jueves, julio 02, 2009

El saqueo panista del IMSS


Francisco Rodríguez
Indice Político

El dinero ha aniquilado más almas que el hierro cuerpos.

-Francis Scott Fitzgerald-

NI SIQUIERA EMILIO Gamboa —¡lo que ya es un decir!— hizo al frente del Instituto Mexicano del Seguro Social lo que, en los últimos 30 meses, han perpetrado ahí los panistas. Una suerte de enajenación, para beneficio personal y de grupo, de las aportaciones de los trabajadores y los empleadores de México. Otro caso:Si usted es bachiller o apenas egresado de la preparatoria, si de preferencia tiene bicicleta y es oriundo de Monterrey, cumple con el perfil para ser el jefe de la División de Concursos y Contratos, con un sueldo base de 90 mil pesos mensuales más prestaciones, aguinaldo, bonos de puntualidad y asistencia, viáticos, boleto semanal a la capital de Nuevo León, y le tocará manejar —con lealtad, claro—, 6 mil millones de pesos en contratos “licitados” o adjudicados para construir hospitales y clínicas, que los mexicanos no necesitan ni pagan, pero les divierte ver.Ayuda, cierto, llamarse Enrique Rafael Laborde de la Garza y ser sobrino político de Humberto Ramos Hinojosa, Coordinador de Infraestructura Inmobiliaria del IMSS.Pero, ¿quién es el señor Ramos? Un ingeniero, sin ninguna experiencia en obras de salud, pero con la virtud de ser regiomontano, como quien lo trajo a la Ciudad de México, Francisco Suárez Warden, director –en la era Molinar Horcasitas— de Administración (sic) y Evaluación de Delegaciones del IMSS.Este señor Ramos antes fue jefe de Obras Públicas de Monterrey, de 1997 a 2000, cuando un día sí y el otro también se denunciaba en los medios el desaseo al otorgar contratos a compañías favoritas, otras de membrete, etc. Después fue residente de la obra del Metro de Monterrey, que se terminó con un año de retraso.Tan brillante palmarés fue lo que convenció a Pancho Suárez Warden y a Pancho Molinar de que era el mejor y el idóneo para la Coordinación de Obras del IMSS. Ya encarrerados, se trajeron también a Enrique Lozano Lee, con la misma experiencia que Ramos en obras de salud (ninguna), pero socio de éste en una compañía de asesoría, y lo convirtieron en jefe de la División de Construcción.Viendo tanta sapiencia concentrada en Monterrey, completaron de una vez una “camionetada”: para Proyectos (¡de hospitales!), echaron a la batea a Mario Ávila Zermeño, antes gerente de Mantenimiento del Metro regiomontano, con la misma nula experiencia de Ramos, pero eso sí, su cuate. ¿Y ante ello qué dijo la Sociedad Mexicana de Arquitectos Especializados en Salud? Nada. El que se mueve no sale en el presupuesto.En dicha “camionetada” se trajeron como subjefe de la División de Procedimientos de Contratación a Héctor Morales Rodríguez, otro bachiller, sí, ¡pero qué bachiller!, casi diplomado en Stanford o postulante al doctorado en la Universidad de California en San Diego: Nada menos que bachiller de la MacDonald’s Burguer University y, cuñado de Laborde; otro bulto: Pedro Castillo Gilbón, compadre de Ramos, fue nombrado en la subjefatura de División de Investigación de Costos.La División de Concursos y Contratos, innecesaria 50 años y también ahora, se creó al paso de Molinar para un ingeniero que se aburrió antes de tomar posesión y se fue, pero lo aprovecharon para colocar a otro cuate de los anteriores, los de Pemex, que tampoco sabían nada de hospitales. Ahora pusieron al bachiller pero sabio Laborde y ya tiene tres subjefaturas, una de ellas vacante, así que si usted se siente calificado, acérquese a Karam, o si no quiere intermediarios, a Pancho (perdón, quise decir Jean Francois, el padre de la novia) Molinar.Pero sigamos con Monterrey: Para la terminación del hospital de San Pedro Xalpa, en el Estado de México, “ganó” la obra de la terminación del Hospital de San Pedro Xalpa en una “licitación” la empresa Regiomontana de Construcción, de Humberto Armenta González, (ajá, otra gloria de Monterrey), presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, quien fue con sus maracas y pompones al foro del Senado a echarle flores a la fallida reforma de Pemex, propuesta por el señor Calderón. Lleva más de un año de retraso, un avance del 20% y ya le dieron un convenio de ampliación a septiembre de 2009, que tampoco va a cumplir, a menos que le den un contratote en la SCT, ahora en manos de Molinar, “el leal”. Y el hospital, ¿cuándo? ¿Será necesario?También de Monterrey es Desarrollo y Construcciones Urbanas, empresa que también “ganó” en licitación la obra del Hospital de Apodaca, N.L.Se ve así que el Ducado del IMSS es sólo una dependencia del Principado de la SCT, y que el actual Duque, aspirante a leal, es disciplinado. Dijo Karam, y con la cara muy seria, lo mismo que su jefe el Príncipe Molinar: que la culpa del incendio de la guardería de Hermosillo es del gobierno de Sonora, porque dejó encendido un equipo de aire acondicionado sin un vigilante. ¿Desde cuándo los fabricantes Carrier, York, LG, etc, especifican que siempre que se use uno de esos aparatos se debe dejar un vigilante?La responsabilidad, claro, no es del IMSS por permitir el inicio y la continuación de operaciones de las guarderías subrogadas a la nueva aristocracia tlachiquera azul, pero sin salidas de emergencia y con un plafón altamente inflamable y tóxico. También son culpables los fabricantes de papel, por no hacerlos contra fuego, Tlaloc, por no hacer llover y apagar el fuego; todos, los que sean, menos el IMSS, y mucho menos, Jean Francois Molinar.El saqueo del IMSS avanza. ¡Ni en las negras épocas de Emilio Gamboa!

Índice Flamígero: Hace años, cuando Tarcisio Navarrete era diputado del PAN pedía que los priístas no ocuparan puestos diplomáticos. Se olvidó pronto de sus reclamos. Hoy es embajador de México en Honduras. ¿Tiene alguien idea de cuántos embajadores o cónsules de carrera están sin hacer nada mientras que los políticos ocupan sus cargos? ¿Cuánto ganan porque están desocupados ya que los nuevos políticos ocupan sus cargos? Incongruencia, pues.


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