22 marzo 2010
"El PRI nos dijo que las reformas energética, fiscal y otras no pasarían y nos engañaron aprobándolas; ahora dicen que las reformas política y laboral no pasarán; ya sabemos lo que hará".
Alfonso Ojeda Cuellar.
I
Un sencillísimo axioma de ciertas escuelas predominantes europeas y estadunidenses de la ciencia que estudia la economía de capital, mercado y consumo en todas sus etapas es el siguiente: sin trabajadores el grueso poblacional no hay consumidores.
Ese axioma tiene exégesis más elaboradas, a saber:
Uno, con trabajadores sin ingreso justo y estable, los bienes que producen, tangibles o intangibles mediante el uso de medios de producción que no les son propios, no podrán adquirirlos en suficiencia para hacer viable la economía de capital, mercado y consumo.
Y, otro, sin un régimen justo, aun mínimamente, de seguridad laboral, los trabajadores que son, a la vez, consumidores no podrán siquiera consumir crédito.
Más aun, esos trabajadores sin ingresos suficientes y sin seguridad laboral, no estarán en condiciones de causar impuestos; es decir, no podran contribuir a financiar las actividades potestatarias del poder político del Estado y el Estado mismo.
Por ello antojaríase suicida que un Estado cualquiera diseñare y aplicare políticas institucionales orientadas a socavar precisamente el ingreso justo de los trabajadores y su poder adquisitivo y la seguridad laboral de éstos.
II
Reitérese, a manera de recapitulación, que queda claro, pues, que no es aconsejable emprender y mantener ese socavamiento de la fuente de financiamiento de las actividades inherentes del poder político del Estado y de éste mismo.
También reitérese que, así mismo, queda claro que no es aconsejable eliminar los vectores mayores y más importantes que contribuyen a mantener sana una economía, aun aquellas como la mexicana, que es por vocación antisocial y anti-trabajadores.
No es, aconsejable bajo ninguna circunstancia y menos en las de crisis crónica de una economía diseñar y aplicar políticas que crean desempleo, que aumentan la tributación, causan inflación y reducen el poder adquisitivo de los tributarios.
Sin embargo, eso es precisamente lo que ocurre hoy en México. En los tres años y meses de la jefatura de Estado y de Gobierno de Felipe Calderón se ha creado desempleo, subido los impuestos, causado inflación y reducido el poder adquisitivo del peso.
Y no sólo eso. Sus actuaciones tienen secuelas como las de escamotearle bajo falsas premisas leguleyas las riquezas patrimoniales a los trabajadores, cuyos derechos, por añadidura, son conculcados como una política no sólo gubernamental, sino de Estado.
III
Y por qué esa política anti-trabajador no es sólo de gobierno, sino también de Estado? Por la sencilla razón que tienen el aval expílcito de dos de los tres Poderes del Estado y el tercero el Judicial-- guarda aquiescente y, ergo, cómpolice silencio.
ffponte@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario