Maude Versini sigue
luchando por recuperar a sus hijos retenidos en México por Arturo
Montiel, exgobernador mexiquense y exesposo de la francesa. Figura clave
en el Estado de México hasta hace siete años y reconocida como
impulsora de la carrera política de Enrique Peña Nieto, la mujer vino al
país a pedir una audiencia con el presidente electo. No ha recibido
respuesta. Amparada por resoluciones del Tribunal de La Haya, acudió
también a la cancillería, donde nadie mueve un dedo por ayudarla. Ni
siquiera sus antiguas amistades la apoyan. Todo mundo, dice, le teme a
Montiel.
En febrero de este año, tres meses después de que el exgobernador mexiquense Arturo Montiel retuviera ilegalmente a sus hijos –Alexi y los gemelos Sofía y Adrián–, Maude Versini recibió una llamada telefónica del exmandatario, de quien se divorció en 2007.
–Me llamó para decirme que iba a hacerme una “propuesta financiera” para que le dejara a los niños –rememora.
–¿Qué le respondió?
–Lo mandé a la chingada –sentencia–. “¿Tú crees que voy a vender a mis hijos? Estás loco”, le dije.
Versini habla con Proceso acerca de esa plática y otros ofrecimientos que el exgobernador le hizo para quedarse “de manera ilegal” con sus hijos. Detalla cómo a lo largo de cuatro años, tras el primer intento frustrado en 2007 por quitarle la custodia, Montiel urdió junto con sus abogados en París una serie de artimañas para crear un expediente de presunto maltrato y violencia utilizando a niñeras que, en realidad, eran “espías y empleadas” de la administración montielista.
Versini estuvo en México entre el jueves 13 y el lunes 17 para entrevistarse con funcionarios de la cancillería, jueces y abogados. En agosto pasado la defensa de Montiel obtuvo otro amparo contra la resolución de La Haya que le daba razón a la francesa. “Soy un poco escéptica porque nadie me quiere dar el derecho a convivir con mis hijos mientras no se resuelva el caso. Se tenía que haber resuelto en seis semanas y ya vamos para 10 meses”, dice.
Versini intentó reunirse con Enrique Peña Nieto. No tuvo éxito. Las puertas de la administración federal y la del Estado de México se cerraron para quien hace siete años era figura estelar en la vida política mexiquense.
Quiso ver a sus hijos en el Colegio Miraflores, pero los guardaespaldas de Montiel y los directivos de esa escuela católica se lo impidieron. Buscó a representantes de la cancillería para que intervinieran y no tuvo una respuesta positiva.
Tras casi 10 meses de un litigio que sepultó el amor entre Montiel y Versini, ella viajó acompañada de su actual esposo, Philippe Lancry, la hija de ambos y un pequeño equipo de la televisión francesa que realiza un reportaje sobre este caso que amenaza con transformarse en otro conflicto diplomático entre México y Francia.
La negativa de Montiel y sus abogados a explicar su posición contrastan con las recientes apariciones del exgobernador. El viernes 7 fue invitado al primer informe de gobierno del mandatario de Quintana Roo, Roberto Borge, donde coincidió con su amigo el expresidente Carlos Salinas de Gortari.
–¿Por qué Montiel no habló con usted en este viaje?
–Lo llamé. Me contestó y me dijo: “Te devuelvo la llamada en dos horas”. No me llamó. Le volví a marcar. No me contestó. A la tercera tomó el teléfono: “¿Qué pasó? Ya estoy aquí”, le insistí. “Mira, te llamo en unos minutos”, reiteró.
“Una hora después me llamó su abogado Heredia. Quería reunirse conmigo. Le dije que quería hablar con el papá de mis hijos. El 14 de septiembre vi al abogado y me informó: ‘El señor Montiel está en la mejor disposición de llegar a un acuerdo. Señora, yo no sé cuándo va a poder verla. porque está muy ocupado’.”
Peña Nieto al margen
–¿Ha buscado a Enrique Peña Nieto?
–Él se dice al margen, que no quiere meterse. No me ha contestado. Pedí una audiencia con él. Ojalá me la den.
