EDITORIAL. Nada nuevo.

Año 8, número 3549
Martes 30, noviembre del año 2010

Aunque por todos era bien sabido que la CIA (léase el Gobierno de los EEUU) ha llevado a cabo todo tipo de bajezas diplomáticas, por llamarlas de alguna manera.

Baste recordar las andanzas del Teniente Coronel Oliver North, que cambiaba armas por droga; para entender que un Gobierno que es capaz de hacer eso, es capaz de todo. Y todo es todo.

Desde planear asesinatos de mandatarios, hasta apoyar revoluciones o asociarse con el Vaticano para derrocar dictadores e imponer la democracia.

O sea, para globalizar al mundo en el consumismo y darles más riqueza y poder a las transnacionales. Las que sin dar la cara, manejan la economía a su antojo y conveniencia.

Lo publicado hasta hoy por WikiLeaks, (Wiki-fugas) que es una página en la Red que publica informes y documentos “filtrados”, que involucran asuntos religiosos, corporativos o de gobiernos, preservando el anonimato de quienes les envían la información.

Ha puesto de cabeza (y eso que no se ha publicado todo, pues “alguien” mandó hackear el sitio y no se ha sabido nada más)

Pero lo que hasta hoy se ha publicado en diferentes y prestigiosos Diarios, como el New York Times o Le Monde, es un verdadero escándalo que ameritaría que muchas naciones rompieran relaciones con los EEU por lo que les ha hecho.

Cabiendo mencionar, que aunque las circun$tancia$ no permitan publicar la información de los más de 250 mil cables filtrados desde las embajadas y consulados, de todo lo terrible que han hecho por el mundo los norteamericanos.

Está el nombre de Carlos Pascual, conocido como un efectivo desestabilizador de Naciones, quien por ahora lleva a cabo su encargo como Embajador en México.

El caso es que ya se sabía lo que hacían (o cuando menos se suponía) y de lo que eran capaces los norteamericanos; pero el hecho de que lo hayan hecho público, por dignidad, deberá traer consecuencias. De perdida un callado boicot a sus productos.

Pero al igual que lo hacen aquí nuestros políticos, a los de allá solo se les ocurrió defenderse diciendo que robar y difundir información es un delito; cuando delito es lo que hacen, no la forma en que los ciudadanos nos enteramos.

Pues como aquí lo hemos dicho, y hoy lo volvemos a repetir, somos partidarios de que se legalice el espionaje.

Pues quizá cuando se sepa oficialmente que cualquiera puede estarnos escuchando o viendo, seguramente que habrá muchas cosas que ya no haremos.


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