jueves, julio 03, 2008

■ Carstens entra al debate
■ IDE para financiar refinerías
■ Galletas de la fortuna

Es muy fácil coincidir con el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, en algunos de los planteamientos que presentó ayer en el foro del Senado. Dijo, por ejemplo, que tarde o temprano terminará el actual ciclo de precios altos de crudo, y tenemos que estar preparados. Indudablemente. Cómo no vamos a estar de acuerdo si ya vivimos una dura experiencia en la década de los 80. El ex presidente López Portillo esperaba que el barril de petróleo llegara a 50 dólares –el equivalente a 100 de hoy–, pero se derrumbó su sueño… y el de los mexicanos que creyeron su promesa de prosperidad. Sin embargo, hay un asunto en que un sector importante del país sostenemos una opinión distinta a la oficial. Tiene que ver con la forma de financiar la construcción de refinerías, oleoductos, el transporte y la exploración.
La tercera vía
Hay dos posiciones: la del gobierno, que se inclina por la inversión privada nacional y extranjera, y la no gubernamental, la cual defiende que Pemex tiene recursos para emprender estas obras sin entregarse al capital privado. El autor de esta sección quisiera poner a la consideración del secretario de Hacienda otra opción que no se ha tocado hasta hoy: financiar a Pemex con el dinero que genere el nuevo impuesto sobre depósitos bancarios y en efectivo. Es un ingreso fresco, no comprometido. Según cálculos de Hacienda, el primer año captarán cuando menos 50 mil millones de pesos, y mucho más los siguientes. Es la contribución forzada de empresas y personas que hoy escapan a la caja del fisco. Una refinería cuesta 70 mil millones. Casi se podría pagar al contado, y el resto financiarlo –hoy está muy barato el dinero en los mercados. Sería un modo de evitar el choque que amenaza con degenerar en situaciones inimaginables. ¿No es una maravilla? Usar los recursos de los evasores de impuestos para invertirlos en Pemex a fin de que el petróleo siga siendo patrimonio nacional sin sombra de sospechosismos.
Ahorros para el retiro
Consar –la comisión a cargo de supervisar el seguro para el retiro– avisa que el estado de cuenta que enviarán las Afore durante julio tendrá un nuevo formato, más sencillo y transparente.
Indica las comisiones cobradas y los rendimientos otorgados a cada trabajador, lo cual es un dato relevante. También incluye una tabla comparativa de las Afore, que ayuda a seleccionar a la menos mala. No dejen de leer su reporte, cuando menos les servirá para tener presente que después de retirarse deberán seguir trabajando hasta el último aliento porque sus ahorros se los llevaron las Afore. Vayan pensando en abrir un changarro.
Guadalupano
Alguien aconsejó mal al senador John McCain al recomendarle una visita a la Basílica de Guadalupe durante su estancia en México. Primero, porque el millón de estadunidenses que residen en nuestro país, en ciudades como San Miguel Allende, Chapala, Los Cabos, etcétera, no son católicos. Y si trataba de producir una buena impresión a los mexicanos, quizá no le dijeron al senador McCain que un tal Vicente Fox visitó la Basílica justo al tomar posesión de su cargo como presidente y luego no hubo modo de atarle las manos. El senador McCain todavía tiene oportunidad de enderezar el traspié: ¿por qué no visita Yuma, la ciudad fronteriza a Los Algodones, donde comenzó a levantarse el muro? Como bien sabe, se encuentra en su estado, Arizona. Y si en ese desértico paraje, hoy a 50 grados de temperatura, donde han hallado la muerte millares de paisanos, promete formalmente que de llegar a la Casa Blanca habrá reforma migratoria en serio, de seguro ganará simpatías. Por lo pronto, su visita a la Basílica, un lugar sagrado para millones de mexicanos, sólo les trae el recuerdo ingrato de otro político.


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