EDITORIAL. Sin avances: y otra vez lo mismo.

Año 8, número 3381

Martes 15, junio del año 2010

El que Benedictus XVI de nueva cuenta vuelva a pedir perdón a los ofendidos por la bola de curas pederastas que por todos lados andan.

Sin hacer mucha Historia de lo sabido por todos, el día de ayer se reportaron dos casos más de sacerdotes que han abusado de menores de edad; uno en Tlalpan y el otro cometido por un cura que salió huyendo de Denver en el Estado de Colorando en los EEUU, y que en el DF encontró quienes lo encubrieran, o sea a Norberto Rivera Carrera.

Aunque en esta ocasión el Papa alemán pidió perdón ante 15 mil curas acarreados a la Plaza de san Pedro. Cabiendo acotar que esta vez agregó que pondrían más atención al aceptar a los seminaristas hasta corroborar su vocación.

Cabiendo aclarar, primero, que el costo de llevar 15 mil acarreados a Roma es altísimo. Y segundo., que quien va en contra de La Naturaleza tarde o temprano acabará mal.

Pues quien por su propia voluntad se compromete a no tener (o volver a sostener) relaciones sexuales el resto de su vida, cuando la conservación de la especie es un mandato (instinto también le llaman) solo se puede decir que está punto menos que orate.

Razón por la cual el gremio religioso está compuesto por todo tipo de pervertidos y degenerados que finalmente un día con otro sacan a la luz pública sus depravaciones y cometen los delitos que hoy en día son el pan nuestro.

Sin embargo, volviendo con las declaraciones del llamado Sumo Pontífice en la Plaza de san Pedro, el sujeto no dijo ni una palabra de permitir que los sacerdotes se casen y tengan familia.

Por lo que la religión judía de Roma seguirá siendo una cueva de anormales pederastas de los que más vale hacerse a un lado.

Pero más o menos lo mismo le sucede a Calderón, quien una vez más (que aburrición) vuelve con la misma cantaleta de siempre de que no va a cejar en su podrida y perdida guerra contra el narcotráfico.

Solo que esta ocasión, después de tres años y medio y casi 30 mil ejecutados, al fin se dio cuenta que una guerra tiene que ser autorizada por el Congreso de la Unión (lo que no se ha hecho) y por eso le cambió el nombre a su necedad y ya no dijo que es para que la droga no llegue a los menores, lo que sí está sucediendo.

Sino que continuaría su lucha por la seguridad nacional. Cabiendo aclararle al michoacano que por el momento vive en Los Pinos, que antes de que él llegara a la Presidencia (espuriamente y por la puerta de atrás) estas cosas no sucedían en nuestro México. Del que se dice que es un Estado fallido y a punto de estallar.

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