martes, mayo 22, 2007

La contradicción de esa burguesía de “izquierda”:

Nadie puede hacer el bien
en un espacio de su vida,
mientras hace daño en otro

Elizabeth Alcalá Esqueda

Tal vez no nos hemos percatado del cáncer que nuestro movimiento puede estar padeciendo y, en consecuencia, no percibimos que ello le impide avanzar hacia sus objetivos de forma más ordenada y continua.

No sólo los adversario naturales y visibles están atentando día a día contra el movimiento de resistencia. Es decir, no sólo el grupo que tenemos enfrente nuestro y que reconocemos como “la derecha” pura y dura atenta contra la resistencia. Por desgracia, dentro de nuestros espacios conviven grupos reaccionarios disfrazados de “izquierdistas”, los cuales, y las más de las veces, incluso son quienes encabezan el movimiento nacional y/o local. Gente que ha hecho de su discurso “revolucionario” una forma de vida económica y/o social. Gente que “pone la direccional de izquierda, pero da vuelta a la derecha”. Personas que siempre las veremos en una manifestación, en el mitin más multitudinario; que aparecerá en las mesas redondas e incluso día a día escriben un aguerrido discurso ya sea en la Universidad, en un medio o en el templete del mismísimo mitin. Sin embargo, esa misma gente, en cuanto se baja de ahí y vuelve a sus espacios más personales (vivienda, fábrica, escuela, universidad, familia, etc.) se comporta tan racista, prepotente o explotador como aquellos a quienes estuvieron criticando momentos antes.

A mí me parece que para lograr un verdadero cambio, un cambio sustancial y prolongado debemos cerrar filas contra todo tipo de concesiones a la ligereza moral, lo cual no supone instalarnos en ningún modelo “fundamentalista” o “radical”, porque el respeto a las normas y a los principios no puede ser descalificado como “radicalismo” o “fundamentalismo”, sino como simple COHERENCIA, porque no podemos exigir, ni mucho menos criticar de doble moral a aquellos que se oponen al aborto, la eutanasia, la homosexualidad, etc., cuando muchos aquí discriminan, abusan y explotan.

Se preguntarán por qué hablo de esto sin precisar realmente a qué o a quién me refiero abiertamente. Puedo adelantar que no me refiero a nadie en particular, aunque sí lo haya visto en sujetos con nombre y apellido. No obstante, y sólo por precisar voy a hacer algunas alusiones en forma indirecta pues mi objetivo, por ahora, es invitar a la reflexión y, si fuera necesario, llegar a la denuncia públicamente en otro momento. Me parece, insisto, que no podemos organizarnos sólo para atacar al de enfrente, cerrando los ojos o justificando a nuestros colectivos. En mi opinión, la crítica y el saneamiento debe empezar desde la casa.

Resulta, queridos amigos, que recientemente una pequeñita de cinco añitos fue rechazada por alguien que ha vivido y se ha vendido siempre como de izquierda. Más aún, ha hecho de esta imagen, como dije arriba, una forma de vida durante más de tres décadas gracias a que, más de uno, la “ha comprado por eso”. ¿Cuál fue el pecado de la niñita? Ser la nieta de alguien que, en su momento, denunció a la “izquierdista” cuando vivió otra historia similar, pero lo que pudo haber sido un problema puntual, terminó ratificando una conducta habitual en esa vendedora de ilusiones y evasiones, quien mostró, además, su mezquindad y su pobreza moral.