–¿Le sorprende que no intente mediar en este conflicto?
–Siento que no puede hablar directamente con Montiel por este tipo de cosas. Creo que el presidente electo piensa que la justicia va a arreglar todo esto. Lo malo es que este asunto puede durar años. Y yo no lo voy a dejar.
–¿Usted tenía buenas relaciones con Peña?
–Con él y con Mónica Pretelini. Pasamos vacaciones juntos. Es un buen hombre, un buen padre. Y no puedo creer que me deje así en este plan. Confío en que si Enrique, una vez que sea presidente, puede actuar, lo haga.
Fue amiga de Peña Nieto durante la administración de Montiel pero además se convirtió en una pieza fundamental para que el exsecretario de Administración y entonces coordinador de la bancada priista en el Congreso local se convirtiera en candidato a gobernador en 2005. Entre los periodistas y analistas políticos mexiquenses es común señalar que la gran influencia que Versini ejercía sobre Montiel facilitó el camino para que Peña Nieto fuera candidato.
Durante la campaña presidencial, al ser cuestionado en dos ocasiones sobre el litigio entre Versini y Montiel, Peña Nieto declinó hacer comentarios aduciendo que se trata de un asunto privado.
El infierno
–¿Cómo explica la actitud de Montiel? ¿Son celos a raíz de la petición del divorcio?
–Eso fue lo que me dijeron sus abogados.
–¿Está usted viviendo ahora lo que un ciudadano común mexicano vive frente al aparato de justicia?
–Totalmente. Es un infierno, es una pesadilla. Me duermo con angustia, me levanto con angustia, perdí seis kilos. Estoy muy mal.
“La verdad tiene que salir, no puedo creer que este señor quede impune. Estamos hablando de un juicio de restitución y ni siquiera eso me protege. Gano el amparo y me quedo con los hijos, pero Montiel no pierde el derecho de verlos. ¿Quién me asegura que en las próximas vacaciones no me la va a volver a hacer? Es un círculo vicioso.
“Pienso levantar una denuncia penal por secuestro, porque si no, en cualquier momento me lo vuelve a hacer.”
–¿Cuál ha sido la reacción de los otros familiares de Montiel? ¿Los ha buscado?
–Me topé con Pablo, su otro hijo. Me lo encontré en un centro comercial en el viaje anterior. Llorando le rogué: “Ayúdame. Tú eres un padre, eres medio hermano de los niños, ayúdame”. Y me dijo: “Te aseguro que él nos ha mantenido totalmente al margen de esta historia. No nos deja que nos metamos. Está actuando solito en esto”.
–¿Con algunos otros amigos y exfuncionarios con quien convivió en el gobierno de Montiel?
–Las pocas amigas o esposas de exsecretarios tienen miedo. Todos tienen miedo.
“¿Sabes que eso me dijeron en la escuela de los niños? Pensé que se iban a sensibilizar las otras madres. Mi plan era éste, ya que no puedes entrar al Colegio Miraflores sin gafete en tu carro quería pedirle a una madre pasar con ella para entrar y ver a mis hijos.
“Cuando fuimos a la escuela ayer (el viernes 14) logramos pasar. No me vio el guardia. Me topé con una mamá. Me bajé del carro y le dije: ‘Soy la exesposa del licenciado Montiel y tengo a mis tres hijos en esta escuela, le ruego que me ayude. Me gustaría que me deje entrar en su carro mañana para poder ver a mis hijos’.
“‘No me quiero meter en líos. Todo mundo tiene mucho miedo del licenciado Montiel’, me respondió.
“También fui a la Secretaría de Relaciones Exteriores, porque ellos son los responsables de que se cumplan las resoluciones del Tribunal de La Haya. Les advertí que ‘éste va a ser un segundo conflicto diplomático con Francia’”, señala Versini en referencia al caso de Florence Cassez, la francesa acusada de formar parte de una banda de secuestradores y detenida tras un montaje para la televisión organizado por la AFI, a cargo entonces de Genaro García Luna.
Los abogados de Salinas
Versini ya no duda que Montiel tramó durante más de cuatro años la retención de sus hijos, quienes habían venido a México para las festividades navideñas de 2011, y que contó para ello con la asesoría del mismo despacho de abogados que lo ha representado a él y a Raúl Salinas de Gortari en París.
Así lo acredita un correo electrónico que Montiel le envió a Versini el 2 de enero de 2012, fecha límite que tenía para devolver a sus hijos:
“Maude:
“Por favor no te preocupes por nuestros hijos; ellos están muy bien, están conmigo.
“De ninguna manera he tomado decisión de carácter unilateral ya que un juez familiar me autorizó provisionalmente su custodia hasta en tanto se puedan desentrañar las causas que originaron este proceder.
“Respecto a la custodia provisional autorizada, le envié una copia certificada al abogado Eric Noual, a quien tú conoces, quien te contactará para que conozcas el referido documento, y de ninguna manera tomaré decisiones fuera del marco de la legalidad.
“De igual manera, lo sabes bien, cuantas veces quieras podrás comunicarte con nuestros hijos e incluso convivir con ellos en México, en las condiciones que en su caso convengamos, hasta en tanto resolvamos el fondo de este asunto.”
El “fondo del asunto”, según Montiel, es el presunto maltrato que recibieron los hijos de parte de Maude y su actual esposo Jean Philippe Lancry, un francés 30 años menor que el exgobernador.
Durante cuatro años y con la ayuda de Noual y de la socia de éste, Céline Fournier Level, Montiel preparó un expediente con los testimonios de las cinco niñeras mexiquenses que le envió a Versini con el pretexto de que los niños “siguieran hablando español” y se “facilitara la logística” para cuando viajaran al Estado de México.
Versini entregó una copia a Proceso de una demanda de hechos que interpusieron el 27 de junio de 2011 las niñeras Mariela Bustos y Miriam Pineda Arce contra Maude y su esposo acusándolos de ser responsables de privar de alimentos y de “violencia múltiple” contra los niños Sofía y Adrián Montiel Versini, y de “maltrato psicológico” contra Alexis, el menor, quien fue diagnosticado con problemas de autismo a los dos años. Montiel argumenta que ese problema se debe a los malos tratos.
En esa demanda ante la policía francesa, Fournier Level no aparece como abogada sino como “traductora” de las nanas mexicanas. Fournier también se hizo pasar por Versini en una llamada a la escuela de los niños en París para averiguar la situación de los menores. Al investigarse el origen de la llamada telefónica, resultó ser el despacho de Noual.
Fournier y Noual comparten la misma dirección como socios de un despacho jurídico que ha tenido entre sus clientes mexicanos a Montiel y a los hermanos Salinas de Gortari.
–¿Los asesoró Carlos Salinas?
–No lo sé –confía–. Salinas estaría furioso si Montiel hubiera hecho esto si quería que Peña Nieto fuera presidente.
“En realidad todo ha sido muy maquiavélico. Arturo preparó todo para que las niñeras dieran testimonio en mi contra, pero yo tengo 129 testimonios que demuestran lo contrario: Que nunca hubo maltrato y que mi hijo Alexis necesita atención especial, por su condición de autista. En el juicio en Metepec no me aceptaron ninguno de estos testimonios.”
El otro caso de la nana-espía fue de María Guadalupe Barrón Estrada, a quien “Montiel disfrazó como niñera”, ya que no tenía ninguna experiencia previa más que trabajando en la administración mexiquense.
De acuerdo con su currículum, Barrón trabajó en el ayuntamiento de Toluca con José Guadalupe Chávez Bernal y con Francisco Balderas, así como en la Secretaría de Desarrollo Social y en la Secretaría de Finanzas, a las órdenes de Verónica Hernández Pérez e Israel Sánchez Reyes, todos ellos colaboradores del gobierno montielista.
Versini se enfurece cuando recuerda este episodio. Barrón fue la última “niñera” antes de que Montiel retuviera a sus hijos en diciembre de 2011.
