- Una sociedad en la que uno odia al otro se está suicidando, advierte el filósofo Enrique Dussel
- Niegan participantes del congreso que sea sólo una afirmación cursi y demagógica
Arturo García Hernández
La propuesta de Andrés Manuel López Obrador para la instauración de una república amorosa no es la afirmación cursi y demagógica que sus detractores se empeñan en ver, sino un planteamiento con sólidos fundamentos humanísticos, éticos, filosóficos e históricos cuyo fin último es el interés solidario e incluyente por el otro (los demás). Esa es la base de la convivencia pacífica en sociedad.
Este fue el punto de coincidencia de los participantes en la sesión de apertura del primer Congreso por una República Amorosa, con sede en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde desde distintas disciplinas se analizó la propuesta del aspirante presidencial.
Organizado por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) bajo la premisa de que sin una reconstrucción moral de la nación no habrá cambio verdadero
, el congreso sometió a discusión –en palabras de la escritora Laura Esquivel– uno de los temas que López Obrador ha puesto sobre la mesa, un tema fundamental, porque si queremos que las cosas cambien en el país, tenemos que cambiar la manera en que nos relacionamos con los demás, tenemos que recuperar el interés real del uno en el otro: llámenle como quieran, para mí buscar una cercanía con el otro es amoroso
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