En Sonora se tiene muy claro que “LA CORRUPCIÓN MATA NIÑOS”. Así reza una leyenda que se lee en muchos vehículos que circulan en el estado. Qué bueno que muchos sonorenses conserven esa calca en sus carros; no debe olvidarse que el tráfico de influencias y la vulgar corrupción, aderezada de ineptitud e indolencia fueron los causantes del asesinato de medio centenar de niños en la Bodega-Guardería ABC. Pero ahora los que están muriendo son muchachos. A ellos los está matando la ilegitimidad de Felipe Calderón. Veamos por qué:
Rehén de muchos, Felipe no tiene libertad ni para armar su gobierno. Es sabido que una parte sustancial del gabinete lo integró Elba Esther (Lady Garra) Gordillo; pero otra parte la integró Genaro García Luna, el Secretario de Seguridad Pública. Hay miembros del gabinete, como el propio Genaro, como el subsecretario de educación básica, como el director de Lotenal, como el director del ISSSTE que no le deben el puesto a Calderón. Más bien, al contrario, es Felipe quien les debe el suyo. Por eso son y se saben inamovibles.
Pero entremos en materia ¿Cómo es que la ilegitimidad de Calderón mata muchachos?, vayamos por partes, con un poco de historia. Trasladémonos hacia las semanas y meses posteriores a la elección presidencial de julio de 2006. El Tribunal Federal Electoral estaba por calificar la elección, que a la postre le daría el “triunfo” a Felipe Calderón. Mientras los magistrados tenían en sus manos la papa caliente de la fraudulenta elección, se le hizo saber al presidente del Tribunal, Leonel Castillo, la existencia de un video en el que el propio Leonel y su secretario de acuerdos Flavio Galván Rivera, departen alegremente en un Table Dance, llamado Men´s Club, de la Zona Rosa del Distrito Federal, en compañía de varias muchachas con prendas mínimas.
Lo que se cuenta en el párrafo anterior, historia de magistrados, tangas y bailarinas, lo relata el prestigiado y experimentado reportero José Reveles, de El Financiero. Reveles compiló sus reportes en el libro titulado “Las Historias Más Negras, de narco impunidad y corrupción en México” (Random House Mondadori, 2008, pag. 196). El video con el cual se habría extorsionado al presidente del TRIFE “Fue una espada de Damocles que gravitó mientras se tomaba la decisión de otorgarle el triunfo a Felipe Calderón”, dice José Reveles.
El portador del video mencionado, se señala, era Monte Alejandro Rubido García, compañero de Genaro García cuando ambos trabajaron en el CISEN. Después, Rubido sería nombrado por Calderón Secretario Técnico del Consejo de Seguridad Nacional. Así, por esas razones, fue que Calderón ha integrado su gabinete. En manos de ese tipo de personas está la seguridad pública nacional. Ese es el tipo de deudas que Calderón está condenado a pagar para siempre. Felipe Calderón no es, pues, jefe de ellos; es, como ya se dijo, su rehén.
Seguirán matando muchachos, secuestrando y matando periodistas, masacrando inmigrantes; seguirá moviéndose la droga en cientos, miles de toneladas; pero Felipe no moverá ni removerá a nadie. No puede. No lo dejan. Lo tienen agarrado de ahí, de donde las patadas duelen tanto.
Como en el caso de la Banda de la Flor, los rastros de las bandas de secuestradores llegarán hasta la puerta de la oficina de Genaro García Luna; pero Calderón no moverá a nadie. No es que no quiera: es que ni siquiera puede pensarlo. Por eso la tragedia que vive el país no ha tocado fondo. La muerte seguirá pisando nuestro huerto, y firmaremos que habremos muerto de muerte natural, parafraseando al enorme Serrat. Pues, estando México en las manos en las que está, la muerte, la masacre, la matanza diaria es de lo más natural. Tan natural que la matanza de muchachos ya no es noticia para muchos medios. La noticia es que ya se murió el pulpo Paul.
Martín Vélez
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