AL PUEBLO DE HIDALGO
A LAS ORGANIZACIONES SOCIALES, AMBIENTALES, POLÍTICAS Y DE DERECHOS HUMANOS
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
A LA OTRA CAMPAÑA EN TODO MÉXICO Y LOS OTROS PUEBLOS DEL MUNDO
Como se ha anunciado, los gobiernos federal y estatal han dispuesto construir un aeropuerto en el Valle de Tizayuca, Hidalgo, con el fin, dice, de destrabar el tráfico aéreo del centro del país. La noticia tiene vuelto loco a Miguel Osorio Chong que, como si se tratara de su fiesta de graduación (que no tuvo en la universidad, porque no la cursó), anda pavoneando la pretensión en casi todos los medios de comunicación de la entidad.
Sin embargo, atendiendo el llamado de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona a combatir todo proyecto neoliberal contrario a la autodeterminación de los pueblos y de la madre naturaleza, desde abajo y a la izquierda, La Otra Campaña en el Estado de Hidalgo, exigimos:
1.- Paren de una buena vez las pretensiones del gobierno del Estado y federal por construir un aeropuerto en el Valle de Tizayuca, así como el denominado "proyecto Platah"; planeados con base en simulaciones de acuerdo, engaños a los ejidatarios y advertencias constantes de la sociedad civil organizada sobre el grave colapso ecológico que provocaría su construcción.
2.- La inmediata y justa indemnización a los campesinos y campesinas afectadas en la compra-usurpación de terrenos ejidales de Zapotlán, Acayuca, San Javier, Tolcayuca, Villa de Tezontepec y Tizayuca.
Detrás del proyecto del aeropuerto hay un engaño. Una historia de despojo, exclusión y mentiras, que por si fuera poco, redundará un irreversible deterioro ecológico para la zona. ¿Quién le preguntó a Zapotlán si quería un aeropuerto? Al contrario, la gente fue engañada y presionada para que vendiera la tierra.
Los metros cuadrados que les pagaron a 15, 20 y 49 pesos, ahorita se están cotizando en 350, 450, 500 y hasta 700 pesos, y para los verdaderos dueños de la tierra no hay nada, pura miseria. De eso, sólo los ricos y los del gobierno se están enriqueciendo, haciendo ya negocios con lo que no les pertenece.
Como anuncia la Comisión Sexta: "Nosotros los despojados nunca vamos a volar en avión. Ni siquiera nos van a dejar entrar". Es más, ¿Ustedes piensan que las grandes residencias que van a construir alrededor del aeropuerto van a tolerar vivir con la gente pobre de Zapotlán o de otras comunidades? No, van a hacer que se vayan, y sólo van a permitir que vivan al lado de ellos gente del mismo poder económico.
"Detrás de ese aeropuerto hay un engaño. ¿Quién le preguntó a Zapotlán si quería un aeropuerto? Probablemente si les hubieran preguntan habrían pedido drenaje, pavimentación, menor precio en la luz, mejores servicios públicos, más escuelas, mejores maestros, hospitales y clínicas, pero eso significaría que los están tomando en cuenta, y los gobiernos no toman en cuenta a la gente de abajo, mas que a la hora que vienen a pedirles su voto. Y allá arriba no les dan votos, les dan dinero".
Se ha exclamado que el proyecto Platah y la construcción del aeropuerto es el acto más importante de "justicia social" en la historia de Hidalgo. Nunca antes una mentira tan grande. Según lo han documentado varios periodistas a lo largo de cinco años, parte de las mil 600 hectáreas adquiridas por el gobierno a ejidatarios de la zona destinadas a este proyecto ecocida, se tiñen de trampa y burla.
El ex gobernador Manuel Ángel Núñez Soto -quien diera inicio al plan-, elaboró toda una estrategia para apoderase de los terrenos, condicionándole los programas federales como el Progresa y el Oportunidades a los campesinos; proponiéndoles la venta de sus ejidos a quince pesos el metro cuadrado por considerarlas "improductivas", situación falsa, pues en el zona aún se mantienen los cultivos de maíz, cebada, frijol y papa, materia de subsistencia de miles de agrarios del Valle; "recompensándoles" con placas de taxi sin títulos de concesión; "invitándolos" a "ser parte" del proyecto tratando de convencerlos de comprar maquinaria para la construcción de comercios inexistentes; obligándolos a aceptar reces, borregos y hasta dinero que en la mayoría de los casos terminaron siendo parte de las arcas de funcionarios medianos que les amenazaron y extorsionaron, por querer volver a sus tierras de cultivo.