“Llegó en septiembre de 2011. Le pedí su currículum y no me lo quería mandar. Onésimo García, secretario privado de Montiel, me dijo que no había otra opción. Le pedí a él sus datos y ahí me di cuenta de que tuvo puros puestos en el gobierno del Estado de México. Ella vino a espiarnos”, relata Versini.
Barrón Estrada “fue a ver a los abogados de Montiel a París, a Eric Noual y a Céline Fournier. Le grabaron en video un testimonio donde nos acusaba de maltrato: ese video lo utilizaron en diciembre de 2011 en el juicio de Metepec para que me quitaran la custodia”.
Situación jurídica
El pleito entre Versini y Montiel aún puede prolongarse. Ella ganó el 29 de mayo de 2012 una resolución de la juez Guadalupe Escalona Valdez, del Juzgado Tercero Civil en tercera instancia de Lerma, Estado de México. La sentencia le ordenó a Montiel el regreso inmediato de sus tres hijos a Francia (Proceso 1860).
Ese juicio de restitución se celebró amparado por la Convención de La Haya, firmada por Francia y México. Previamente, el 5 de marzo de 2012 la justicia francesa desechó la demanda contra Versini y Lancry interpuesta por las niñeras mexicanas.
“La Brigada de Defensa de los Menores llevó una investigación de nueve meses sin encontrar el menor elemento contra nosotros. El Tribunal de Gran Instancia de París ordenó el sobreseimiento del caso”, recuerda Versini.
Montiel se amparó. Versini ganó en julio de 2012 la apelación, pero el exgobernador mexiquense volvió a promover en agosto de este año otro amparo. Lo ganó pese a que el 29 de julio de 2011 había sido detenido por la policía estadunidense en Miami por pelear alcoholizado en la vía pública. Salió bajo fianza.
Durante su reciente viaje a México Versini estuvo en las oficinas de la Secretaría de Relaciones Exteriores, donde está la Autoridad Central Mexicana, organismo que aplica y administra todo lo referente a los acuerdos de la Convención de La Haya.
–¿A qué acuerdo llegó usted con la cancillería?
–Me aconseja sentarme a platicar con Arturo Montiel y encontrar un acuerdo para conciliar, pero esto sería muy peligroso. Él podría en cualquier momento volver a secuestrar a mis hijos y, de nuevo, todo empezaría otra vez. Y sería todo un año de juicio tirado a la basura.
En febrero de este año, tres meses después de que el exgobernador mexiquense Arturo Montiel retuviera ilegalmente a sus hijos –Alexi y los gemelos Sofía y Adrián–, Maude Versini recibió una llamada telefónica del exmandatario, de quien se divorció en 2007.
–Me llamó para decirme que iba a hacerme una “propuesta financiera” para que le dejara a los niños –rememora.
–¿Qué le respondió?
–Lo mandé a la chingada –sentencia–. “¿Tú crees que voy a vender a mis hijos? Estás loco”, le dije.
Versini habla con Proceso acerca de esa plática y otros ofrecimientos que el exgobernador le hizo para quedarse “de manera ilegal” con sus hijos. Detalla cómo a lo largo de cuatro años, tras el primer intento frustrado en 2007 por quitarle la custodia, Montiel urdió junto con sus abogados en París una serie de artimañas para crear un expediente de presunto maltrato y violencia utilizando a niñeras que, en realidad, eran “espías y empleadas” de la administración montielista.
Versini estuvo en México entre el jueves 13 y el lunes 17 para entrevistarse con funcionarios de la cancillería, jueces y abogados. En agosto pasado la defensa de Montiel obtuvo otro amparo contra la resolución de La Haya que le daba razón a la francesa. “Soy un poco escéptica porque nadie me quiere dar el derecho a convivir con mis hijos mientras no se resuelva el caso. Se tenía que haber resuelto en seis semanas y ya vamos para 10 meses”, dice.
Versini intentó reunirse con Enrique Peña Nieto. No tuvo éxito. Las puertas de la administración federal y la del Estado de México se cerraron para quien hace siete años era figura estelar en la vida política mexiquense.
