03 septiembre 2009
ffponte@gmail.com
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“¿Cómo pagaremos los mexicanos los altos costos de ésta hipoteca de nuestro futuro? Si no hacemos algo diferente, contundente y urgente lo tendremos que pagar con sangre, sudor y lágrimas”.
Javier Jiménez Espriu.
I
Por coyuntura política entiéndese al eslabonamiento de las fuerzas políticas que luchan por controlar prácticamente el poder socioeconómico de un Estado o país dado que, en el caso, sería –es-- México.
Esas coyunturas políticas se presentan en un momento dado en el desarrollo de componentes internos y externos y vectores endógenos y exógenos que concurren, precisamente, a la conformación de dichos eslabonamientos de fuerzas políticas.
Ello está ocurriendo precisamente en México, independientemente de que los personeros, representantes y abanderados de las fuerzas políticas hayan adquirido conciencia, en lo individual y/o como sociedad, del desarrollo del eslabonamiento.
Fuese como fuere, el fenómeno es ocurrente. Y se refleja objetivamente, diríase que sin soslayo, en la superestructura. Ésta es, cabría definir, el conjunto de instituciones que cohesionan a la sociedad y a la cultura en torno a la base económica.
Y por base económica definiríase a la estructura económica como suma de relaciones de propiedad y de clases societales, así como de formas y modalidades de producción y distribución, subráyese, de las plusvalías devenidas del esfuerzo social.
Más no sólo eso. Ese conjunto de relaciones de propiedad y de clases incluyen, fedatariamente, la división social del esfuerzo –es decir, el trabajo--, así como las características y peculiaridades distintivas del desarrollo de las fuerzas productivas.
II
Así explicado, al través de los prismas de ciertas herramientas de la vertiente del conocimiento económico, político y social –filosófico, en suma— de vena progresista, eso es lo que está ocurriendo en México. Con dramatismo, espectacularidad y tragedia.
No en vano. Ya hace mucho tiempo, desde el siglo XIX, se discernió y se ha confirmado e incluso obsérvase una verificación ocurrente de un enunciado de trascendencia acerca del fenómeno que tiene hoy a México por escenario:
Y ese enunciado es el de que sobre las diversas formas de propiedad y las condiciones materiales de existencia societal se erige una superestructura de sentimientos, ilusiones, modos de pensar y concepciones de vida diversos…
Y más: esos sentimientos, tales ilusiones, los modos de pensar y concepciones de vida diversos han sido plasmados de un modo nítido, accesible incluso a la comprensión no sólo de los practicantes de las ciencias políticas y sociales, sino también para los legos.
Y éstos --los legos, como el caro leyente y éste escribidor— registrarían, discernirían e identificarían que si la base económica de la sociedad (o los pueblos que habitan México) está en crisis estructural y superestructural, todo lo demás es secuencial.
Cierto. Dicho verismo, terrible para los mexicanos, identifica una crisis en las relaciones de producción y las fuerzas productivas --los elementos constitutivos de la base económica de la sociedad-- y, ergo, en la relación base-superestructura.
III
Ello se traduce, no sin terror, en la descomposición de la superestructura; es decir, de las instituciones que, como ya se definió párrafos atrás, cohesionan a la sociedad y la cultura en torno a la base económica. Esas instituciones están rupturadas.
Es evidente, pues, que ésta coyuntura deviene de las contradicciones de la base económica de la sociedad. Ese incontrovertible hecho no es advertido, empero, ni mucho menos comprendido, por los personeros del poder político del Estado mexicano.
Háblase aquí de los personeros históricos, contemporáneos y actuales del poder político del Estado mexicano. Ni panistas --en control formal del Ejecutivo-- ni priístas, perredistas o de otras cofradías de mercantilismo político registran el peligro.
Y el peligro no es en sí la concreción, en ésta coyuntura, de un proceso revolucionario, que para no pocos mexicanos sería bienvenido por su prevista causalidad reivindicadora y predecible efecto renovador. No.
El peligro verdadero es otro, devenido de la historia misma de los pueblos de México: los conservadores, desde Iturbide hasta Felipe Calderón, pasando por los sexenios salinista, zedillista y foxista, han acudido a los imperios de la época en pos de auxilio.
Y el poder político de un Estado imperial –el de hoy, Estados Unidos— actúa con arreglo a sus propios intereses que es el que representa la percepción geopolítica prevaleciente en Washington de que México es parte de su imperio, su patio trasero.