A cuatro años de esto, las consecuencias del saqueo continúan y como nunca antes la migración en la zona se ha disparado, pues los campesinos ya no tienen aquello que les dio sustento: la tierra, que desde las épocas en las que en el Valle de Tizayuca naciera el gran Huehue Huitzilihuitl, primer tlatoani mexica, les brindó vida y prosperidad.
¿Qué más pruebas de nuestras palabras que las que exclaman los ejidatarios de Zapotlán?: "No estamos inventando, nos lo contaron de aquí mero donde estamos. Nos dijeron que hace tres años el precio de la tonelada de cebada estaba a un precio, y ahora es más bajo. Pero, ¿a poco bajaron los precios de la luz, el gas, los alimentos que consumimos? No. Trabajamos lo mismo, o más, pero cada vez nos pagan menos por nuestro producto. ¿Por qué lo vamos a permitir?"
Colapso ambiental
Otro agravante es que el proyecto del aeropuerto en Tizayuca carece de viabilidad ecológica, y con su construcción se corre el riesgo de un colapso ambiental en la zona.
Esto lo han advertido serios estudios de organizaciones sociales que y del propio Consejo Estatal de Ecología quien, en el puro descaro y contradicción, ha demostrado que existe en la zona un decremento en los niveles del manto acuífero mil 508 Cuatitlán-Pachuca, por lo que hasta el momento existe necesidad de tandear el líquido a Pachuca y Tizayuca.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua , los 4 mil 400 kilómetros cuadrados de la cuenca Pachuca-Cuautitlán, están sobreexplotados, pues cada año se extraen 433 millones de metros cúbicos de agua, pero solamente se recargan 207 millones, lo que trae consigo un déficit mayor a 50 por ciento. ¿Quién va a asumir los costos? No queda claro, lo que sí, que sea la propia naturaleza pues será debastada por cemento y comercio, pura muerte.
Los mismos estudios explican que en los años 50 el agua se encontraba a diez metros de la superficie, pero en la actualidad el manto acuífero se ubica a profundidades de 200 metros en municipios como Zumpango y Tecámac, situación que se observa en toda la cuenca Pachuca-Cuautitlán, que cruza 47 municipios
Por eso la propuesta de traer agua de la región de Actopan para abastecer el proyecto, como ha dicho Osorio Chong, , sólo aumentaría el problema que se ve claramente expresado en la otra propuesta: traer agua de la laguna de Tecocomulco; una cuenca, por cierto, debastada por el descontrol capitalista.
Por si fuera poco, se carece de un programa de tratamiento y reuso del agua que permitiera, a partir del segundo año de funcionamiento del proyecto, reducir de manera paulatina la dependencia del aeropuerto de los mantos acuíferos.
Incluso, el Programa Universitario de Medio Ambiente (PUMA) de la UNAM señaló que las acciones aeroportuarias incidirían en la calidad y disponibilidad de agua, las áreas verdes y el aire, ya que se provocarán daños por la edificación de la terminal aérea en el Valle de Tizayuca.
Otro punto en contra es que la presión sobre el recurso hídrico aumentaría, pues de acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo), el impacto demográfico en la zona de influencia de Tizayuca podría ascender a un máximo de 900 mil habitantes entre 2000 y 2030. De esta manera y tomando en cuenta la escala de los eventuales impactos demográficos, podría ocasionar problemas urbanos por la intensidad demográfica.
¡LA TIERRA ES DE QUIEN LA TRABAJA!
¡TIERRA, DEMOCRACIA, JUSTICIA Y LIBERTAD!
¡YA BASTA!
La Otra Campaña Hidalgo
El Otro Hidalgo
Pachoakan, 1 de agosto del 2007
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