• Los resultados de la guerra
• Suben de tono los mensajes a la SSPF
A Puerta Cerrada
Marcela Gómez Zalce
El temor a la guerra, mi estimado, es peor que la guerra misma. Sangriento inicio de semana con las secuelas del descomunal tsunami de violencia que sigue marcando el ritmo del fracaso contra los barones del narcotráfico. A nadie escapa la explosiva realidad que recientemente Vive México como rúbrica de este 2009.
¿Cuántos muertos más necesita Felipe Calderón en la espalda para entender que la actual estrategia es un fracaso que necesita replantearse…?
Los números no mienten y la realidad mata discurso oficial. Hoy, my friend, los logros de esta irreflexiva aventura bélica son los datos duros que se presentan en diversos foros, por distintos actores y organizaciones. Los resultados develan que el (des)gobierno está, aunque no lo parezca, perdiendo esta temeraria guerra civil que ya suma más de 16,000 cadáveres.
El daño colateral de la ineficacia, ineptitud, arrogancia e incompetencia de los encargados de evitar que la droga llegue a los mexicanos es ya un escándalo doméstico e internacional.
No se han recuperado los espacios públicos y hay zonas en distintas entidades que son totalmente de la organizada delincuencia, donde la única ley es el delito e impunidad. El resultado de nuestras fuerzas armadas en la calle es de lamentables botones sobre violaciones sistemáticas a los derechos humanos y descrédito en lugares donde la ola de violencia deja honda huella y secuelas irreversibles en una nueva generación de mexicanos que coexiste atemorizado de los estragos del desmadre integral que Vive México.
No sólo el país está sumido en la peor debacle económica de una crisis (que por supuesto vino de fuera) que golpea despiadada los bolsillos, sino que ahora el mismo (des)gobierno se da balazos en el pie. En Michoacán, otrora entidad de ejemplo para el inicio de hostilidades contra el organizado crimen, se sufre la violencia diaria de la disputa de territorios aderezada además con la saña de ataques contra la controvertida policía federal de Genaro García Luna. Ataques perfectamente coordinados develando el nivel del enemigo que sin vergüenza alguna balea también hoteles donde se albergan mandos federales. ¿El resultado?
La industria hotelera sufre una crisis sobre la ya existente crisis, desencadenando el rechazo para hospedar a elementos de la PF que en lugar de dar confianza, desata el temor colectivo del turismo y de empresas que caen en barrena ante el inminente orden del caos.
En la actualidad, y según el INEGI, el consumo de droga ha aumentado, lo que plasma el naufragio de la palabrería presidencial. Mentira el desgastado sonsonete de que la violencia se ha disparado porque se han mermado a los cárteles que, además mi estimado, cuentan con carne de cañón ante el escalofriante desempleo. Si la guerra de Felipe es para evitar que la droga llegue a las calles, los datos de su mismo (des)gobierno le enmiendan continuamente la plana.
El colosal presupuesto designado para cuestiones de seguridad tampoco refleja resultados tangibles para la población. La conclusión de los despliegues y operativos pirotécnicos no han disminuido la violencia sino lograron justo el efecto contrario. Ciudad Juárez es tristemente otro botón internacional de abusos donde los muertos diarios suman promedios alarmantes. Si le agrega a la mezcla social el explosivo C-4 graduado del flujo de migrantes que se quedan esperando la oportunidad de cruzar la frontera y terminan pasando… pero a las filas del narcotráfico, el problema se vuelve exponencialmente peligroso y sin rutas de salida viables en el mediano plazo.
Felipe Calderón cierra un año de desencuentros, violencia, enconos, incertidumbre y una atractiva volatilidad social, todos, my friend, con saldos negativos. En el área económica y la de seguridad, cuyos caminos ya convergieron, la tendencia marca un camino de no retorno. Michoacán es la primera muestra de cómo se aplastan las posibilidades de una presumida recuperación económica.
La única pregunta que tanto ilustre genio, experto, estratega, autoridad y analista en el interior de este (des)gobierno no puede contestarle a México con claridad es, de seguir en la achispada terquedad de esta ruta fallida my friend…
¡¿A dónde vamos…?!
Por la mirilla
Uno. Morelos entra en ebullición totalmente Beltrán Leyva.
Y dos. Delicado mensaje a la funcionaria de la SSPF, cuya escolta fue ejecutada hace unos días en el sur de la ciudad.
gomezalce@aol.com
Fuente: Milenio
lunes, diciembre 14, 2009
El peligroso daño colateral
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario