EDITORIAL. Del dicho al hecho.

Año 8, número 3299

Jueves 25, marzo del año 2010

Sin que previamente se nos haya informado a los ciudadanos (a pesar de que supuestamente vivimos en una Democracia) de qué y para qué se firmaron los acuerdos que se dieron como resultado de la expectante visita del alto Gabinete norteamericano que encabezó la Señora Clinton.

Actual Secretaria de Estado, que, dicho sea de paso, después del episodio de su marido con Mónica, la joven becaria de la Casa Blanca, al parecer no ha podido digerirlo, y siempre trae en el rostro un gesto de amargura que desde entonces la acompaña y que es muy marcado cuando intenta sonreír.

Expresión que en el fondo refleja el rencor que tiene atorado y propicia lo violento de su carácter, no muy adecuado para el cargo que ocupa. Como lo demostró cuando estando en campaña dijo que de ganar desaparecería del mapa a la antigua Persia.

Su fingido reconocimiento de la problemática (muy a medias) da resquemor. Pues nada dijo de la protección que la policía les da a los narcos que operan allá; ni tampoco hizo referencia a que el Ejército de allá trafica con heroína desde los tiempos de Vietnam.

Lo que es tan público y sabido como las otras cosas que nos vino a contar la peligrosa dama. Nada nuevo (y nos quejábamos de Condolessa)

Solo faltó que le pusieran una alfombra roja (que se la pusieron) para que en ella se le quedara atorada su zapatilla de cristal. Y que intercalados en la ofensiva caravana de vehículos que la “escoltaban”, se encontrara uno que otro tanque de guerra con soldados encima que repartieran chocolates a los niños y besaran a las mujeres que a su paso les regalaran flores.

Pero se corría el riesgo de que al andar despacio (los tanque no son muy rápidos) los ocupantes de la espectacularmente circense caravana se pudieran percatar del descontento que provoca su presencia en territorio mexicano.

Siendo lo más curioso del asunto, que según esto, los yanquis vinieron a ayudarnos a resolver un problema que ellos no han podido solucionar. No deja de sonar todo esto muy raro.


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