Enrique Cisneros
Cientos de miles de trabajadores protestaron ayer en decenas de plazas de la república mexicana. Por parte del gobierno no hubo ninguna respuesta, salvo declaraciones del cretino secretario de Agricultura Alberto Cárdenas, que afirmó que ya se había llegado a un acuerdo con los pescadores que están en paro.
Mientras esos sucedía, los medios de comunicación dieron testimonio de los miles de millones de dólares autorizados para el proceso electoral, mientras los campesinos tienen que hacer protestas masivas para denunciar que no hay apoyo para los programas del campo.
Por su parte Felipe Calderón, desde Davos, Suiza, hace el ridículo defendiendo el neoliberalismo afirmando, entre otras sandeces, que hay que rediseñar las instituciones financieras internacionales de manera tal que haya forma de recapitalizarlas y que en la actual coyuntura internacional, con las finanzas públicas en orden, se pueden adoptar medidas anticíclicas de forma responsable. Se atrevió a decir que México ha avanzado a través de tener no sólo finanzas públicas sanas sino que va bien gracias a que instrumentó diversas reformas como la fiscal y la energética.
Por su parte los banqueros se jactaron que ellos aumentaron sus ganancias en un 38 % y los políticos y seudo servidores públicos, ni de chiste piensan en reducirse sus voluminosos salarios.
La gente salió a la calle, todavía dirigida en su mayoría, por políticos que tratan de proyectarse para que les den un huesito y alcanzar un puesto en las próximas elecciones. Pero poco a poco va creciendo la desesperación de los trabajadores y ante tanto cinismo van avanzando las organizaciones que realmente tienen un accionar honesto y consecuente.
Cómo no enojarse al saber que los ahorros de los trabajadores se los están robando impunemente los banqueros. Cómo no enojarse cuando no hay dinero para las universidades y cada vez son más los llamados rechazados. Cómo no enojarse si el campesino se está muriendo de hambre pues ha sido esquilmado y el TLCAN arruina cada día, a más mexicanos. Cómo no enojarse cuando la que determina lo que hay que hacer en el terreno educativo es la corrupta Elba Esther Gordillo, que hace caso omiso a miles de maestros que rechazan su tranzada de Alianza para la Calidad Educativa (ACE).
Se burlan del pueblo al que le dicen que la reforma petrolera es por su bien, mientras Calderón anda ofreciendo el gas y petróleo mexicano por todo el mundo. Se burlan al afirmar que el diesel sólo subirá un 25 % cuando ya casi le duplicaron el precio. Se burlan del pueblo destinando millones de millones a la seguridad, mismos que se los roban los jerarcas militares, cuando muchos de ellos están involucrados en los negocios ilícitos que dicen combatir.
Pero no hay ejército que pueda detener a un pueblo cuando este se decide a llevar su destino por propia mano. Cuando un pueblo se organiza y acciona en contra de tanta mentira y engaño no hay policía ni represión que logre detenerlo.
Muchos trabajadores están enojados. Pero no basta, ese enojo hay que organizarlo para poder enfrentar la fuerza de los poderosos. Con tanto cinismo los burgueses están despertando al México bronco y cuando eso suceda, ni con todo su aparato militar podrán frenarlo. Y esto sucederá pronto.
Cientos de miles de trabajadores protestaron ayer en decenas de plazas de la república mexicana. Por parte del gobierno no hubo ninguna respuesta, salvo declaraciones del cretino secretario de Agricultura Alberto Cárdenas, que afirmó que ya se había llegado a un acuerdo con los pescadores que están en paro.
Mientras esos sucedía, los medios de comunicación dieron testimonio de los miles de millones de dólares autorizados para el proceso electoral, mientras los campesinos tienen que hacer protestas masivas para denunciar que no hay apoyo para los programas del campo.
Por su parte Felipe Calderón, desde Davos, Suiza, hace el ridículo defendiendo el neoliberalismo afirmando, entre otras sandeces, que hay que rediseñar las instituciones financieras internacionales de manera tal que haya forma de recapitalizarlas y que en la actual coyuntura internacional, con las finanzas públicas en orden, se pueden adoptar medidas anticíclicas de forma responsable. Se atrevió a decir que México ha avanzado a través de tener no sólo finanzas públicas sanas sino que va bien gracias a que instrumentó diversas reformas como la fiscal y la energética.
Por su parte los banqueros se jactaron que ellos aumentaron sus ganancias en un 38 % y los políticos y seudo servidores públicos, ni de chiste piensan en reducirse sus voluminosos salarios.
La gente salió a la calle, todavía dirigida en su mayoría, por políticos que tratan de proyectarse para que les den un huesito y alcanzar un puesto en las próximas elecciones. Pero poco a poco va creciendo la desesperación de los trabajadores y ante tanto cinismo van avanzando las organizaciones que realmente tienen un accionar honesto y consecuente.
Cómo no enojarse al saber que los ahorros de los trabajadores se los están robando impunemente los banqueros. Cómo no enojarse cuando no hay dinero para las universidades y cada vez son más los llamados rechazados. Cómo no enojarse si el campesino se está muriendo de hambre pues ha sido esquilmado y el TLCAN arruina cada día, a más mexicanos. Cómo no enojarse cuando la que determina lo que hay que hacer en el terreno educativo es la corrupta Elba Esther Gordillo, que hace caso omiso a miles de maestros que rechazan su tranzada de Alianza para la Calidad Educativa (ACE).
Se burlan del pueblo al que le dicen que la reforma petrolera es por su bien, mientras Calderón anda ofreciendo el gas y petróleo mexicano por todo el mundo. Se burlan al afirmar que el diesel sólo subirá un 25 % cuando ya casi le duplicaron el precio. Se burlan del pueblo destinando millones de millones a la seguridad, mismos que se los roban los jerarcas militares, cuando muchos de ellos están involucrados en los negocios ilícitos que dicen combatir.
Pero no hay ejército que pueda detener a un pueblo cuando este se decide a llevar su destino por propia mano. Cuando un pueblo se organiza y acciona en contra de tanta mentira y engaño no hay policía ni represión que logre detenerlo.
Muchos trabajadores están enojados. Pero no basta, ese enojo hay que organizarlo para poder enfrentar la fuerza de los poderosos. Con tanto cinismo los burgueses están despertando al México bronco y cuando eso suceda, ni con todo su aparato militar podrán frenarlo. Y esto sucederá pronto.
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