Otra historia “para no dormir” la encontramos en aquellos “críticos”, “intelectuales” o “periodistas” que se pasan un día sí y otro también criticando los grandes errores del movimiento de resistencia acusándolo de estancado, regresista, repetitivo, anquilosado, etc. Argumentos que en sí mismo pueden ser ciertos, pero lo cuales JAMÁS llegan acompañados con la lista de propuestas de acción para remontar los atrasos. Se olvidan esos “intelectuales” de excepción que la gran mayoría de quienes participamos en el movimiento debemos trabajar para comer y cubrir nuestras necesidades más apremiantes y, muy pocos, pero muy pocos, podemos o pueden disponer de tiempo, dinero y habilidad para reflexionar tranquila e inteligentemente desde un cubículo cómo resolver tal o cual problema. Porque, por ejemplo, yo tengo ahora tiempo para escribir, pero resulta que carezco de recursos llevar a la práctica muchas ideas... entonces, qué hago? ¿Cuántos tienen recursos pero no tienen ideas?, ¿cuántos tienen dinero, tienen ideas, pero no quieren compartirlas? ¿Cuántos no tienen ni dinero ni ideas y, en consecuencia, tampoco son tomados en cuenta por esos súper críticos, aunque ofrezcan sus servicios? . En fin, como verán no es sólo asunto de los malos malosos, sino también de los buenos, buenísimos.

Aclaro desde ahora que a quien reconozco su coherencia, su entrega y su honestidad hasta ahora es al presidente legítimo, ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR , pero eso no hace que todos quienes lo rodean y/o lo apoyan puedan ser considerados iguales. Dicen que lo que se ve no se juzga...

Un ejemplo más de ese cáncer que nos ataca lo provocan las “sociedades de los elegios mutuos”. Dicho en otras palabras, aquellos individuos e “individuas” que necesariamente deben ser ajonjolí de todos los moles; aquellos quienes pretenden llamar a misa, darla y andar en la procesión, evidentemente con el fin de ser “reconocidos” como líderes indispensables, en lugar de propiciar la participación, por mínima que ésta sea, de la mayoría de los integrantes. Entonces es común ver en los eventos (nacionales y locales) siempre a los mismos cuates organizando sus propios eventos, convirtiéndose en organizadores, oradores, ponentes, presentadores y festejados al mismito tiempo. O sea, como decía el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal: “Somoza devela la estatua de Somoza en la plaza Somoza”. Cuidado porque eso termina por desmoralizar a quienes deseamos participar sin necesariamente tener que salir en la foto.

Nos olvidamos muy a menudo cuál es el objetivo fundamental: RESCATAR A MÉXICO DEL ATRASO Y LA EXPLOTACIÓN, y no estar siempre encima de un escenario. Amlo es el presidente legítimo, pero incluso él está y debe estar por debajo del objetivo principal. Su papel ha sido crucial en estos momentos históricos en México, pero como él mismo dijo, debemos pasar de página y centrarnos en nuevas acciones. Si el PRD le entra o no, si hay o no traidores, etc., esa es bronca exclusivamente de ellos, “la cosa va pa delante y no piensa recular... y si usted no está de acuerdo es cuestión de usted nomás”.

En este maravilloso grupillo están los clásicos “todo está mal”, y “yo tengo mejores ideas”. Pues bien, falta de confianza... a ver cuándo nos las hacen saber... Por ahora hay temas fundamentales que se deben resolver. Yo propongo, que por el momento, reunamos muchas firmas (de ser posible un millón) solicitando públicamente en un medio NACIONAL que no se destruyan las boletas electorales y que se permita el recuento. Sabemos que nada va a cambiar, pero como mexicanos tenemos derecho a la información que afecta a nuestro país y, si las cuentas estuvieron bien hechas nada debe de temerse... Si cada uno coopera con 100 pesos (o 10) podríamos publicarlo, no?

Por otro lado, me parece fundamental solicitarle también a CALDERÓN de forma pública y de parte de las diversas redes ciudadanas (colectivos) que nos responda sobre qué está pasando con los empleos que prometió, así como las demás propuestas. Es necesario que esto se haga por escrito y en forma de carta abierta (escrita correcta y respetuosamente) para evitar que se nos ataque de agresivos, pero que, a la vez, sirva de constancia para muchos lectores y sectores que aún viven en el engaño.

Finalmente compañero, propongo que se haga un espacio en la página del gobierno legítimo donde, como ciudadanos y representantes del mismo, podamos exponer nuestras propuestas, críticas y análisis a fin de enriquecer y ejercer realmente nuestro derecho como representantes.

Si realmente nos interesa el movimiento y sus objetivos dejemos nuestra pretensión de siempre ser reconocidos y mejor pongámonos a trabajar en serio. ¿No les parece?

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