No dudaríase de que don Felipe invocaría el auxilio de Barack Obama si la coyuntura política mueve a los mexicanos a afanes reivindicadores y renovadores de fondo organizados, pacíficos o armados, que impliquen alterar el statu quo en el patio trasero.
Y es que los señores Salinas, Zedillo, Fox y Calderón han actuado (y continúan actuando) en el contexto bilateral como agentes subrogados del imperialismo económico-político estadunidense. Acerca del tema se abundará en próximas entregas.
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Glosario:
División social del trabajo: distribución de funciones de los individuos de una sociedad según las diferentes tareas que realizan.
Fox, Vicente: Presidente de México de 2000 a 2006. De ejecutivo iletrado (“Yo nunca he leído un libro en mi vida” y “no lean periódicos pa´no preocuparse”) e ignorante de la historia de México) de la trasnacional Coca Cola saltó a la política y como candidato a la Presidencia de la República tuvo por discurso promesas populistas (“vocho, changarro y tele pa´cada mexicano”) y prometió al electorado realizar cambios de fondo, que no hizo. Su sexenio fue un desastre económico, político y social, pues en realidad gobernó su esposa, Marta María Sahagún, quien por añadidura intentó sucederlo. En 2008, el Vaticano lo declaró demente. Lo aquí consignado son hechos documentados.
Fuerzas políticas: en las ciencias políticas y sociales, la Sociedad política y sus instituciones, las fuerzas políticas son aquellas formaciones sociales que tienden a establecer, mantener o transformar el orden jurídico fundamental (constitucional) en lo relativo a la organización y ejercicio del poder, con arreglo a una interpretación ideológica de la sociedad.
Imperialismo económico estadunidense: según las ciencias políticas y sociales, el imperialismo estadunidense es un concepto elaborado a partir del discernimiento e identificación objetiva del hegemonismo de los intereses geoestratégicos --económicos y políticos— de EU en todo el mundo, particularmente en América Latina, desde México a Argentina. En varios países latinoamericanos (Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil, Uruguay y Argentina) se libra una lucha política prolijamente documentada de independencia económica con respecto al imperialismo estadunidense. Éste, para someter al indepentidismo latinoamericano (la segunda independencia de las antiguas colonias españolas y portguesa), el Estado estadunidense recurre a prácticas tales como golpes militares ¿Venezuela, Honduras? Y a presiones de carácter económico y antagonismos en los foros multilaterales.
Salinas, Carlos: Presidente de México de 1988 a 1994. Asumió de facto, en un madruguete, la Presidencia de la República antes de ser declarada válida la elección. Ese hecho ha sido descrito como un golpe de Estado técnico. En su sexenio fueron asesinados más de mil militantes del PRD. Aceleró el proceso de desincorporación (privatización) de empresas públicas o del Estado iniciada por su predecesor, Miguel de la Madrid, e intensificó la entrega de la rectoría estatal de la economía a particulares y consorcios trasnacionales. Logró crear con Estados Unidos y Canadá el Tratado de Libre Comercio de la América del Norte como instrumento de dependencia de la economía mexicana con respecto a la de EU, y el desmantelamiento de la planta productiva de México y la subordinación alimentaria, concesionando la minería a empresas extranjeras. Impulsó la venta, aun ocurrente, de Petróleos Mexicanos, y el control del mercado interno de bienes de consumo por empresas globales estadunidenses. Durante su sexenio fue asesinado, presumiblemente por ciertas facciones del priísmo, el candidato a la Presidencia Luis Donaldo Colosio, y el líder político, también del PRI, Francisco Ruiz Massieu. Los hechos aquí descritos están documentados.
Zedillo, Ernesto: Presidente de México de 1994 a 2000. Continuó la cesión de rectoría del Estado en lo económico a consorcios trasnacionales de EU y Canadá y la venta de empresas paraestatales a particulares. Vendió la red ferroviaria nacional a empresas trasnacionales de EU. Consolidó el neoliberalismo como fuente ideológica y política de la economía de capital, mercado y consumo, conocida también como “capitalismo salvaje”.
Lecturas recomendadas:
El 18 Brumario de Luis Bonaparte, de Carlos Marx. Varias editoriales.
Contribución a la crítica de la economía política, de Federico Engels (el prólogo es de Marx). Varias editoriales.
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