martes, enero 27, 2009

Máxima crueldad


Durante siete años la base naval de Guantánamo fue una prisión donde alrededor de 800 ciudadanos de 40 países sufrieron torturas sin límite que les provocaron lesiones físicas y trastornos psicológicos. Decenas de ellos intentaron suicidarse; otro tanto protagonizó huelgas de hambre y disturbios. Washington los acusó de ser terroristas, pero no pudo comprobarlo: sólo enjuició y condenó a tres de ellos. Diversos informes de organizaciones civiles documentaron el horror que los detenidos sufrieron en esta prisión, cuyo cierre fue ordenado el jueves 22 por el nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Con base en estos informes y los testimonios de tres prisioneros, los cineastas ingleses Michael Winterbottom y Mat Whitecross realizaron la premiada película Camino a Guantánamo, algunas de cuyas imágenes ilustran este texto.A medianoche del 9 de junio de 2006, Mani Shaman Al Utaybi, Yassar Talal Al Zahrani y Ali Abdulah se dirigieron a la parte posterior de sus respectivas celdas ubicadas en el Campo 1 de la prisión de Guantánamo. Llevaban cuerdas que habían elaborado previamente con pedazos de sábanas y ropa. Subieron a los lavabos de acero inoxidable. Amarraron las cuerdas en la parte superior de las rejas, las enredaron a sus cuellos y se ahorcaron. Fue un suicidio colectivo perfectamente coordinado: aprovecharon los tres minutos que los guardias tardaban en pasar por sus celdas. Los centinelas descubrieron los cuerpos 20 minutos después. Previamente los suicidas colocaron sus ropas en sus respectivas camas para simular que dormían.Los tres habrían dejado notas escritas a mano en las que supuestamente explicaban las razones de su sacrificio. El Pentágono se negó a revelar el contenido de éstas. Según el Centro de Derechos Constitucionales (CCR, por sus siglas en inglés), organización con sede en Nueva York que representa a decenas de presos que se encuentran en Guantánamo, los tres prisioneros habrían "pactado" su suicidio colectivo para terminar con el infierno que padecían y llamar la atención de la comunidad internacional sobre la situación de los presos de Guantánamo (Proceso 1546).De acuerdo con testimonios recogidos por el CCR entre personas que fueron liberadas de Guantánamo, los tres prisioneros -que llevaban cuatro años en Guantánamo sin que el Pentágono les formulara cargo específico en su contra- habían sufrido torturas.En julio de 2002, Ahmed -yemenita de 28 años- fue golpeado salvajemente durante un interrogatorio y en otros más recibió descargas eléctricas; en febrero de 2003 Al Utaibi -saudita de 30 años- fue golpeado, amenazado de muerte y violado por uno de los guardias; y entre abril y septiembre de 2005 Al Zahrani -de 21 años, también saudita- recibió descargas eléctricas y fue objeto de abusos mentales durante los interrogatorios. Tenía 17 años de edad cuando fue recluido en Guantánamo.Uno de ellos, Al Utaibi, desconocía que el Pentágono había ordenado su liberación junto con otros 140 prisioneros.De acuerdo con el informe Condiciones de asilamiento en el centro de detención de Guantánamo, elaborado por la organización Amnistía Internacional (AI) en abril de 2007, hasta antes de la muerte de los tres jóvenes árabes se habían registrado en dicha prisión más de 40 intentos de suicidio. Un informe del CCR de junio de 2006 señala que sólo durante 18 días -del 18 al 26 de agosto de 2003- 23 prisioneros intentaron quitarse la vida. Este último informe recoge datos del Pentágono: 350 detenidos intentaron "autoflagelarse" en 2003 y 210 de ellos lo siguieron intentando en 2004. Esta organización de abogados sospecha que el término "autoflagelación" es un eufemismo que Washington utilizó para ocultar los intentos de suicidio.El 30 de mayo de 2007 otro preso, Abdulraham Al Manrly, ciudadano saudita, también se ahorcó en su celda del Campo 5.En su informe, AI recoge el testimonio del paquistaní Jumah Al Dossari, quien ingresó a Guantánamo en 2002 en uno de los llamados "vuelos secretos de la CIA". El detenido aseguró que sufrió golpizas y constantes amenazas de muerte. Contó que, durante un interrogatorio, uno de los oficiales le aventó a la cara sangre menstrual y después le hizo meter la cabeza en un recipiente de agua helada.Al Dossari intentó suicidarse 12 veces. El 15 de octubre de 2005 trató de colgarse de una soga dentro de su celda ubicada en el Campo 5. Posteriormente contó a su abogado que buscó quitarse la vida para explicar al mundo cuán desesperante e intolerable es la situación dentro de esa prisión. Esos intentos fallidos le dejaron una costilla rota y 14 puntos de sutura en el brazo derecho. El 12 de diciembre de ese año se reabrió la herida de su brazo y se laceró su bíceps derecho.
