lunes, noviembre 22, 2010

Guerra servil

Manuel Bartlett

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Calderón nos conduce al desastre con su guerra imposible de ganar. Lanzó al Ejército contra el narcotráfico convencido por ajenos que bastaba la fuerza, no lo ilustra el fracaso. Guerra ilegal, utiliza a las fuerzas armadas fuera de la ley, lo saben los militares, que exigen facultades al filo de la inconstitucionalidad. Guerra servil, sólo sirve a la política antinarcóticos estadounidense, sometiéndonos a la intervención extranjera.

El Washington Post reporta “ligas crecientes entre militares norteamericanos y mexicanos que antes no se mencionaban para evitar críticas”, pero consideran superada la resistencia del Ejército Mexicano, aunque “todavía no permite la presencia permanente de militares norteamericanos”. “El presidente Calderón quiere que entremos, dijo un oficial de alto rango”.

Guerra absurda denunciada por mexicanos, pero también por estudios estadounidense. Instituto de Estudios Estratégicos. La narcoinsurgencia mexicana y la política antidrogas de EU (Hal Brands). “La Iniciativa Mérida es la extensión de la vieja estrategia americana ineficaz: enfatiza la seguridad, la coacción, no ataca las raíces: corrupción oficial, pobreza, desigualdad, debilidad gubernamental, la ilimitada demanda norteamericana de droga y el contrabando de armas hacia México”. “La iniciativa Mérida es simple paliativo”. “Calderón no ha reducido el narcotráfico”, tampoco, dice, se reduce el consumo estadounidense y califica de grave impedimento en México: la pobreza de la población y “el modelo macroeconómico que exige el recorte de los programas sociales”, “la pobreza alimenta de reclutas a los cárteles”. “La Iniciativa Mérida es incapaz de cerrar la puerta de Estados Unidos a la droga”. Su único interés.

Brookings Institution. M. Cárdenas. “En la medida en que la lucha contra el narcotráfico sea vista como contrainsurgencia serán relegadas las tareas cruciales; se trata de menos operaciones militares de corto plazo y más construcción institucional”. “No importa cuántos soldados ponga en pie de guerra, si el Estado no se reconstruye no existe posibilidad de revertir el crimen organizado y la violencia”.

Centro para la Infraestructura de Protección (Secretaria de Seguridad Interna). “50 mil soldados en la calle no han impedido el escalamiento de la violencia en México”. Denuncia corrupción, ineficacia mexicanas que superaremos con su “cooperación”. Pese a su énfasis en la violencia, considera indispensables programas socioeconómicos. Admiten: Estados Unidos debe reducir el consumo de drogas, pero, se lamentan, tardará mucho; atacar el lavado de dinero es difícil, como impedir el contrabando de armas. Nos circunscriben a la persecución para frenar las drogas hacia allá.

Centro para la Nueva Seguridad Americana. Crime Wars. Estados Unidos debe derrotar a los cárteles en su territorio, reducir el consumo que los enriquece, atacar sus redes financieras y promover la prevención. En México, “la solución a largo plazo es el desarrollo económico, superar el abismo entre ricos y pobres”. Hace un planteamiento revelador de la estrategia estadounidense: “…cientos de toneladas de cocaína y otras drogas estarían en las venas de norteamericanos si no hubieran sido detenidas antes de llegar a nuestras fronteras”. Ese es el objetivo de su guerra, sólo en el exterior, allá no está el ejército en las calles, aquí empujan a la violencia, asesinatos selectivos, fugas de población, sufrimiento social para impedir que pasen drogas por su porosa frontera, sangre nuestra para que haya menos droga en las venas de sus adictos. Esa no es nuestra guerra, atendamos sus análisis; la nuestra es atacar la desigualdad, prevención y exigirles que cumplan con su responsabilidad. La guerra de Calderón, limitada a lo policiaco-militar y sin acciones en Estados Unidos, está perdida.

mbartlett_diaz@hotmail.com

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