Mexicanos al grito de guerra...: Ahora sí ya este pelele nos está llevando a lo peor de lo peor...
He aquí al trío de sátrapas y tarados decidiendo pendejadas y atrocidades, ¡qué horror!:
El primer ministro canadiense, Stephen Harper; el presidente Felipe Calderón, y el mandatario estadunidense, George W. Bush, en Heiligendamm, Alemania, en el contexto de la cumbre del Grupo de los Ocho, que terminó ayer y a la que fueron invitados México y otros cuatro países "emergentes" Foto: Ap
ANDREA BECERRIL
Austin, 8 de junio. El gobierno de Felipe Calderón solicitó formalmente al Congreso de Estados Unidos incrementar la ayuda para el combate al narcotráfico, reveló el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Silvestre Reyes, para quien es factible implementar en México un proyecto similar al plan Colombia, aunque sin presencia militar.
En el contexto de la Reunión Interparlamentaria Estados Unidos-México, que este sábado se llevará a cabo, el representante demócrata por Texas afirmó que la petición la formuló "la administración de Calderón", sin especificar quién, pero adelantó que en los siguientes meses "habrá anuncios importantes" al respecto.
Deslizó algunos detalles de lo que contendrá el plan para México, entre ellos mayor intercambio de información y datos de inteligencia, así como adiestramiento de cuerpos policiacos y suministro de equipo y recursos.
-¿También armas?
-Eso se analizará -respondió el titular del poderoso Comité de Inteligencia, quien consideró que Calderón está haciendo "un magnífico esfuerzo en el combate al narcotráfico y merece que le demos mayor apoyo", ya sea por conducto de la agencia estadunidense antidrogas (DEA) o por otros mecanismos.
Hay ya un avance, "pero no queremos adelantarlo, para no alertar a la delincuencia".
Insistió: "no lo quiero discutir aquí, porque primero tiene que haber acuerdo en el Congreso y aún no hemos discutido ampliar la asistencia a México, además de que no le queremos dar ese informe a los narcotraficantes".
Consideró que quizá se tenga que ampliar también la cooperación e intercambio de inteligencia entre las fuerzas armadas de ambas naciones.
Recordó que la violencia que provoca el narco en la frontera perjudica a ambas naciones, por lo cual el problema se debe enfrentar de manera conjunta.
Aclaró que personalmente no está de acuerdo en que el proyecto incluya la presencia de agentes de Estados Unidos en México.
Senadores de EU, ausentes
Para la delegación del país vecino, que encabeza el representante Ed Pastor, el tema de seguridad fronteriza es el principal dentro de los trabajos de la reunión. En cambio, no quieren abordar el tema migratorio, para no entorpecer la discusión en el Senado.
De hecho no asistirá ningún senador de Estados Unidos al encuentro de este sábado, lo que provocó que sus pares mexicanos no acudieran anoche a la cena que ofreció la delegación anfitriona.
Sin embargo, tanto Pastor como Reyes aseguraron que la reforma migratoria no está muerta y esperan reactivarla en un par de semanas, una vez que los líderes Nancy Pelosi y Harry Reid se entrevisten con el presidente George W. Bush.
"Más de 50 por ciento de la población de Estados Unidos quiere que haya reforma; el pueblo está con nosotros y creo que la oportunidad todavía existe", consideró el demócrata Pastor.
Pero el diputado priísta Edmundo Ramírez reveló que el propio Carlos Rico, subsecretario de Relaciones Exteriores, pidió a la delegación mexicana "bajar de nivel" la discusión del tema migratorio para permitir que el debate en el Capitolio avance.
En ese contexto, poco propicio como nunca antes, se realiza la Reunión Interparlamentaria.
Editorial
Un plan México, atentado contra la soberanía nacional
El combate contra el narcotráfico no puede ni debe basarse en decisiones que impliquen poner en entredicho la soberanía nacional, y mucho menos si provienen de Estados Unidos, el mayor consumidor de drogas del mundo y el principal abastecedor de armas de alto poder de las mafias mexicanas: mecanismos como el plan Colombia, que podrían aplicarse en México, son clara muestra de los daños y perjuicios que provocan esta clase de propuestas diseñadas de acuerdo con los intereses de Washington.
A mediados de mayo, el diario The Dallas Morning News advirtió que la Casa Blanca y el gobierno del presidente Felipe Calderón estaban negociando un plan México. Ayer el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Silvestre Reyes, informó que el gobierno mexicano requirió mayor asistencia para combatir el narcotráfico y el crimen organizado, lo que Washington está dispuesto a atender. Se trataría de un esquema similar al plan Colombia -sin la participación en el terreno de militares estadunidenses-, que implicaría brindar adiestramiento a fuerzas del orden mexicanas, intercambiar información y aportar otros recursos. Sobre armamento, Reyes precisó que esa cuestión se analizaría posteriormente y que la decisión final de su gobierno sobre un plan México, que entraría en vigor posiblemente en dos meses, se daría a conocer en un par de semanas.
El establecimiento de una estrategia de este tipo sólo puede ser perjudicial para el país, ya que no reducirá los elevados niveles de violencia producidos por el crimen organizado ni disminuirá el volumen del narcotráfico. En Colombia, su plan ha convalidado la participación de las fuerzas armadas en labores policiacas, con los consiguientes incidentes en donde civiles han sido atacados por efectivos castrenses, intencionalmente o por confusión. En este contexto, el reciente incidente en La Joya, Sinaloa, donde dos mujeres y tres niños fueron ultimados en un retén militar, es sólo una muestra de lo que podría ocurrir.
Por otra parte, el plan Colombia, fraguado en 1999, ha sido un fracaso rotundo ya que no ha logrado reducir los niveles de narcotráfico: actualmente en esa nación existen unas 144 mil hectáreas de cultivos ilícitos, según el Departamento de Estado. Al respecto, cabe señalar que las fumigaciones de narcocultivos -uno de los ejes centrales del plan Colombia- han sido completamente ineficaces, afectaron tierras aptas para la agricultura, y la salud de los campesinos que las ocupan, como han denunciado defensores de los derechos humanos.
Adicionalmente, el plan Colombia ha abierto la puerta a la intervención de los soldados estadunidenses bajo la figura de consultores militares en la lucha contra el narcotráfico, quienes realizan labores de inteligencia, de vigilancia y de entrenamiento de efectivos del ejército y la fuerza aérea colombianos. Aunado a esto, Washington ha proporcionado miles de millones de dólares en pertrechos militares (aviones, helicópteros, radares y bombas, entre otros). Pero esta ayuda y este material han sido empleados también en la lucha del gobierno colombiano contra los movimientos insurgentes, generando aún más violaciones a los derechos humanos.
Estas características del plan Colombia dejan en claro que este no es el camino adecuado para combatir el narcotráfico, por lo que urge que el gobierno mexicano privilegie estrategias con un enfoque integral, con medidas estrictamente policiales e iniciativas de prevención de los delitos y del consumo de estupefacientes sin poner en juego la soberanía nacional.
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