miércoles, julio 03, 2013

Monsanto y la Conspiracion de la Marihuana

Monsanto y la Conspiracion de la Marihuana /Ex ejecutivo de Microsoft planea la primera marca de Marihuana en EE.UU.

George Soros a través de su fundación Open Society, financia diferentes grupos por todo el mundo con la intención de expandir su visión de “reducción de daños”. A la vez, es accionista de Monsanto, que busca desarrollar semillas de marihuana transgénica con fines medicinales y para producir textiles y biocombustibles. Soros mantiene en el país capacidad estratégica para plantar y cosechar cualquier planta. Unir los puntos resultaría sugestivo pero… ¿de esto no se enteran en la revista THC?
Las pruebas sobre la forma en que una conspiración logró la prohibición del cáñamo de marihuana en buena parte del planeta a partir de 1937 son abrumadoras y ya bien conocidas. A esta altura de los acontecimientos, el debate sobre si un porro es adictivo o no parece ingenuo, sobre todo si se toman en cuenta los poderosos lobbys que están manejando la opinión pública en un tema que genera polémica: la despenalización de la tenencia de estupefacientes y el tratamiento que debe darle el Estado a los adictos a las drogas.

Desde legislación tendenciosa hasta atentados y encarcelamientos injustos de activistas han dado más de un argumento a los defensores del libre consumo del cannabis a lo largo de la historia para sostener que una injustificada persecusión se lleva adelante en su contra. La persecusión genera presión que tarde o temprano estalla en expresiones populares, ya sean espontáneas o inducidas.

Que el narcotráfico es un flagelo, no cabe la menor duda. Ver a un tranquilo e intelectual director de la revista THC, Sebastián Basalo, y a un descontrolado Claudio Izaguirre, presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, acusandose mutuamente de “narco” y alimentando el alicaído rating televisivo de Gerardo Rozín en C5N, bastan para ver la seriedad del asunto: en el tema de la legalización, nadie quiere estar del lado de las bandas organizadas que cortan cabezas en Tijuana, ni del lado de los que cavan fosas comunes en Cali, ni de los vendedores de paco minoristas en las villas.

El debate está planteado e incluye a diferentes actores que van desde pequeños emprendimientos editoriales a grandes conglomerados agroindustriales, sin pasar por alto la mirada disimulada del gobierno frente al avance de la despenalización, que parece inexorable. Más aún en un año electoral.

La revista y el ministro
La iniciativa 7.258 es un proyecto de modificación a la ley 23.737 del Código penal, que establece las condenas a quienes realicen actividades relacionadas en mayor o menor medida con el consumo, tenencia y comercialización de estupefacinentes.

Esta iniciativa fue presentada por las diputadas Victoria Donda y Cecilia Merchán, de Libres del Sur, el partido de Humberto Tumini, quien a principios de este año fue catalogado de “estúpido” por el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, durante un (muy de moda) cruce de declaraciones en la red social Twitter por el caso del narcoavión en Palomar.

Una de las principales características de la propuesta es la despenalización de la tenencia de estupefacientes y la derogación de artículos e incisos de la ley 23737 que preveen la asistencia médica pública a los adictos condenados por delitos. Otra sutil modificación deroga la penalización de la comercialización de semillas para cultivar plantas utilizables para producir estupefacientes aunque no así de la planta en sí misma. Es decir: según esta modificación, se podrá comercializar semillas pero no plantas vivas. Este dato es muy importante si se observa cómo se desarrolla el entramado más adelante.

El proyecto de modificación de ley está disponible online en el sitio web de la Revista THC, cuyos realizadores colaboraron con la redacción de la propuesta. La revista salió a la calle en diciembre del 2006, anunciando en tapa la cercanía de la despenalización en una tirada de 8.000 ejemplares. El último ejemplar de la revista muestra la imagen de 8.000 jóvenes (de 30 mil en todo el país) que marcharon el pasado 11 de mayo de Congreso a Plaza de Mayo para pedir que la policía ya no los moleste por fumar porro en una plaza sin molestar a nadie. “Despenalización ya, no a la tenencia simple”, fue la consigna de los manifestantes que se encolumnaron detrás de la bandera de la revista.
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