Andrea Becerril
Santa María Zoquitlán, Oax., 18 de agosto. Andres Manuel López Obrador llamó desde aquí a sus simpatizantes a estar pendientes para iniciar una movilización nacional, similar a la que se dio el año pasado en defensa del petróleo, en esta ocasión para impedir que el gobierno de Felipe Calderón imponga nuevos impuestos y alzas a tarifas eléctricas, gas y gasolinas, así como el recorte a recursos para la educación y el campo.
¡Quieren seguir exprimiendo al pueblo y eso no lo vamos a permitir! ¡No aceptamos que las riquezas se queden en unos cuantos!, expresó.
Se manifestó nuevamente por la renuncia del secretario de Hacienda, Agustín Carstens, ya que, advirtió, pretende cubrir el boquete financiero de 500 mil millones de pesos con mayores cargas fiscales y encarecimiento de los energéticos para la mayoría de la población.
Esto, recalcó, mientras se sigue protegiendo a los grandes empresarios y otros evasores de impuestos y se pagan ingresos millonarios a ministros de la Suprema Corte, magistrados electorales y funcionarios del gobierno federal.
Al iniciar su cuarta semana de recorrido por municipios indígenas de usos y costumbres de Oaxaca, López Obrador visitó la región zapoteca y dijo que ya quedó demostrado que Calderón no puede con el gobierno, pero no es culpa de él, sino de quienes lo impusieron. En breve entrevista, recalcó que el titular de la Secretaría de Hacienda debe ser removido del cargo.
Hay que quitar a Carstens, porque no sirve para nada. Es más, no sabe ni comer, toma mucha Coca-Cola, jugos Del Valle, sabritas, gansitos, ¡pura comida chatarra!
Acompañado por los senadores Gabino Cué, de Convergencia, y Salomón Jara, del PRD, el político tabasqueño llegó por caminos de terracería a Santa María Zoquitlán, San Pedro Totolapa, San Dionisio Ocotepec, Santiago Matatlán, San Lucas Quiaviní y San Bartolomé Quialana, donde fue escuchado por indígenas que viven en la marginación y sobreviven de la producción de mezcal.
A pesar de las maniobras del gobernador Ulises Ruiz para amedrentar a las autoridades municipales, de la llovizna que lo recibió desde su primer mitin, hasta un aguacero en el cierre por la noche en San Bartolomé Quialana, López Obrador se encontró siempre con simpatizantes dispuestos a escuchar su mensaje.
A todos ellos les dijo que este año y el próximo van a ser muy difíciles, porque al gobierno usurpador se le cayó la economía y se quedó sin recursos por la disminución en la recaudación de IVA e ISR, el desplome de los precios y la producción petrolera, y por su insistencia en imponer el modelo económico neoliberal. Ante ello, la única receta que se les ocurre es querer cobrar más impuestos a la población e incrementar el costo de la luz, el gas y la gasolina, quitar presupuesto a la educación pública, a la salud, al campo, pero no lo vamos a permitir, advirtió.
A manera de ejemplo expuso que las grandes corporaciones que impusieron a Calderón en la Presidencia apenas pagan gravámenes: Coca-Cola, sólo dos por ciento; Cemex, tres, mientras la carga fiscal para los trabajadores es de más de 30 por ciento.
¡En los próximos meses vamos a dar la lucha por la defensa de la economía popular, como lo hicimos para evitar la privatización del petróleo!, sostuvo.
En la mayoría de los mítines realizados en los seis municipios de usos y costumbres de esta región zapoteca de los Valles Centrales de Oaxaca, estuvieron presentes sus autoridades, excepto en San Lucas Quiaviní, donde sí funcionaron las presiones del gobierno estatal para impedir que asistieran el presidente municipal y los regidores.
Horas antes del acto del tabasqueño, el subdelegado de gobierno de Tlacolula, Salvador Vázquez, se presentó en la localidad y se llevó a todas las autoridades. Cerraron el palacio municipal, pero fuera de él un grupo de mujeres de todas las edades y vestidas con sus trajes multicolores esperaron a López Obrador.
El ex jefe de Gobierno del Distrito Federal se sentó junto a ellas para escuchar sus demandas. Ahí, Paulina López le dijo que nunca antes había visitado San Lucas Quiaviní un presidente de la República, y le expresó que estaba muy emocionada por ello.
López Obrador remarcó la necesidad de que en las próximas elecciones para renovar la gubernatura del estado se sacudan los 80 años de dominio del Partido Revolucionario Institucional en Oaxaca, y advirtió: Ya casi vivo en Oaxaca, y les guste o no les guste a los caciques de aquí, vamos a seguir recorriendo la región, concluyó.
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