jueves, marzo 21, 2013

El narco calla a los periódicos del norte

Uno de los ataques al diario El Siglo de Torreón.
Foto: El Siglo de Torreón 


 SALTILLO, Coah., (proceso.com.mx).- Medios impresos del noreste del país han sufrido al menos 15 ataques con explosivos y armas de grueso calibre por parte de grupos del crimen organizado en los últimos dos años. Importante diarios de la región noreste como El Norte de Monterrey, El Mañana de Nuevo Laredo, Expreso de Ciudad Victoria y El Siglo de Torreón han sido atacados con armas largas, granadas de fragmentación e incluso con un “coche bomba”. El periódico el Siglo de Torreón ha registrado, desde noviembre del 2011 hasta la fecha, media docena de ataques que van desde el incendio de un automóvil, disparos de fusiles de asalto calibre AK-47 contra sus instalaciones, hasta el secuestro de cinco de sus trabajadores. El Norte de Monterrey también registra media docena de atentados, la mayoría con granadas de fragmentación. El último ocurrió domingo 29 de julio del año pasado, cuando un par de hombres armados incendió con combustible una edición suburbana que forma parte del Grupo Reforma. La fachada del semanario Hora Cero de Reynosa también resintió impactos de arma de fuego el 7 de mayo de 2012. Lo mismo le ha ocurrido en diversas ocasiones al Periódico El Mañana de Nuevo Laredo. El Expreso de Ciudad Victoria fue víctima de un atentado con “coche bomba” la noche del 19 de marzo de 2012. Los ataques a los medios de comunicación “es una situación que se ha vuelto común en México”, dijo Balbina Flores, portavoz de Reporteros Sin Fronteras. El organismo, con subsidiarias en los cinco continentes, tiene registrados más de 35 atentados a instalaciones de medios mexicanos de 2007 a 2012. Flores destacó que los ataques con explosivos a los medios del noreste pretenden someter a los periodistas para que no informen sobre las actividades de la delincuencia organizada. “Desde hace dos años, Coahuila y Tamaulipas son una de las grandes preocupaciones para Reporteros Sin Fronteras, por la inseguridad en la que se ejerce el periodismo”, enfatizó Flores. Desde marzo de 2010 Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas registran una inusitada violencia debido a la disputa por la región por el cártel del Golfo y los Zetas, antiguos aliados que rompieron relación. El año pasado, esa “narco guerra” entre esos dos carteles provocó alrededor de cuatro mil asesinatos violentos, según estadísticas de la Procuraduría General de la República. En el caso de atentado a reporteros, cifras oficiales arrojan que desde 2000 han sido asesinados en todo el país alrededor de 80 comunicadores y al menos una docena se encuentran desaparecidos. Ante los ataques, los periodistas del noreste adoptaron nuevos protocolos de seguridad. Las medidas van desde ya no firmar las notas, la cobertura en grupo y principalmente la autocensura. Reporteros entrevistados por Proceso contaron, bajo la condición de mantener su anonimato, sus experiencias y los “nuevos protocolos de seguridad” que han adoptado para informar sobre actos relacionados con el narcotráfico y la delincuencia organizada. Los comunicadores que acuden a esas coberturas en Monterrey ahora tienen prácticamente prohibido salir por las noches a zonas rurales de Nuevo León.

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