miércoles, abril 21, 2010

Información tergiversada es manipulación ideológica

Barómetro Internacional

Ricardo Daher.

No deberíamos sorprendernos, pero cada día llama más la atención el abandono de las formas en los medios de comunicación social. Habría que empezar a buscar ya un nuevo nombre para definir el negocio de la prensa, donde, bajo el pretexto de informar y promover la democracia, se trafica ideología y se imponen consumos y políticas globales.

Hace algunos años en la redacción de un periódico había un afiche con los titulares de un diario francés de inicios del siglo XIX, como ejemplo de lo que no se debería hacer. Ese diario de la capital francesa, tituló un día: “El monstruo abandona la isla”. Más tarde, “el dictador avanza hacia la capital”. El siguiente titular de tapa fue “El general Napoleón triunfa en la batalla”, para concluir después “El Libertador entra en la capital”.

La anécdota sirve para ilustrar que desde el inicio del capitalismo los medios de comunicación han actuado siguiendo sus propias –las de sus dueños- agendas políticas. Después con los años disfrazaron ese interés y se presentaron como promotores de la democracia al “informar” al público para que pudiera adoptar decisiones.

Los titulares de los grandes medios de comunicación de este mundo globalizado, aunque se siguen presentando como informadores, cada vez asumen más el papel de publicistas y manipuladores.

Recientemente se produjo un atentado terrorista en el metro de Moscú. Hasta ahora el número de víctimas fatales llega a 41 y por lo menos 70 personas están heridas. Los grandes medios de comunicación occidentales, aunque ya no existe la Unión Soviética, siguen considerando a Rusia como enemigo -será por la potencialidad de competidor económico-, y las informaciones sobre el atentado tienden a cuestionar al gobierno de Moscú, casi justificar el hecho, o al menos minimizarlo. No sólo la cobertura del hecho ha ocupado menos lugar que cualquier otro atentado o amenaza ocurrido en occidente, sino que presenta titulares como “La política colonial de Moscú siembra odio en el Cáucaso”.

Otros titulares eluden cuidadosamente las palabras terrorismo o terrorista, ya que es sabido que más de la mitad de los lectores de periódicos o sitios de Internet se conforman con leer los encabezados de las noticias.

También dudan de las acusaciones de Moscú que señalan a terroristas del Cáucaso norte, con presuntos vínculos con Al Qaeda, cuando nunca dudan de que ese organización está detrás de cualquier atentado o amenaza en occidente. ¿Será que Al Qaeda no existe y es sólo una invención de los servicios secretos norteamericanos para tener siempre presente una amenaza?

Así, la vida no vale lo mismo en una región que en otra. La huelga de hambre de los opositores cubanos es seguida al detalle por los medios de comunicación de todo el mundo, incluso con entrevistas televisivas a quien la lleva adelante. Al mismo tiempo, la huelga de hambre de los presos sarahuíes en las cárceles de Marruecos, no merece una línea, ni siquiera para criticarla, si no estuvieran de acuerdo.

La detención y posterior liberación del dueño de un canal de televisión en Caracas, que difamó y mintió descaradamente sobre un hecho ocurrido en su país, fue titular de toda la prensa del mundo, provocó reacciones de organismos de derechos humanos. Sin embargo, el asesinato de periodistas en Honduras y Colombia apenas llegó al texto de los comunicados de organizaciones de periodistas. Es que en el caso de Honduras eran comunicadores que se opusieron al golpe de Estado de junio del pasado año, y en Colombia de un periodista que denunció vínculos de los políticos con los paramilitares, es decir, el narcotráfico.

También es llamativo el valor que los medios de comunicación le otorgan a la democracia. Por ejemplo, mientras al presidente Hugo Chávez que ha salido triunfante en más de 8 procesos electorales –controlados por observadores internacionales- y hasta aceptó la derrota en un caso, lo tildan de amenaza a la democracia, de autoritario y hasta de dictador, celebran la “democracia” en Colombia, donde casi una tercera parte de los congresistas electos en los comicios legislativos de marzo, tienen vínculos con los narco-paramilitares, y donde observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), ha denunciado compra de votos, falta de garantías en asegurar el secreto del voto, ausencia de fiscales electorales, financiación ilegal y amenazas a candidatos y votantes.

La partidización de los medios de comunicación social es más profunda en la medida que los partidos políticos que tradicionalmente representaban a las clases pudientes han perdido credibilidad y protagonismo. Como decíamos al principio, hay que encontrarle un nuevo nombre.

ricardher@gmail.com

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