miércoles, junio 18, 2008

México y sus hidrocarburos, ¿deglutidos por el NORAD y el Comando Norte nuclear?

Alfredo Jalife-Rahme

El régimen torturador bushiano aprieta las tuercas para defender militarmente su vulnerabilidad estratégica en el Golfo de México y capturar los hidrocarburos mexicanos.

En el cuarto Foro Anual de Norteamérica de la Cámara de Comercio de EU sobre Seguridad, Energía y Medio Ambiente, celebrado en Washington en estos días, y sin el menor respeto ante el participante Manlio Fabio Beltrones, líder del PRI en el Senado, el secretario del Pentágono, Robert Gates, anunció la probable incorporación de México al Comando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD, por sus siglas en inglés), después de la aprobación de la macabra Iniciativa Mérida.

Gates notificó a los “representantes” de EU, Canadá y México que en el 50 aniversario del NORAD, el mes pasado, México envió a un “observador” (Sierra Vista The Herald, 16/6/08). ¿Quien habrá sido? De facto, México pertenece al Comando Norte nuclear (NorthCom) que supervisa militarmente el ASPAN (el TLCAN Plus foxiano o SPP, por sus siglas en inglés): el engendro militar-energético tripartita del post 11/9, firmado en Waco, Texas, el 23 de marzo de 2005 por Baby Bush, el premier canadiense Paul Martin y el ingenuo y locuaz Fox Quesada, a quien hicieron quesadilla y arrastró a México a su peor tragedia geopolítica desde Santa Anna. Si este último cedió la mitad del territorio mexicano a EU en el siglo XIX, los panistas, Fox y Calderón entregaron el espacio y el subsuelo mexicanos a la decadente superpotencia unipolar, claro, con la connivencia de los neoliberales priístas De la Madrid, Salinas y Zedillo.

Existe un traslape funcional entre NORAD y NorthCom, ya que ambos ostentan el mismo comandante de EU –general de la Fuerza Aérea Víctor E. Renuart Jr.–, mientras el subcomandante del NORAD es canadiense. ¿Dónde colocarán al representante neoliberal de “México”? ¿Será un civil o un militar?

El rotativo comenta que el “NORAD, con sede en Colorado, fue formado en 1958 por EU y Canadá para monitorear el espacio y prevenir un ataque aéreo al continente americano”. México, país pacifista y neutral, tendrá que heredar a los múltiples enemigos en el mundo de EU, país hiperbélico, que de paso pone en jaque a los hidrocarburos del Golfo de México, someros o “profundos”.

El regiomontano, hoy senador panista y miembro de la Comisión de Energía, Fernando Elizondo Barragán, sucesor de Calderón en la Secretaría de Energía foxiana, había adelantado con su incomparable omnisciencia que el Pentágono protegía ya los hidrocarburos de Pemex en el Golfo de México. Según el secretario de Energía de EU, Samuel Bodman III, una “parte primordial”del ASPAN, además del privatizador conglomerado empresarial Consejo de Competitividad de Norteamérica (NACC, por sus siglas en inglés), es el Grupo de Trabajo de Energía de Norteamérica (NAEWG, por sus siglas en inglés) que promueve los “intereses comunes” trilaterales, el “mercado energético”, las “interconexiones (sic)”, la “integración regional (¡súper sic!)” y la “ayuda para alcanzar las necesidades (sic) de los pueblos (¡súper-sic!) de Norteamérica”. ¡Cómo no! ¿Para qué, entonces, se reúnen los tres gobiernos siempre en secreto, alejados de los “ciudadanos” supuestamente beneficiados con la “prosperidad energética compartida”?

Una de las preocupaciones del NAEWG versa sobre la infraestructura tripartita (léase: construcción de refinerías, oleoductos, etcétera), donde el sector privado tendrá una relevancia desmedida mediante el NACC (ver Bajo la Lupa, 3/6/07).

En el corto plazo, el NAEWG (otro acrónimo más para marear a ingenuos) se abocará a la integración del gas licuado natural (a lo que la pareja Calderón-Mouriño se adelantó con la compra estratosférica del gas peruano para beneficiar a la pirata española Repsol) y los biocombustibles (el maligno Congreso mexicano obedeció de inmediato votando para que los mexicanos coman motores en lugar de maíz).

Bodman, anterior ejecutivo financiero del Grupo Fidelity, fue uno de los participantes estelares del cuarto Foro Anual de Norteamérica de la Cámara de Comercio de EU, co apadrinado por el canadiense Peter Lougheed y el salinista Pedro Aspe (el de Volaris y la brutal devaluación deliberada del peso), que contó con la relevante presencia del anterior secretario de Estado, George Schultz, citado por John Perkins en su célebre libro confesional Un golpeador económico, como el “cerebro” de la enajenación económica terrorista de EU en Latinoamérica. ¡Ni mandados a hacer!

Bodman pontificó a los dos vecinos valetudinarios, desde el punto de vista militar, de EU para destacar el papel preponderante del sector privado en la integración energética trilateral. Se trata, a su juicio, de un “desafío colectivo (sic)” que deberán enfrentar los tres países frente al despliegue de la crisis energética y ambiental: “lo que suceda en este continente (¡súper sic!) será el mayor motor para el futuro de la energía mundial”. No conforme con el ASPAN, ¿Bodman piensa conjugar el Comando Norte con el Comando Sur para deglutir también el agua y los hidrocarburos de Sudamérica con el fin de cerrar el círculo “continental”?

Propuso una “inversión sostenida en todos (¡súper sic!) los recursos energéticos –y nuestra (sic) infraestructura energética… que deben suceder en nuestro (sic) continente compartido (¡extra sic!)”. ¡Bodman no deja nada!

Se congratuló de haber realizado un “buen progreso” mediante el NAEWG. ¿Pues qué habrán acordado en secreto? Felicitó la “integración del mercado de biocombustibles” de los tres países. Para que no digan que el alza de los alimentos no fue nutrida por los tres gobiernos neoliberales y depredadores del ASPAN (y de Aspe).

Luego de echar el ojo del águila estadunidense (por cierto, en vías de extinción) al uranio de Canadá, que posee 20 por ciento de las reservas del mundo, para la construcción de plantas nucleares, ensalzó a Calderón por su reforma energética. ¡Pues sí! A Bodman se le olvidó que su presidente despreció el Protocolo de Kyoto y mandó construir el muro de la ignominia transfronterizo con México, ya no se diga el maltrato permanente a los “refugiados económicos” mexicanos, que no “migrantes”, que huyen para encontrar la libertad económica de la que carecen en su país avasallado por una plutocracia insolente y medieval, apuntalada por EU.

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