LA GUERRA DE LAS CUCAS
Se ha querido explicar la ola de violencia que azota gran parte del país, como resultado del "efecto cucaracha" que producen los operativos sorpresa en diversos estados de la república, de los que los medios dan oportuno aviso. Antes los narcos pagaban los servicios de informantes dentro de las corporaciones policiacas o militares, para que les soplaran con oportunidad el santo y seña de los operativos. La nueva estrategia del gobierno consiste
en que el pitazo lo de....¡López Dóriga!. Tal vez como una forma de disminuir la corrupción.
La frontal y decidida lucha contra el narcotráfico en nuestro país es, desde siempre, el juego del tío Lolo (el que se hace tonto solo). Los transportistas de mercancía legal pasan las de Caín para llevar su carga al norte de la república. Mientras tanto, las enormes cargas de droga llegan sin problemas allende nuestra frontera. Eso sí, de vez en cuando hay decomisos simbólicos que le den razón de existir a los intransitables Precos. El jugoso negocio del narcotráfico no sería redondo si no se complementara con el no menos jugoso negocio del combate al narcotráfico. ¿Alguien en el gobierno se ha preguntado por qué en Estados Unidos no existen los retenes?.
Si el inspirado funcionario a quien se le ocurrió equiparar a los narcos con cucarachas observara en su entorno inmediato, tal vez llegaría a la conclusión de que el gobierno y las corporaciones de seguridad están infestadas de la misma plaga. ¿No son las cucarachas del anterior sexenio las que dejaron ir al Chapo? ¿No son cucarachas verde olivo las que dejan pasar la droga en los retenes? ¿No son cucarachas con sotana (Girolamo Prigione) aquellas que arreglaron las entrevistas de los Arellano con el salinismo? ¿Recordamos a las cucarachas azules que asistieron a los funerales del "Ceja Gûera"? ¿Y el cucarachón con helicóptero que fue gobernador en Morelos? ¿A que especie pertenece la otra cucaracha con sotana, cardenal en Jalisco, con relaciones en el lavado de dinero?.
En fin, la guerra contra el narcotráfico, en México, es una guerra de cucarachas contra cucarachas. Digámoslo tiernamente, la guerra de las cucas. Los nuevos operativos es otra fase en el proceso de cucarachización de la política mexicana. Por eso uno de los principales subproductos de los operativos son el golpeteo a adversarios del régimen.
El alcalde de Tijuana no merece defensa alguna. No es alguien al que podamos disfrazar de Niño Dios y ponerlo al frente de la procesión. Pero está claro que el operativo "Tijuana" tiene como principal objetivo el golpearlo políticamente, porque amenaza la continuidad azul en Baja California.
Eso mismo puede entenderse del grosero golpeteo sin pruebas contra el alcalde perredista de Acapulco. Así como de los asesinatos de policías locales en Sonora, mientras que los policías federales no son tocados ni con cáscaras de naranja disparadas por tremendas ligas.
Los políticos-cucaracha ya están jugando en Sonora rumbo al 2009, así como jugaron en Guerrero en las semanas anteriores a las elecciones federales. Ahí sembraron el terror para inhibir el voto en un estado de nula presencia panista y abrumador dominio perredista. Ahora buscan debilitar al gobierno de Sonora para que pidamos que nos salve el presidente chiquito.
Martín Vélez
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