Quiso ver a sus hijos en el Colegio Miraflores, pero los guardaespaldas de Montiel y los directivos de esa escuela católica se lo impidieron. Buscó a representantes de la cancillería para que intervinieran y no tuvo una respuesta positiva.
Tras casi 10 meses de un litigio que sepultó el amor entre Montiel y Versini, ella viajó acompañada de su actual esposo, Philippe Lancry, la hija de ambos y un pequeño equipo de la televisión francesa que realiza un reportaje sobre este caso que amenaza con transformarse en otro conflicto diplomático entre México y Francia.
La negativa de Montiel y sus abogados a explicar su posición contrastan con las recientes apariciones del exgobernador. El viernes 7 fue invitado al primer informe de gobierno del mandatario de Quintana Roo, Roberto Borge, donde coincidió con su amigo el expresidente Carlos Salinas de Gortari.
–¿Por qué Montiel no habló con usted en este viaje?
–Lo llamé. Me contestó y me dijo: “Te devuelvo la llamada en dos horas”. No me llamó. Le volví a marcar. No me contestó. A la tercera tomó el teléfono: “¿Qué pasó? Ya estoy aquí”, le insistí. “Mira, te llamo en unos minutos”, reiteró.
“Una hora después me llamó su abogado Heredia. Quería reunirse conmigo. Le dije que quería hablar con el papá de mis hijos. El 14 de septiembre vi al abogado y me informó: ‘El señor Montiel está en la mejor disposición de llegar a un acuerdo. Señora, yo no sé cuándo va a poder verla. porque está muy ocupado’.”
Peña Nieto al margen
–¿Ha buscado a Enrique Peña Nieto?
–Él se dice al margen, que no quiere meterse. No me ha contestado. Pedí una audiencia con él. Ojalá me la den.
–¿Le sorprende que no intente mediar en este conflicto?
–Siento que no puede hablar directamente con Montiel por este tipo de cosas. Creo que el presidente electo piensa que la justicia va a arreglar todo esto. Lo malo es que este asunto puede durar años. Y yo no lo voy a dejar.
–¿Usted tenía buenas relaciones con Peña?
–Con él y con Mónica Pretelini. Pasamos vacaciones juntos. Es un buen hombre, un buen padre. Y no puedo creer que me deje así en este plan. Confío en que si Enrique, una vez que sea presidente, puede actuar, lo haga.
Fue amiga de Peña Nieto durante la administración de Montiel pero además se convirtió en una pieza fundamental para que el exsecretario de Administración y entonces coordinador de la bancada priista en el Congreso local se convirtiera en candidato a gobernador en 2005. Entre los periodistas y analistas políticos mexiquenses es común señalar que la gran influencia que Versini ejercía sobre Montiel facilitó el camino para que Peña Nieto fuera candidato.
Durante la campaña presidencial, al ser cuestionado en dos ocasiones sobre el litigio entre Versini y Montiel, Peña Nieto declinó hacer comentarios aduciendo que se trata de un asunto privado.
El infierno
–¿Cómo explica la actitud de Montiel? ¿Son celos a raíz de la petición del divorcio?
–Eso fue lo que me dijeron sus abogados.
–¿Está usted viviendo ahora lo que un ciudadano común mexicano vive frente al aparato de justicia?
–Totalmente. Es un infierno, es una pesadilla. Me duermo con angustia, me levanto con angustia, perdí seis kilos. Estoy muy mal.
“La verdad tiene que salir, no puedo creer que este señor quede impune. Estamos hablando de un juicio de restitución y ni siquiera eso me protege. Gano el amparo y me quedo con los hijos, pero Montiel no pierde el derecho de verlos. ¿Quién me asegura que en las próximas vacaciones no me la va a volver a hacer? Es un círculo vicioso.
“Pienso levantar una denuncia penal por secuestro, porque si no, en cualquier momento me lo vuelve a hacer.”
–¿Cuál ha sido la reacción de los otros familiares de Montiel? ¿Los ha buscado?
