Carlos Fernández-Vega
Lista para ser retirada del horno (todo indica que hoy mismo) y formalmente entregada a los comensales (los legisladores) está la que por enésima ocasión llaman "reforma" fiscal en círculos gubernamentales (los de la "continuidad", en esta ocasión), un platillo que, todo apunta, no sería más que una nueva miscelánea en la materia (léase un "reformón" marca Fox, o, en términos llanos, un parche adicional) de corto plazo, con objetivo meramente recaudatorio y temerosa de cancelar privilegios que tanto dañan a las finanzas nacionales.
Lo anterior, porque el "nuevo" esquema (que el inquilino de Los Pinos ha manejado con mucho discurso, pero con poca información pública) no afectaría la viciada estructura imperante, ni mucho menos alteraría los elementos fundamentales de inequidad fiscal, especialmente los privilegios otorgados a grandes empresas, a grandes capitales, que seguirían por la ruta de evadir y eludir al fisco en nombre del ilusorio fomento a la inversión y la inexistente generación de empleo.
De lo que se ha filtrado, se conoce que en la "reforma" calderonista los regímenes especiales (que al erario le significa una pérdida anual no menor a 500 mil millones de pesos) no se tocan; tampoco incluiría un plan para combatir la evasión y elusión, ni la ampliación del padrón de causantes; permitiría que estados y municipios cobren impuestos locales a ciertos productos ya gravados (3 puntos porcentuales adicionales a los impuestos federales); fijaría una tasa única del impuesto sobre la renta (eventualmente 15 por ciento, contra 29 por ciento actual); "combatiría" la economía informal, pero no mediante la generación de empleo y la incorporación de las empresas "subterráneas" al padrón fiscal, sino a través de gravar (2 por ciento) depósitos bancarios en efectivo superiores a 15 mil pesos; limitaría las deducciones fiscales al 16 por ciento, y así por el estilo, con lo que difícilmente se podrá "pagar la deuda social" (Calderón dixit).
Habrá que conocer el detalle, pero todo apunta hacia una miscelánea, parche, programa recaudatorio o como quiera llamársele, menos reforma fiscal real, de fondo y largo plazo. Y de parches similares está llena la historia fiscal del país, con los resultados por todos conocidos y padecidos. Desde luego que los legisladores deberán aprobar, modificar o rechazar tal propuesta, pero las negociaciones en lo oscurito van avanzadas.
En vía de mientras, va un repaso sobre la evasión fiscal en México, con información a 2004, por cortesía del Centro de Economía Aplicada y Políticas Públicas del ITAM, el cual advierte que resulta evidente que tanto la evasión como la elusión fiscal producen pérdidas recaudatorias considerables al erario; sin embargo, mientras la evasión implica una actitud del contribuyente frente a la capacidad del fisco para detectar y sancionar una conducta omisiva, la elusión parte de una posición del contribuyente frente a la norma fiscal. Es decir, la elusión aprovecha las lagunas o imperfecciones de las normas tributarias para disminuir la carga fiscal del contribuyente, mientras la evasión fiscal parte de la ineficiencia de la autoridad recaudadora para descubrir y fiscalizar la omisión.
En IVA la recaudación potencial aumentó (todas las cifras son a precios constantes de 2003) de 298 mil 850 millones a 340 mil 624 millones de pesos entre 2002 y 2004. La evasión se redujo de 70 mil 475 a 68 mil 687 millones en el mismo lapso. La tasa de evasión pasó de 23.6 a 20.2 por ciento, de 1.1 a 0.9 del PIB.
ISR personas morales: la recaudación potencial se redujo de 175 mil 682 millones a 172 mil 577 millones de pesos entre 2002 y 2004. La evasión aumentó de 37 mil 691 a 45 mil 21 millones en ese lapso. La tasa de evasión medida pasó de 21.45 a 26.09, por ciento, o sea, e 0.58 a 0.61 del PIB.
ISR personas físicas retención de salarios: la recaudación potencial se redujo de 207 mil 952 millones a 204 mil 468 millones de pesos entre 2002 y 2004. La evasión bajó de 35 mil 817 a 30 mil 321 millones en el mismo lapso. La tasa de evasión medida pasó de 17.22 a 14.83 por ciento, es decir, de 0.55 a 0.41 del PIB.
ISR personas físicas arrendamiento: la recaudación potencial aumentó de 21 mil 627 millones a 23 mil 159 millones de pesos entre 2002 y 2004. La evasión aumentó de 15 mil 536 a 16 mil 118 millones en el mismo lapso. La tasa de evasión medida pasó de 71.84 a 69.6 por ciento, es decir, de 0.24 a 0.22 del PIB.
ISR personas físicas en actividades empresariales y servicios profesionales: la recaudación potencial aumentó de 69 mil 571 millones a 76 mil 42 millones de pesos (2002-2004). La evasión lo hizo de 54 mil 344 a 61 mil 055 millones en igual lapso. Como consecuencia, la tasa de evasión medida fue de 78.11 a 80.29 por ciento. Como porcentaje del PIB se mantuvo en alrededor de 0.83 por ciento.
La tasa de evasión global bajó de 34.16 por ciento para el periodo 1998-2000 a 28.5 en 2001-2004. Como proporción del PIB disminuyó de 3.94 a 3.36 por ciento, respectivamente.
Las rebanadas del pastel
Felicidades: la OCDE, jubilosa, pronostica que para 2008 en México la tasa de desocupación se "reducirá dos décimas" de punto porcentual, o lo que es lo mismo 3 mil 600 mexicanos por fin tendrían empleo, y "sólo" restaría un millón 800 mil desempleados... Empresas españolas, estadunidenses, brasileñas y australianas quieren participar en el jugoso negocio de las reconcesiones carreteras, pero entre los escasos jugadores mexicanos aparece el grupo ICA, uno de los consorcios "rescatados" en la primera ola de concesiones. A pesar del quebranto para el erario, el presidente del consorcio, Bernardo Quintana, ya dijo que "participaremos (asociado con Goldman Sachs) en las licitaciones de todos los proyectos carreteros y la concesión de autopistas". Ante todo, cara dura y buenos amigos en el gobierno.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario