Ante el reciente descubrimiento del proyecto “Falcón”, dirigido contra el gobierno de Chávez, así como por la continua violencia procedente de la frontera con Colombia, el gobierno venezolano mantiene estrecha vigilancia sobre la región
CARACAS, Venezuela, 31 de octubre (PL) El gobierno venezolano mantiene hoy activos sus mecanismos de seguridad luego de la captura en el fronterizo estado de Táchira de ocho presuntos paramilitares colombianos que atemorizaron a la población y obligaron el cierre de comercios. La víspera, cientos de efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana, la policía científica y los servicios inteligencia reforzaron la seguridad en las localidades de San Antonio, Rubio y Ureña, lo cual permitió el arresto de los neogranadinos y de dos venezolanos.
Según el ministro del Interior, Tareck El Aissami, en el operativo fueron incautadas dos armas de fuego y panfletos utilizados por los irregulares, quienes amenazaban de muerte a los residentes en esas zonas limítrofes. Entre las víctimas de las intimidaciones estaban comerciantes y padres de estudiantes, lo que sembró temor, precisó. De acuerdo con el funcionario, las presiones provocaron el cierre de comercios, inestabilidad, cuestiones revertidas después de las detenciones. Uno de los capturados es el colombiano Jorge Roa, alias el Enano, un conocido paramilitar, apuntó. El Aissami aseguró que el suceso refuerza la denuncia de Venezuela sobre la presencia en su territorio de grupos armados provenientes del vecino país, donde el conflicto interno genera una violencia expandida hacia la región. Hace apenas una semana, en el propio Estado de Táchira fueron hallados 10 cadáveres, la mayoría de colombianos, hecho aún bajo investigación. Más peligroso resultó el incidente de 2004, en la finca Daktari, Miranda, en la cual fuerzas venezolanas descubrieron a 153 irregulares colombianos con planes de atacar el Fuerte Tiuna y el Palacio de Miraflores, sede del gobierno.Para El Aissami, el complejo escenario creado obedece a varios componentes, tales como la complacencia ante el fenómeno del paramilitarismo adoptada por autoridades de Bogotá y dirigentes opositores locales presuntamente vinculados con esos grupos. Por nuestra parte seguiremos avanzando en la lucha contra el citado flagelo y el narcotráfico, sentenció. Venezuela cree posible que la violencia procedente de Colombia forme parte de un plan subversivo para desestabilizarla, tesis potenciada por la captura aquí de espías neogranadinos y la reciente revelación de un comprometedor documento interno de Bogotá. Se trata de un informe secreto del Departamento Administrativo de Seguridad, entidad subordinada al presidente Álvaro Uribe, que incluye menciones de un proyecto llamado Falcón. La iniciativa busca recopilar elementos sobre la capacidad militar venezolana y movimientos del jefe de Estado Hugo Chávez, además de establecer como prioridad el soborno de funcionarios y el reclutamiento de opositores.
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