–Me topé con Pablo, su otro hijo. Me lo encontré en un centro comercial en el viaje anterior. Llorando le rogué: “Ayúdame. Tú eres un padre, eres medio hermano de los niños, ayúdame”. Y me dijo: “Te aseguro que él nos ha mantenido totalmente al margen de esta historia. No nos deja que nos metamos. Está actuando solito en esto”.
–¿Con algunos otros amigos y exfuncionarios con quien convivió en el gobierno de Montiel?
–Las pocas amigas o esposas de exsecretarios tienen miedo. Todos tienen miedo.
“¿Sabes que eso me dijeron en la escuela de los niños? Pensé que se iban a sensibilizar las otras madres. Mi plan era éste, ya que no puedes entrar al Colegio Miraflores sin gafete en tu carro quería pedirle a una madre pasar con ella para entrar y ver a mis hijos.
“Cuando fuimos a la escuela ayer (el viernes 14) logramos pasar. No me vio el guardia. Me topé con una mamá. Me bajé del carro y le dije: ‘Soy la exesposa del licenciado Montiel y tengo a mis tres hijos en esta escuela, le ruego que me ayude. Me gustaría que me deje entrar en su carro mañana para poder ver a mis hijos’.
“‘No me quiero meter en líos. Todo mundo tiene mucho miedo del licenciado Montiel’, me respondió.
“También fui a la Secretaría de Relaciones Exteriores, porque ellos son los responsables de que se cumplan las resoluciones del Tribunal de La Haya. Les advertí que ‘éste va a ser un segundo conflicto diplomático con Francia’”, señala Versini en referencia al caso de Florence Cassez, la francesa acusada de formar parte de una banda de secuestradores y detenida tras un montaje para la televisión organizado por la AFI, a cargo entonces de Genaro García Luna.
Los abogados de Salinas
Versini ya no duda que Montiel tramó durante más de cuatro años la retención de sus hijos, quienes habían venido a México para las festividades navideñas de 2011, y que contó para ello con la asesoría del mismo despacho de abogados que lo ha representado a él y a Raúl Salinas de Gortari en París.
Así lo acredita un correo electrónico que Montiel le envió a Versini el 2 de enero de 2012, fecha límite que tenía para devolver a sus hijos:
“Maude:
“Por favor no te preocupes por nuestros hijos; ellos están muy bien, están conmigo.
“De ninguna manera he tomado decisión de carácter unilateral ya que un juez familiar me autorizó provisionalmente su custodia hasta en tanto se puedan desentrañar las causas que originaron este proceder.
“Respecto a la custodia provisional autorizada, le envié una copia certificada al abogado Eric Noual, a quien tú conoces, quien te contactará para que conozcas el referido documento, y de ninguna manera tomaré decisiones fuera del marco de la legalidad.
“De igual manera, lo sabes bien, cuantas veces quieras podrás comunicarte con nuestros hijos e incluso convivir con ellos en México, en las condiciones que en su caso convengamos, hasta en tanto resolvamos el fondo de este asunto.”
El “fondo del asunto”, según Montiel, es el presunto maltrato que recibieron los hijos de parte de Maude y su actual esposo Jean Philippe Lancry, un francés 30 años menor que el exgobernador.
Durante cuatro años y con la ayuda de Noual y de la socia de éste, Céline Fournier Level, Montiel preparó un expediente con los testimonios de las cinco niñeras mexiquenses que le envió a Versini con el pretexto de que los niños “siguieran hablando español” y se “facilitara la logística” para cuando viajaran al Estado de México.
Versini entregó una copia a Proceso de una demanda de hechos que interpusieron el 27 de junio de 2011 las niñeras Mariela Bustos y Miriam Pineda Arce contra Maude y su esposo acusándolos de ser responsables de privar de alimentos y de “violencia múltiple” contra los niños Sofía y Adrián Montiel Versini, y de “maltrato psicológico” contra Alexis, el menor, quien fue diagnosticado con problemas de autismo a los dos años. Montiel argumenta que ese problema se debe a los malos tratos.
