martes, abril 03, 2007

Las Malvinas son y serán siempre de Argentina: vicepresidente Scioli

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 2 de abril. Con un nuevo reclamo a Gran Bretaña para que "atienda" las solicitudes de la comunidad internacional y retome el diálogo sobre la soberanía en las islas Malvinas, el vicepresidente argentino, Daniel Scioli, dijo hoy que "jamás dejaremos de reivindicar nuestros legítimos derechos; ni la guerra ni el paso del tiempo cambian las condiciones. Las Malvinas son y serán siempre argentinas. Vamos a recuperar lo que nos pertenece".

Scioli presidió el acto que comenzó ayer con una impresionante vigilia de los ex combatientes de la llamada Guerra del Atlántico Sur entre Argentina y Gran Bretaña, donde los ex combatientes fueron acompañados por miles de habitantes de la isla de Tierra del Fuego, en el extremo sur del país, a los que no disuadió ni la lluvia ni el frío en la conmemoración de los caídos, 25 años después.

En Plaza de Mayo, el centro de ex combatientes de la provincia del Chaco, al noreste del país, se realizó otro de los diversos actos de este día, acompañados por algunos sectores de piqueteros (desempleados) reclamando atención y soluciones para los que siguen condenados al olvido.

Jóvenes de entre 17 y 20 años fueron convocados, algunos como reservistas y otros que estaban en el servicio militar obligatorio -ya derogado en Argentina- sin ninguna preparación para enfrentar una guerra, por el entonces presidente de facto Leopoldo Fortunato Galtieri, cuando ya no se sostenía la dictadura militar, que regía desde marzo de 1976.

El desembarco argentino para recuperar las islas, ocupadas en 1833, ocurrió el 2 de abril de 1982, y aunque hubo negociaciones intensas, Gran Bretaña se negó a reconocer los derechos de este país, desatando una guerra que en 74 días dejó un millar de muertos y miles de heridos.

La sociedad argentina mayoritariamente apoyó el intento de recuperación de las islas, y cuando el gobierno británico, apoyado por Estados Unidos y el fallecido dictador Augusto Pinochet, envió su flota, aumentó el rechazo de los argentinos a la ocupación de ese enclave.

"El tema de Malvinas es tabú por muchas razones. Los soldados fuimos ahí sin información alguna. Quedamos bajo el control y las órdenes de militares que habían participado en crímenes de lesa humanidad de la dictadura. Hubo oficiales y suboficiales que fueron una excepción. Esto trajo como consecuencia que los soldados pasaran varios infiernos allí", relató a La Jornada Edgardo Esteban, autor del libro Iluminados por el fuego, que dio origen a la película del director Tristan Bauer del mismo nombre, y que recibió varios premios internacionales.

Pero también "fue el infierno al volver. Nadie nos esperaba, porque nos trajeron a escondidas, nos llevaron a Campo de Mayo y allí nos hicieron firmar que no hablaríamos. Eso fue una tragedia nueva, porque muchos venían de sufrir castigos, abusos, el ver a sus compañeros muertos por la guerra y por esa represión que extendió hasta ese lugar el modelo de la dictadura, con increíbles tormentos".

El regreso fue un camino nada fácil, recuerda Esteban. "La sociedad argentina que había salido a las calles el 2 de abril, no entendió que nosotros no éramos los militares de la dictadura. No querían mirarnos, mirar el fracaso y admitirlo, nos miraban con miedo y desconfianza y para algunos éramos los locos de la guerra... Todos sabíamos que la causa era justa en manos injustas en ese momento... y la dictadura nos había impuesto un pacto de silencio".

Fue por eso que este joven periodista decidió escribir su historia a mediados de los años 90, contada desde la cotidianeidad, en una crónica descarnada y en extremo sincera. Fue amenazado varias veces.

Centenares de ex combatientes se han suicidado, otros están alcoholizados, enfermos, enfrentando la pobreza y el olvido. Cuatro de cada diez ha querido o pensado suicidarse.

Pero ahora recuperaron la voz y la acción. Las denuncias de estos últimos días muestran la realidad de los que murieron de hambre, metidos en una trinchera, o fueron castigados brutalmente por el robo de alimentos después de días sin comer en un lugar con 27 o 30 grados bajo cero, o los que fueron fusilados, como ahora recién se conoce o morían sin atención médica.

"Luchamos prácticamente desarmados, muchos sin ropa ni botas siquiera para soportar el frío y la nieve. Por eso muchos perdieron las piernas o las manos. Después del desconcierto con que llegamos en aquel desembarco a un lugar que sólo conocíamos por los libros de historia y por el reclamo por la ocupación británica, cuando venían los ingleses sentíamos que estábamos defendiendo a la patria y ahí hubo un heroísmo conmovedor, con esos muchachos que éramos abandonados por los jefes y disparábamos con armas viejas y aún así golpeamos al enemigo", dice con dolor Fernando, de la provincia de El Chaco.

Lo único que alienta es que el fracaso de esa guerra fue el final irreversible para la dictadura y que además como algo increíble allí pudo ser escuchado y surgir el rock nacional, una canción popular que estaba prohibida, cuando los rockeros se exponían a ser detenidos o desaparecidos sólo por cantar.

En Caracas, reportó Afp, el presidente venezolano Hugo Chávez se solidarizó con Argentina en su disputa con Gran Bretaña por las Malvinas, y subrayó que "esas islas son argentinas", y sostuvo: "Ya basta de coloniaje".

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