Patricia Muñoz Ríos
Periódico La Jornada
A ver ahora qué dicen de las huelgas de hambre en Cuba cuando van a tener en el Zócalo una de decenas de trabajadores, planteó el líder del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Martín Esparza Flores, en la instalación del campamento en que 10 integrantes de este gremio iniciaron ayer un ayuno masivo, en demanda de que les regresen su empleo.
La huelga de hambre de miembros del SME comenzó este domingo, luego de una misa en la sede del sindicato oficiada por el sacerdote jesuita Carlos Rodríguez, del Centro de Acción y Reflexión Laboral, y de la marcha que los electricistas en resistencia, acompañados de sus esposas e hijos, emprendieron hacia el Zócalo.
El secretario del exterior del sindicato, Fernando Amezcua; un hermano del secretario general del sindicato, Pablo Esparza Flores, junto con los trabajadores Gustavo García Escárcega, Obed Vicencio Becerril, Cayetano Esteva Cabrera, Leonardo Alcalá Aguilar, José Ángel Téllez, Roberto Salcedo Alemán, Gonzalo Alcántara Rodríguez y Luis Maya Molina, son los primeros 10 electricistas que ayunarán.
Posibilidad en estudio
Este lunes, a las 10 de la mañana, se instalarán otros 10 huelguistas y así sucesivamente, hasta que sean cientos, informó Martín Esparza, quien agregó que incluso estudiantes y miembros de organizaciones sociales fraternas manifestaron su decisión de participar en el ayuno colectivo. Sin embargo, esta posibilidad está en evaluación.
El campamento del SME, ubicado a espaldas del museo monumental e itinerante México en tus sentidos, está compuesto por decenas de catres en espera de los demás huelguistas, que ayer fueron acompañados por representantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), legisladores, los dirigentes del Frente Metropolitano de Organizaciones Populares (FMOP), María Rosete, dirigente de los ambulantes de Tepito; del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Salud, y de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, entre otros.
En la instalación del recinto, bajo un sol inclemente, Esparza hizo ver que realizan esta huelga de hambre como acción de desobediencia civil a más de seis meses del ilegal decreto del presidente Felipe Calderón, que los dejó sin su fuente de trabajo.
En este 1º de mayo, dijo, el gobierno tiene que rendir cuentas no sólo de sus acciones cometidas contra los trabajadores del SME, sino contra el gremio minero y concretamente los mineros de Cananea, donde a 100 años de la Revolución Mexicana se quiere repetir la historia de represión. No sólo eso: también tiene que rendir cuentas de lo que ha hecho este gobierno contra los trabajadores, a los cuales ha empobrecido y desempleado, dijo.
Fernando Amezcua, luego de plantear que aun estando en huelga de hambre no va a parar sus actividades, señaló que se trata de un movimiento pacífico, que busca la solución definitiva a este conflicto, salvaguardar las conquistas laborales de los antecesores y el rescate de la credibilidad de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Antes, en la misa que se llevó a cabo en la sede del SME, el jesuita Carlos Rodríguez pidió a los trabajadores que se van a huelga de hambre que dirigieran un mensaje a sus familias. Uno de ellos dijo: “Hoy me levante y sé que es mi último día de desempleado… Mañana voy a regresar a trabajar”.
Rodríguez pidió a los asistentes que abarrotaron la sede, orar por los que inician este ayuno, a quienes animó a tener coraje para lograr la justicia y esperanza, y no abandonar la lucha. Oró para que Dios ilumine la cabeza de los gobernantes de este país y abandonen la arrogancia para encontrar una solución al conflicto.
Los trabajadores estrenaron camisetas. Son blancas y tienen rotulado: Hay quienes viven de la historia; hay quienes aprenden la historia, nosotros estamos haciendo historia.
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