Año 8, número 3373
Lunes 07, junio del año 2010
Lunes 07, junio del año 2010
A Nacha Guevara. Por su valor civil.
¿Usted cree que existen condiciones para que los diputados federales nos aumenten impuestos una vez más en los últimos seis meses y que se saquen de la manga otros nuevos tributos? Pensamos que no.
¿Cree usted estar en condiciones de que, pese a su magro ingreso promedio --que no alcanza para mucho— de pagar dos puntos porcentuales más al Impuesto al Valor Agregado (18 en vez de 16 por ciento) y un 15 por ciento a alimentos y medicinas? Pensamos que no.
¿Cree usted estar en condiciones de que hasta las golosinas (y los ubicuos “gansitos” Marinela, emblema de la comida chatarra mexicana) sean gravadas con un impuesto general adicional del 3 por ciento? Igual, pensamos que no.
Pues eso es precisamente lo que pretende la bancada del PAN en la LXI Legislatura del Congreso de la Unión. Lo quiere hacer en un período extraordinario de sesiones y cuando todos (o casi todos) estaríamos absortos en el Campeonato Mundial de Fútbol.
La bancada panista y sus aliados aducen que los nuevos impuestos son necesarios porque el dinero no le alcanza al gobierno federal. ¿Qué le hace a tanto dinero que se le presupuestó en diciembre pasado, el más alto en la historia, aumentando impuestos y creando unos nuevos?
Así es: no le alcanza. Y no le alcanza pese a que, como dice el Presidente de Facto, Felipe Calderón, han establecido un programa de austeridad en el gasto público, austeridad la cual no se ve por ningún lado, pues el derroche y la dilapidación de los dineros continúa.
Y no sólo eso. El derroche y tal dilapidación prosiguen in crescendo teniendo un telón de fondo contradictorio: muchas partidas del presupuesto están subejercidas, presumiblemente por que los recursos de éstas han sido desviados a otros fines. O robados.
¿En qué gasta tanto dinero el gobierno? Pues en el combate al narco que, más que campañas militares contra los cárteles son una militarización del país y guerra contra civiles inocentes, muchos de ellos niños y adolescentes, a quienes el presidente califica de sicarios.
Y no descarte usted que esos dineros no alcanzan porque no sólo se destinan a la narcoguerra (y todas las guerras son caras) y las prebendas y viáticos y altísimos salarios de los políticos panistas, sino también por la corrupción. La corrupción somos todos.
Y lo somos, añadiríase, porque la realizan los políticos pero, sobre todo, los ciudadanos las permitimos. Hace 20 días votamos en Yucatán por el PRI, causante de la debacle que nos acogota, pero, aduciríase en descargo que el PAN empeoró la debacle.
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http://www.diariolibertad.org.mx/diario/index.php
Diario Libertad
Av. Manuel Ávila Camacho N° 90-11
Jalapa, Ver. Centro
Tel. 01 22 88 17 24 80
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¿Cree usted estar en condiciones de que, pese a su magro ingreso promedio --que no alcanza para mucho— de pagar dos puntos porcentuales más al Impuesto al Valor Agregado (18 en vez de 16 por ciento) y un 15 por ciento a alimentos y medicinas? Pensamos que no.
¿Cree usted estar en condiciones de que hasta las golosinas (y los ubicuos “gansitos” Marinela, emblema de la comida chatarra mexicana) sean gravadas con un impuesto general adicional del 3 por ciento? Igual, pensamos que no.
Pues eso es precisamente lo que pretende la bancada del PAN en la LXI Legislatura del Congreso de la Unión. Lo quiere hacer en un período extraordinario de sesiones y cuando todos (o casi todos) estaríamos absortos en el Campeonato Mundial de Fútbol.
La bancada panista y sus aliados aducen que los nuevos impuestos son necesarios porque el dinero no le alcanza al gobierno federal. ¿Qué le hace a tanto dinero que se le presupuestó en diciembre pasado, el más alto en la historia, aumentando impuestos y creando unos nuevos?
Así es: no le alcanza. Y no le alcanza pese a que, como dice el Presidente de Facto, Felipe Calderón, han establecido un programa de austeridad en el gasto público, austeridad la cual no se ve por ningún lado, pues el derroche y la dilapidación de los dineros continúa.
Y no sólo eso. El derroche y tal dilapidación prosiguen in crescendo teniendo un telón de fondo contradictorio: muchas partidas del presupuesto están subejercidas, presumiblemente por que los recursos de éstas han sido desviados a otros fines. O robados.
¿En qué gasta tanto dinero el gobierno? Pues en el combate al narco que, más que campañas militares contra los cárteles son una militarización del país y guerra contra civiles inocentes, muchos de ellos niños y adolescentes, a quienes el presidente califica de sicarios.
Y no descarte usted que esos dineros no alcanzan porque no sólo se destinan a la narcoguerra (y todas las guerras son caras) y las prebendas y viáticos y altísimos salarios de los políticos panistas, sino también por la corrupción. La corrupción somos todos.
Y lo somos, añadiríase, porque la realizan los políticos pero, sobre todo, los ciudadanos las permitimos. Hace 20 días votamos en Yucatán por el PRI, causante de la debacle que nos acogota, pero, aduciríase en descargo que el PAN empeoró la debacle.
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