LONDRES, 1 de enero (apro).- El gobierno de Gran Bretaña abrió, el pasado 14 de noviembre, una causa judicial para investigar 33 supuestos abusos cometidos por soldados británicos contra detenidos en Irak, que incluyeron violaciones, torturas y agresiones físicas.
Los delitos se hicieron públicos pocos meses después de la salida oficial de las fuerzas británicas en suelo iraquí, en julio pasado.
Uno de los denunciantes, un exdetenido iraquí cuyo nombre no fue dado a conocer por razones legales, dijo que fue violado por dos soldados británicos, mientras que otro afirmó que fue humillado sexualmente, tanto por soldados mujeres como por hombres.
Se trata de casos que asombran por su parecido con los que involucraron a soldados estadounidenses en la cárcel iraquí de Abu Ghraib, al salir a la luz dramáticas fotos que mostraban a prisioneros desnudos o con una correa para perros, entre otros ultrajes.
Las nuevas acusaciones involucran por primera vez a mujeres soldado británicas que, de acuerdo con las denuncias, participaron en las humillaciones físicas y sexuales cometidas contra los detenidos.
Y, al igual que en Abu Ghraib, también se registraron episodios de iraquíes obligados a desnudarse y a amontonarse en una suerte de "pila humana", para ser sometidos luego a descargas eléctricas.
Esos vejámenes, según el abogado defensor Phil Shiner, fueron inspirados en las fotos que circularon de la
Los soldados británicos ya habían enfrentado una serie de acusaciones por abusos a civiles iraquíes en el sur de Irak, durante los seis años que permanecieron en ese país árabe.
El año pasado, ante una demanda legal por la muerte de un civil iraquí y el abuso de otros nueve, el gobierno británico acordó pagar 3 millones de libras esterlinas (unos 5 millones de dólares) en compensación a los afectados.
Las denuncias se suman a la investigación ya en curso en Reino Unido sobre la muerte, durante su detención, del iraquí Baha Musa, en cuyo cuerpo fueron hallados 93 signos de maltrato.
El cabo inglés Donald Payne se declaró culpable de someter a un trato inhumo a civiles iraquíes, en la que fue la primera condena en Gran Bretaña por crímenes de guerra.
Shiner, quien además representa a la familia Musa, declaró al periódico The Independent, el pasado 13 de noviembre, que existen “cientos de casos sobre los que no se ha investigado".
“prisión del horror” estadounidense en Bagdad.
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Asimismo, indicó que algunos iraquíes están denunciando ahora lo que sufrieron a manos de las tropas británicas, porque no sienten el temor de las represalias debido a que los soldados ya abandonaron Irak.
Por su parte, el gobierno británico indicó que las acusaciones serán tomadas muy seriamente por Londres.
En un comunicado, el Ministerio de Defensa señaló que
Teniendo en cuenta la historia de Gran Bretaña en las prácticas y técnicas que compartió con Estados Unidos, es muy preocupante que haya fuertes similitudes entre estas instancias de humillaciones sexuales", expresó el jurista.“más de 120 mil soldados británicos han servido en Irak y la gran mayoría se ha comportado con los estándares más altos, mostrando integridad y dedicación desinteresada.
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En una de las acusaciones más serias, un joven de 16 años dijo haber formado parte de un grupo de iraquíes que en mayo de 2003 fue trasladado a la base británica de Shatt-al-Arab para ayudar a rellenar bolsas de arena.
El joven manifestó que al entrar en una habitación a buscar más bolsas, vio a dos soldados británicos manteniendo sexo oral. Cuando trató de abandonar rápidamente el lugar, dijo que fue golpeado y pateado salvajemente.
Al caer al suelo, contó que uno de los militares le puso una navaja en el cuello amenazándolo de muerte, mientras que el segundo lo desnudaba. Poco después, los dos soldados lo violaron, según su versión de los hechos.
En otro caso, un iraquí de 24 años dijo que estaba jugando fútbol con amigos en abril de 2007, cuando se le acercó un grupo de soldados británicos en vehículos armados. Los militares lo trasladaron junto a otro joven iraquí a una base militar británica sin darle justificaciones. Al arribar al campo militar, fue rodeado por seis u ocho soldados, quienes ordenaron a ambos que se pelearan entre ellos.
Luego contó que los militares se les subieron encima, pisoteándolos, gritando y riéndose.
Otro denunciante, un carpintero de 35 años, narró que fue arrestado en abril de 2006 y trasladado a la base británica de Shaaibah, donde denunció que fue sometido a agresiones sexuales y humillado por soldados mujeres y varones.
El hombre dijo que los soldados solían mirar películas pornográficas y escuchar música muy alta cuando él trataba de rezar, en un claro intento de abuso. También contó que varias mujeres soldado se desnudaron y lo humillaron, y agregó que cuando solía ir al baño, el soldado apostado en la torre de observación le apuntaba con su láser al pene.
"Es muy importante que ahora no exista ningún intento por parte del Ministerio de Defensa de esconder todo esto bajo la alfombra. La tesis de las 'pocas manzanas podridas' no funciona", dijo el abogado.
Las denuncias contra las tropas británicas hacen recordar los numerosos casos de abuso y tortura de prisioneros de la cárcel de Abu Ghraib por el personal de la Brigada 372 de la Policía Militar de los Estados Unidos, agentes de la CIA y contratistas involucrados en la ocupación de Irak.
El escándalo político producido por el incidente dañó la credibilidad y la imagen de Estados Unidos y sus aliados en las operaciones militares, al representar una actitud extendida de violencia y falta de respeto hacia los árabes.
Entre mayo de 2004 y septiembre de 2005, siete soldados estadounidenses fueron condenados en una corte marcial y sentenciados a prisión, rebajados de rango y dados de baja del servicio en forma deshonrosa.
Los casos más notables fueron los del especialista Charles Grane y su novia Lynndie England, esta última que posó en fotografías explícitas humillando sexualmente a varios soldados, entre ellas una que la mostraba arrastrando a un detenido con un collar para perros.
Grane y England fueron sentenciados a 10 y tres años de prisión, respectivamente, en juicios que concluyeron el 14 de enero y el 26 de septiembre de 2005.
Hubo instancias en las que individuos se comportaron mal, pero sólo un pequeño número mostró bajos estándares. Las acusaciones de esta naturaleza son tomadas muy seriamente, pero no deben ser consideradas como factuales. Es importante dejar que las investigaciones sigan su curso", agregó.
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