El arte de torturar
Los primeros prisioneros acusados de terrorismo ingresaron a Guantánamo el 11 de enero de 2002. Un mes después -7 de febrero- el presidente George W. Bush emitió un memorándum en el que su gobierno califica a los detenidos como "combatientes enemigos", una fórmula para evadir las obligaciones sobre prisioneros de guerra establecidos en la Convención de Ginebra. Desde entonces han pasado por esta cárcel cerca de 800 personas de 40 países, a la mayoría no se le han formulado cargos ni han sido sometidos a juicio. Al menos 12 de ellos tenían menos de 18 años cuando fueron puestos bajo custodia del ejército estadunidense. De 2002 a la fecha 520 prisioneros fueron liberados o enviados a otros países.De acuerdo con un reporte de AI difundido en diciembre pasado, hasta ese mes sólo quedaban en Guantánamo unos 250 prisioneros, casi 100 de ellos de nacionalidad yemenita. El gobierno de Estados Unidos había presentado cargos sólo contra 26 detenidos que debían ser juzgados por comisiones militares. De ellos, seis enfrentaban la solicitud de pena de muerte; otros tres fueron declarados culpables y condenados; los delitos imputados contra otros seis fueron desestimados. Cuando en 2002 Guantánamo inició como cárcel de supuestos terroristas, el Pentágono recluyó a los prisioneros en los llamados campos X y Delta. Posteriormente construyó los campos 1, 2, 3, 4, 5 y 6, así como el llamado Campo Eco.De acuerdo con el informe de AI titulado Las condiciones de aislamiento en el centro de detención de Guantánamo, el Campo 4 alberga a los prisioneros de menor peligrosidad y a los que "cooperan" con las autoridades estadunidenses. Están concentrados en barracones colectivos con espacios para que los prisioneros puedan hacer ejercicio y comer juntos.En el resto de los campos -donde, según el reporte, se encuentra la mayoría de los prisioneros- las condiciones de seguridad y aislamiento son extremadamente rigurosas, sobre todo en los campos 1, 5 y 6, así como en el llamado Campo Eco.Por ejemplo, en el campo 6 -abierto en diciembre de 2006 con capacidad para 178 prisioneros- está rodeado de altos muros de hormigón. En su interior, los detenidos permanecen encerrados un mínimo de 22 horas al día en celdas individuales sin ventanas al exterior y cuyas paredes e inmobiliario son de acero, por lo que "cualquier movimiento provoca reverberación en el ese metal y amplifica los sonidos de manera constante". Según el informe de AI, cada celda tiene una puerta que se abre desde un control central. Esas puertas sólo tienen una pequeña ventanilla de cristal blindado que da a un corredor interior permanentemente patrullado por miembros de la Policía Militar. Las celdas tienen escasos muebles, también de acero inoxidable: una litera fijada a la pared, un inodoro, un lavabo, algunas cuentan con una mesa empotrada en la pared.El reporte señala que, "en contravención de las normas internacionales, las celdas no tienen luz natural ni aire fresco. Están alumbradas las 24 horas del día por lámparas fluorescentes controladas por los guardias". No tienen contacto con otros prisioneros y su movilidad es casi nula. Se les niega la posibilidad de hablar, recibir visitas o contactarse con sus familiares.Los detenidos no poseen objetos personales, más que un libro del Corán. A los que "se portan bien" y son "cooperativos" les permiten una alfombrilla para realizar oraciones, algún libro -casi todos en inglés, a pesar de que la mayoría no lee en este idioma- y, a veces, papel y lápiz. El Campo Eco es un conjunto de casetas separadas del resto de los centros de reclusión. Los guardias llevan a este lugar a los "castigados". El aislamiento es extremo: no hay posibilidad de contacto con la luz ni ruido exteriores. Aquí los reclusos pueden pasar meses sin contacto humano, en algunas ocasiones con intensa luz que impide dormir o en la oscuridad total.De acuerdo con testimonios de los prisioneros liberados o de abogados de los detenidos, los guardias e "interrogadores" realizan diversas formas de tortura física y mental: propinan golpizas, amenazan de muerte, inmovilizan a los presos por horas con grilletes y cadenas, los desnudan y someten a temperaturas extremas, los privan durante días de todos los sentidos (vendan sus ojos, tapan sus oídos, les colocan cintas adhesivas en la boca), sumergen sus cabezas en agua hasta el punto de la asfixia. Pero hay otros métodos de tortura:En mayo de 2004, el prisionero Mohammed Jawad fue sometido al programa "viajero frecuente", el cual consiste en trasladarlo con grilletes de una celda a otra en períodos de entre dos y cuatro horas hasta en 112 ocasiones. El objetivo: "asegurar que el sueño del detenido se vea interrumpido el mayor número de veces". Tal hecho fue revelado durante la comparecencia que Jawad realizó ante una Comisión Militar el 19 de junio de 2008, a la que una observadora de AI tuvo acceso.En su informe sobre este hecho, AI asienta: "Esta terrible experiencia tuvo lugar presuntamente cinco meses después de que el adolescente intentó ahorcarse en su celda de aislamiento y dos meses después de que el entonces comandante de la base de Guantánamo, general Jay Hood, prohibiera el programa del 'viajero frecuente'".Nizas Sassi y Mourad Benchellali, dos ciudadanos franceses que estuvieron prisioneros en Guantánamo, contaron a su abogado Jacques Debray (Proceso 1453) que fueron objeto de "experimentos médicos": los obligaban a tomar pastillas y les aplicaban inyecciones.Debray narró que esos "tratamientos" los embrutecían: su cabeza se caía hacia atrás, se sentían mareados, ausentes, confusos. Explicó que, después de unas "misteriosas inyecciones", algunos presos despertaron con el cuerpo totalmente cubierto de pústulas. Nunca supieron qué tipo de medicamentos les aplicaron, pero afirmaron que después de ser drogados, un médico o enfermero los visitaba y les hacía preguntas precisas sobre el efecto del "tratamiento".Según los testimonios recogidos por AI, los guardias e interrogadores vejan también a los prisioneros con acciones que violentan sus valores culturales y religiosos, como mostrarles material pornográfico u orinar sobre ellos.De acuerdo con el informe de AI sobre las condiciones de Guantánamo, la mayoría de los prisioneros han padecido graves problemas sicológicos producto del aislamiento prolongado al que fueron sometidos, sobre todo porque éste se realizó en forma paralela a otros métodos de tortura psicológica, como la privación de la estimulación sensorial, el ocio forzoso, el confinamiento en espacios cerrados y la permanente incertidumbre sobre su situación legal.Así, señala la organización, muchos de los detenidos padecen distorsiones de la percepción, alucinaciones, ansiedad extrema, hostilidad, hipersensibilidad a los estímulos externos, trastornos del sueño, estados de depresión profunda y síntomas físicos como pérdida de peso, problemas de la vista y atrofia muscular. El informe expone varios ejemplos. Uno de ellos: en enero de 2007 el abogado de Bisher Al Rawi -nacido en Irak, pero residente en Reino Unido- refirió que su cliente "tenía buena salud y se expresaba muy bien" cuando ingresó a Guantánamo en 2003. Sin embargo, después de estar en un régimen de incomunicación en el Campo 5, "se estaba hundiendo en la locura".
Huelgas y motines
Ante tales condiciones, no resultó extraño que muchos presos realizaran varias huelgas de hambre y hasta intentos de motines, revelados tanto por ONG y reconocidos por las autoridades militares estadunidenses.En julio de 2005 56 prisioneros realizaron una huelga de hambre que duró varias semanas en protesta por su reclusión indefinida y por las condiciones a las que estaban sometidos. En agosto de ese año se repitió la acción. El 11 de septiembre siguiente 131 prisioneros rechazaron la comida durante tres días seguidos, según un reportaje publicado por The New York Times el 17 de septiembre de 2006, escrito por el periodista Tim Golden. El informe de AI sobre las condiciones de Guantánamo también hace referencia a estos hechos. Señala que la huelga se prolongó hasta enero de 2006: 83 presos mantenían el ayuno. Durante ese período -denuncia el informe- decenas de prisioneros fueron obligados a recibir alimentos por medio de sondas. A uno de ellos, las sondas le dañaron los pulmones.Afirma que varios prisioneros que representaban a sus compañeros fueron enviados a celdas de confinamiento en el Campo Eco, después de que las negociaciones con las autoridades fracasaron en agosto de 2005 y de ocurrieron disturbios en los campos 2 y 3."Decenas de detenidos destrozaron sus celdas. Arrancaron las sujeciones de sus retretes y las utilizaron para tratar de romper las alambradas que los separaban. Se desplegaron guardias en el perímetro de esos complejos. (...) Al final, el coronel Mike Bumgarner (responsable de la prisión de Guantánamo) habló por un megáfono y, sirviéndose de un intérprete en árabe, convenció a los detenidos para abandonaran las celdas destrozadas en compañías de los guardias", escribió Tim Golden en el citado reportaje del New York Times. Según el informe de AI sobre las condiciones en Guantánamo, el 18 de mayo de 2006 ocurrió otro botín. Ese día los guardias descubrieron que dos internos intentaron suicidarse con una sobredosis de medicamentos que secretamente habían acumulado. Aparentemente, las autoridades de la prisión recibieron información de que un detenido en el Campo 4 intentaría ahorcarse. Enviaron a un "escuadrón táctico" para registrar las celdas. Algunos internos de mayor edad se negaron a que los soldados registraran sus libros del Corán. Los guardias los obligaron y los presos de ese campo -cuyas medidas de seguridad son menos rigurosas- protestaron. Algunos forcejearon con los soldados. Los militares utilizaron "grandes cantidades de pulverizadores de pimienta y otras armas no letales" para controlar las protestas.Durante la huelga de hambre de 2005, Shaker Aamer -ciudadano saudita que residía en Gran Bretaña y uno de los líderes negociadores de los presos- escribió a su abogado Clive Stafford Smith:"Estoy muriendo aquí, día tras día, mentalmente, físicamente. Esto nos pasa a todos los que estamos prisioneros en Guantánamo. Se nos ha ignorado y encerrado en esta isla en medio del océano durante cuatro años. En lugar de ser humillado, preferiría morir lentamente de inanición. No quiero que me alimenten a través de tubos. Es inhumano y doloroso. Esta es mi decisión como ser humano." l

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