viernes, septiembre 03, 2010

Columna Asimetrías. El Pueblo es el Enemigo

Por Fausto Fernández Ponte




03 septiembre 2010
ffponte@gmail.com

“La guerra del gobierno contra el crimen organizado es una guerra de exterminio a fin de obtener resultados ante la inseguridad”.
Raúl Vera, Obispo de Saltillo.


I
Al iniciar su cuarto año de gobierno, el Presidente de Facto Felipe Calderón no está en condiciones de informarle a los mexicanos acerca de logros en ninguno de los ámbitos de competencia económica y política del Estado que jefatura formalmente.

De hecho, tampoco se halla en condiciones de informarle a los mexicanos acerca de metas alcanzadas ni por alcanzar en materia de bienestar social ni de fomento al acervo de las experiencias de la sociedad que conforman el tesauro cultural.

Ni siquiera está don Felipe en condiciones de informarnos acerca de objetivos alcanzados en lo que es, asépticamente discernido, su empeño estratégico y táctico mayor y principal como jefe del Estado y del gobierno federal: la narcoguerra.

El señor Calderón ni siquiera ha informado de resultados favorables en ese empeño de combatir a los cárteles del tráfico ilícito de estupefacientes y psicotrópicos, pues de los 34,515 presuntos narcos detenidos en el año, el 90 por ciento está en libertad.

En materia de empleos, don Felipe informó haber creado 575 mil empleos en un lapso de enero a agosto del año corriente y que el Estado –es decir, los contribuyentes— y el empresariado han invertido unos 70 mil millones de pesos en infraestructura carretera.

II
Otro dato que el mandatario incluye en su Informe de gobierno y que ha difundido ampliamente es la eliminación, por decreto presidencial, de 12 mil 234 normas administrativas que, según explicación oficial, entorpecían la marcha de la economía.

En este lapso –de agosto de 2009 al mismo mes de 2010--, el gobierno incorporó al programa Oportunidades a unas 600 mil familias y se otorgaron seis millones de becas para el ciclo escolar pasado, el cual antójase contrasentido pues la educación es gratuita.

Llama poderosamente la atención el dato --consignado en el Informe-- acerca de la incorporación de 37 millones 700 mil mexicanos al sistema del Seguro Popular, el cual es un programa médicoasistencial sin infraestructura hospitalario-logística propia.

Extraídos del contexto económico, político y sociocultural, esos datos se nos presentan como logros absolutos, como sería el caso de los datods acerca de la creación de 575 mil, 163 nuevos empleos. Son empleos sin prestaciones ni garantías.

Son empleos, pues, fuera de la seguridad social; ello explica la promoción del Seguro Popular, cuyos inscritos son atendidos insatisfactoriamente en el Instituto Mexicano del Seguro Social: no puede atender esa demanda ni la de sus propios derechohabientes..

III
Sin embargo, esa presentación descontextualizada de datos no es la característica más importante del Informe del señor Calderón, sino otra peculiaridad, a nuestro ver constante: omitir –es decir, no reconocer-- la realidad que para millones es insoslayable.

Esa realidad es la del colapso corriente –en vivo-- de la economía nacional, en lo general y por sectores, y del poder político del Estado y del tejido societal, así como el verismo de mayor peligro, el de la ingobernabilidad y el asentamiento de la barbarie.

La vida económica, así como la política y, no se diga, la social, sufren alteraciones monstruosas. En lo económico, las políticas diseñadas y aplicadas por el poder político del Estado tienen secuelas antisociales, francamente antipueblo.

Y la derogación de las 12 mil 234 normas federales indican que el Estado está abdicando de sus potestades y deberes rectores, excepto en el uso de la violencia legal, la de las Fuerzas Armadas, la Policía Federal y el sistema de procuración de justicia.

Tampoco dio cuenta don Felipe del saqueo del Banco de México, la quiebra de Pemex, la bancarrota del IMSS (en 2011 no podrá pagar pensiones), entre otros indicios de una economía colapsada. Al no reconocer el problema, no ofreció soluciones.

En ese entorno, el Estado -- y sus instancias— parecen perpetradores de la desaparición forzada por motivos políticos de más de tres mil personas. El señor Calderón ve enemigos no sólo en el narco, sino también en el pueblo.

ffponte@gmail.com

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