Antonio Heras, y Alonso Urrutia
Tijuana, BC, 3 de agosto. Está en curso un esquema similar al utilizado a nivel federal en 2006, una estrategia que comienza a institucionalizarse en el panismo para preservar el poder a cualquier costo: guerra sucia, injerencia del gobernante en turno, utilización del aparato judicial para desacreditar a la oposición y una inusual reactivación de los programas sociales con fines electorales.
Sin embargo, hacia el final de la contienda en Baja California, dicha estrategia parece no haber dado los resultados esperados, a juzgar por el retroceso del candidato panista, José Guadalupe Osuna Millán.
Los 18 puntos de ventaja con que arrancó su campaña se desvanecieron y prácticamente se encuentra en un empate técnico con el candidato de la alianza Para que Vivas Mejor, Jorge Hank Rhon, que tiene el respaldo de un priísmo reavitalizado tras 18 años de estar en la oposición.
La figura de Hank se convirtió en el eje de la campaña panista y en una obsesión para Osuna Millán, un candidato con escasa fuerza propia apuntalado por una fuerte presencia publicitaria del gobierno del estado.
En discursos, entrevistas e incluso debates, el tema de Osuna Millán fue Hank Rhon, a quien califica de ''amenaza'' para la entidad por sus presuntos nexos con el crimen.
El priísta también se convirtió en una obsesión del gobernador del estado, Eugenio Elorduy, quien reavivó las rencillas que surgieron al paso de su coexistencia en el poder con el alcalde de Tijuana con licencia: Hank gobernaba a la mitad de la población del estado.
Acción Nacional dio un giro a la estrategia aplicada hace tres años, que fue inútil para impedir que Hank llegara a la alcaldía, y pasó de la indiferencia a la descalificación abierta.
El afán panista de preservar el poder recuerdan las prácticas del viejo régimen priísta. ''Elorduy ha sido el más priísta de los gobernadores panistas'', señalan analistas en alusión a la abierta injerencia del mandatario en la designación de Osuna Millán como su sucesor, en medio de denuncias de fraude y desvío de recursos públicos.
Ante el retroceso del PAN en las preferencias electorales, el gobierno estatal emprendió una campaña propagandística con el lema Baja California, grande por ti, y Elorduy asumió una postura de confrontación directa con la oposición.
A ello se suma el presunto uso electoral de la Procuraduría General de Justicia del estado, que giró ordenes de aprehensión contra ex colaboradores de Hank Rhon en la alcaldía de Tijuana.
Las acciones del gobierno estatal han desatado críticas abiertas de la oposición. El PRI asegura que se prepara una elección de Estado, y el PAN responde que los priístas han usado la alcaldía de Tijuana en favor de la campaña de Hank Rhon.
El dirigente panista en el estado, Salvador Morales, ha cuestionado la imparcialidad del Consejo Estatal Electoral y sostiene que la mayoría de sus consejeros apoya a Hank.
Si en Baja California los contendientes que se disputan la gubernatura son dos tipos sin ninguna calidad moral, quiere decir que no existe posibilidad de que ese Estado avance. ¿Será que eso se merecen los bajacalifornianos puesto que un candidato mejor calificado no tiene oportunidad de ganar la elección?
Veremos que porcentaje asiste a las urnas. De cualquier forma, aunque se diera el abstencionismo que se preveé, el que los bajacalifornianos no puedan aspirar a mejor futuro es que la mayoría no ha sabido irlo construyendo, ni tan poco les quita el sueño seguir siendo gobernados por ladrones y mafiosos. ¡Pobre gente!
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