionarios mexicanos ya se había acabado. Ya no existían mas que en los libros de historia viejos y carcomidos.
ESTABA harto de escuchar a todos los seudoinelectuales de escritorio, de cabina y "maquillados" de televisión, pontificar sobre las bondades del nuevo gobierno. Y se preguntaba ¿ cómo pueden llamar gobierno a una pandilla que se apoderó del país por la vía más violenta e ilegal de que se tenga memoria ? Tal vez, se decía, él exgeraba. Tal vez todos habían entrado en un letago de conformismo mediocre o tal vez -y eso era lo peor- estábamos ya en los umbrales de una descomposición de los valores humanos en donde el más cínico y ratero, es el héroe de nuestros tiempos. ¿ Acaso todos nos habíamos convertido en una cobardes y pusilánimes, incapaces de llevar a cabo acciones radicales para restablecer el orden dentro de nuestra República ? Aquel ciudadano, sólo escuchaba quejidos por todos lados y mucho bla, bla, bla, bla.....
A TODOS -PENSABA- nos han enseñado que la Patria es primero. El tenía que hacer algo porque no era justo lo que estaba pasando en su país. El que estaba antes de las elecciones lleno de esperanza, entusiasmo, confianza, emoción y júblilo porque los pobres tendrían por fin de Presidente que los escuchara t los atendiera, ahora había caído en una confusión que no lograba disipar. Se sentía frustrado, triste, decepionado, tal vez hasta deprimido. El sentía la necesidad de hacer algo por México. Las cosas no estaban bien y definitivamente -pensaba- las cosas tampoco se podían quedar así. ¿ O acaso millones de mexicanos aceptaban muy mansitos el fraude electoral ? ¿ Deberas ya no había nada que hacer ?.....¿Deberas a nadie se le ocurría nada más que dedicarse al bla, bla, bla, bla sin tomar una determinación radical ?.....
PENSABA mucho en León Toral que mató a Obregón, en los hermanos Barraza que mataron a Villa, en los que mataron a Carranza y los que emboscaron a Emiliano Zapata; en los que envenanaron al General Benjamín Hill y en los que ordenaron lo muerte del General Serrano; se imaginaba al que le dió un balazo a Pascual Ortiz Rubio saliendo de su casa cuando era presidente; Cavilaba sobre lo que pensaba el francotirador que asesinó a Kennedy y el otro que tiroteó a Ronald Reagan; o el que le metió un tiro al Robert el otro Kennedy y aún más, pensaba en Mario Aburto que sacrificó a Luis Donaldo Colosio en Lomas Taurinas. Se pensamientos eran un remolino. ¿ Que había motivado o decidido a esos hombres a exponer su vida para cambiar la historia ?.....
NO ERA POSIBLE que todo se quedara así. Se sirvió un poco de tequila en un vaso y se lo bebió de un solo trago, abrió el cajón de su escritorio, tomó una pistola y se la metió en la cintura. El cambiaría ese día la historia. Y salió a la calle porque ya no quería ni leer ni escuchar tanto bla, bla, bla, bla.....eso -se dijo a sí mismo- no servía de nada. Al final de cuentas -pensó- todos son solamente unas "chachalacas" derechistas e izquerdistas, porque en la vida, alguien lo dijo, "O se es o no se es". Para él, no había términos medios, eso eran sólo joterías y excusas para no hacer nada. El ya no hablaría, simplemente actuaría. Estaba harto de las "chachalacas" de café.
trabago49@hotmail.com elobservadorpolitico@hotmail.com
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