La alta votación obtenida por el Frente Amplio en las elecciones del pasado 25 de octubre en la República Oriental del Uruguay demuestra que la mayoría de los uruguayos simpatiza con el cambio que se inició en marzo del 2005 al llegar a la Presidencia el compañero Tabaré Vázquez. El cuarto domingo del décimo mes del año 2009 se quebró la tradición de que “el que gobierna pierde”. Ahora comenzó un periodo de ensanchar puertas, como lo comentó José Pepe Mujica, candidato ganador con el 47.5% de los votos.
El Frente Amplio tendrá que dirigirse al conjunto de la población, es decir, a blancos, colorados, frenteamplistas e independientes. El mensaje es contundente en relación con los dos modelos políticos existentes en la patria de José Artigas. Un modelo progresista que desea profundizar los cambios iniciados en los últimos cuatro años y otro modelo que busca volver atrás y restaurar la derecha en el poder para que aplique plenamente el neoliberalismo.
Los gobernantes de los partidos tradicionales: Blanco ó Nacional y Colorado, impulsaron un sistema que tuvo agobiado al Uruguay con el pago de la deuda externa y el aumento considerable de la pobreza. El gobierno de Tabaré Vázquez, de acuerdo al compromiso del Frente Amplio, impulsó programas de apoyo a sectores marginados. En el presente año de 2009 el nivel de la pobreza se redujo del 34 al 20 por ciento. “Los más pobres han perdido mucho y a ellos hay que devolverles más y más rápidamente”, expresó Tabaré al comenzar su gestión en 2005.
José Pepe Mujica ha sido un luchador social desde su juventud cuando fue militante y dirigente del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros. Siempre ha defendido las causas populares. Es del pueblo y vive en contacto con él. Su compromiso se afianzó en estos últimos 20 años en que el Frente Amplio levantó las banderas de justicia social y democracia participativa. En la elección interna de la coalición centro izquierdista le ganó al compañero Danilo Astori, quien se desempeñó como Ministro de Economía en la gestión de Tabaré y ahora es candidato a la vicepresidencia.
Algunos dirigentes blancos y colorados pretendieron infundir miedo entre la población con relación a José Pepe Mujica, por su pasado guerrillero. Olvidaron que un alto porcentaje del pueblo uruguayo es culto y está politizado. Conoce la historia, porque la ha estudiado, reflexionado y vivido. En el Uruguay de los años sesenta y setenta del siglo pasado hubo que defender propuestas y derechos con las armas en la mano, porque la burguesía y el imperialismo obstaculizaron los cambios pacíficos y democráticos.
Luis Alberto Lacalle, ex presidente (1990 a 1995) y candidato por el Partido Nacional (Blanco) obtuvo 28.5% de la votación; Pedro Bordaberry, aspirante por el Partido Colorado alcanzó 16.6%, mientras que Pablo Mieres del Partido Independiente recibió solo 2.4% de los votos. Los resultados muestran que en la patria de Raúl Sendic el Frente Amplio es la fuerza política de las mayorías y que prácticamente todos los sectores progresistas provenientes de otras colectividades, a lo largo de cuatro décadas, han confluido en el Frente, partido de centro izquierda que tiene la posibilidad de obtener un nuevo triunfo el próximo 29 de noviembre durante el balotaje, como se designa a la segunda ronda de votación.
En noviembre los militantes frenteamplistas recuerdan la victoria que hace 20 años consiguieron. Era el año 1989 y el compañero Tabaré Vázquez resultó electo a la Alcaldía de Montevideo, la capital del país. Desde entonces los analistas políticos previeron que la coalición de izquierda llegaría a la Presidencia.
La gestión de Tabaré en la Intendencia de Montevideo obtuvo excelentes resultados y ganó la simpatía de militantes de los partidos tradicionales y también de mucha gente sin partido. Luego vinieron años de ensayo del neoliberalismo en Uruguay y en otros países de nuestra América. Correspondió a Luis Alberto Lacalle, durante su gestión de cinco años, empezar a privatizar empresas públicas y aumentar el desempleo, la pobreza y la corrupción.
Lacalle y sus correligionarios utilizan como bandera los logros del Mercosur. Sin embargo, para el ex presidente, como para su colega argentino Carlos Saúl Menem, el Mercosur era simplemente un mecanismo para hacer negocios entre los grandes empresarios y privilegiar a los ricos de la región. Ellos no comprenden el sentido político de integración y por eso cuestionan a Unasur. Quieren suprimir los proyectos de integración social y cultural de los pueblos.
Las dirigencias tradicionales de los partidos Blanco y Colorado, dicen que sus países ya están suficientemente integrados. En realidad las burguesías del Cono Sur siempre estuvieron aliadas. En ocasiones firmaron pactos tristemente célebres como la Operación Condor destinada a exterminar opositores y traficar con niños, hijos de disidentes que morían durante las torturas o en las cárceles.
En el gobierno de Luis Alberto Lacalle se aumentó el IVA a 22 por ciento. Igual que en México, parecido a los regímenes de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y el espurio Felipe Calderón, se le dijo a la población que con esa recaudación se beneficiaría a “los que menos tienen”. Afortunadamente en Uruguay la mayoría no le cree al neoliberalismo ni a las fórmulas gastadas de la derecha. El Frente Amplio representa una alternativa al sistema de basura y opresión que desea imponer por siempre en la región el criminal imperio estadounidense.
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