lunes, diciembre 17, 2007

"Los usureros denuncian la usura"

Por Ricardo Andrade Jardí

Mientras las derechas mundiales afilan sus garras, siempre destructoras, pero nunca democráticas, contra el electo gobierno de Bolivia, bajo el pretexto del "peligroso populismo", que a diferencia del gobierno (perredista) de Chiapas, una asamblea constituyente formada principalmente por indios, por aquellos que nunca antes tuvieron derecho a nada y que bajo las reglas impuestas del neoliberalismo fueron electos por su pueblo para otorgarse una nueva constitución, donde "los indios no puedan ser considerados menos que un pollo", en Yucatán, el nefasto Alto Vacío declara que se debe revisar "la compra" (despojo en castellano) de tierras ejidales desde 1987, ya que su incapacidad para gobernar no le dio para que en seis años de administración lo hiciera él o su incapaz gobierno, sin embargo sí le dio (su desgobierno) para despojar de sus tierras a los ejidatarios mayas de diversos lugares del Estado, donde hoy se edifican inútiles campos de golf y centros residenciales exclusivos para la oligarquía, incluso sobre zonas arqueológicas, con la siempre ausente complicidad del INAH.

El usurero ladrón denuncia la usura de los otros, en un intento de distraer la atención de lo que de todas formas ya está negociado para que nada suceda; la impunidad que el PAN yucateco garantizó a sus sucesores es la misma que el PRI después de toda sus farsa electoral, de "ahora sí combatiré la corrupción", es la misma que se "otorgara al PAN" con la esperanza de que para el próximo año, con el aumento del concesionado y pésimo transporte público y el de la gasolina, nos ocupemos todos de otras cosas y nos olvidemos que durante el sexenio panista se despojó de sus tierras a los campesinos mayas de Yucatán, en nombre de un "progreso" que nada tiene que ver con el desarrollo y sí con un retroceso social y cultural, con un atraso semicolonial en el que los siempre ricos (y ni siquiera yucatecos, esos ya fueron desplazados) se adueñarán de la vida política y económica del Estado, mientras se explota a los siempre pobres (campesinos e indígenas) y nos "llenan" a las citadinas clases medias de inútiles plazas comerciales (espejitos) y necesidades, aderezadas de enajenante circo y maroma. Para garantizar en cinco años, una succión de poder sin más sobresaltos, en el que la impunidad de unos sea la garantía de los otros; un sistema en el que "un pollo vale más que un indio", que es justamente a lo que el pueblo de Bolivia dijo basta (qué lejos estamos) y es por ese atrevimiento que las derechas y sus telecracias arremeten contra la nueva constitución, y el electo gobierno del indio Evo Morales, que hace iguales a los indios que a los mestizos, a los blancos que a los negros, a los ricos y a los pobres frente a la justicia.
Efectivamente, el despojo de tierras, en Yucatán, debería ser investigado desde hace 20 años o 40 ó 100 ó 500 y devolver esas tierras a sus legítimos dueños, lo que implicaría, entre otras cosas, devolverle a la comunidad maya las tierras de Chichén Itzá, que de ninguna forma, legítima, pertenecen a los Barbachano o a los Patrón o los Peraza.
Pero un buen principio es empezar (lo que no sucederá) con investigar al perdido (social, cultural, económica y culturalmente) sexenio panista que tanto prometió castigar a la corrupción y sería bien diferente de lo que no quiso, ni pudo ser.

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