En esa demanda ante la policía francesa, Fournier Level no aparece como abogada sino como “traductora” de las nanas mexicanas. Fournier también se hizo pasar por Versini en una llamada a la escuela de los niños en París para averiguar la situación de los menores. Al investigarse el origen de la llamada telefónica, resultó ser el despacho de Noual.
Fournier y Noual comparten la misma dirección como socios de un despacho jurídico que ha tenido entre sus clientes mexicanos a Montiel y a los hermanos Salinas de Gortari.
–¿Los asesoró Carlos Salinas?
–No lo sé –confía–. Salinas estaría furioso si Montiel hubiera hecho esto si quería que Peña Nieto fuera presidente.
“En realidad todo ha sido muy maquiavélico. Arturo preparó todo para que las niñeras dieran testimonio en mi contra, pero yo tengo 129 testimonios que demuestran lo contrario: Que nunca hubo maltrato y que mi hijo Alexis necesita atención especial, por su condición de autista. En el juicio en Metepec no me aceptaron ninguno de estos testimonios.”
El otro caso de la nana-espía fue de María Guadalupe Barrón Estrada, a quien “Montiel disfrazó como niñera”, ya que no tenía ninguna experiencia previa más que trabajando en la administración mexiquense.
De acuerdo con su currículum, Barrón trabajó en el ayuntamiento de Toluca con José Guadalupe Chávez Bernal y con Francisco Balderas, así como en la Secretaría de Desarrollo Social y en la Secretaría de Finanzas, a las órdenes de Verónica Hernández Pérez e Israel Sánchez Reyes, todos ellos colaboradores del gobierno montielista.
Versini se enfurece cuando recuerda este episodio. Barrón fue la última “niñera” antes de que Montiel retuviera a sus hijos en diciembre de 2011.
“Llegó en septiembre de 2011. Le pedí su currículum y no me lo quería mandar. Onésimo García, secretario privado de Montiel, me dijo que no había otra opción. Le pedí a él sus datos y ahí me di cuenta de que tuvo puros puestos en el gobierno del Estado de México. Ella vino a espiarnos”, relata Versini.
Barrón Estrada “fue a ver a los abogados de Montiel a París, a Eric Noual y a Céline Fournier. Le grabaron en video un testimonio donde nos acusaba de maltrato: ese video lo utilizaron en diciembre de 2011 en el juicio de Metepec para que me quitaran la custodia”.
Situación jurídica
El pleito entre Versini y Montiel aún puede prolongarse. Ella ganó el 29 de mayo de 2012 una resolución de la juez Guadalupe Escalona Valdez, del Juzgado Tercero Civil en tercera instancia de Lerma, Estado de México. La sentencia le ordenó a Montiel el regreso inmediato de sus tres hijos a Francia (Proceso 1860).
Ese juicio de restitución se celebró amparado por la Convención de La Haya, firmada por Francia y México. Previamente, el 5 de marzo de 2012 la justicia francesa desechó la demanda contra Versini y Lancry interpuesta por las niñeras mexicanas.
“La Brigada de Defensa de los Menores llevó una investigación de nueve meses sin encontrar el menor elemento contra nosotros. El Tribunal de Gran Instancia de París ordenó el sobreseimiento del caso”, recuerda Versini.
Montiel se amparó. Versini ganó en julio de 2012 la apelación, pero el exgobernador mexiquense volvió a promover en agosto de este año otro amparo. Lo ganó pese a que el 29 de julio de 2011 había sido detenido por la policía estadunidense en Miami por pelear alcoholizado en la vía pública. Salió bajo fianza.
Durante su reciente viaje a México Versini estuvo en las oficinas de la Secretaría de Relaciones Exteriores, donde está la Autoridad Central Mexicana, organismo que aplica y administra todo lo referente a los acuerdos de la Convención de La Haya.
–¿A qué acuerdo llegó usted con la cancillería?
–Me aconseja sentarme a platicar con Arturo Montiel y encontrar un acuerdo para conciliar, pero esto sería muy peligroso. Él podría en cualquier momento volver a secuestrar a mis hijos y, de nuevo, todo empezaría otra vez. Y sería todo un año de juicio tirado a la basura.
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