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miércoles, diciembre 01, 2010

‘Los Señores del Narco’

Explicación no oficial del fenómeno de la delincuencia en México durante los últimos 30 años


Hace cinco años, la periodista Anabel Hernández, colaboradora de Reporte Indigo, inició en el llamado “Triángulo Dorado” de las borrascosas tierras de la Sierra Madre Occidental, una investigación sobre Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.

La investigación arrancó mucho antes de que este narcotraficante se convirtiera en el tema que atraería el interés de periodistas nacionales y extranjeros.

El libro “Los Señores del Narco”, publicado por Random House Mondadori bajo su sello de Grijalbo, es el resultado de la ardua investigación en la que se fue adentrando la periodista para conocer ese mundo oscuro, lleno de trampas, mentiras, traiciones y contradicciones por parte de todos los involucrados.

A lo largo de todo ese tiempo tuvo acceso a un cúmulo de testimonios, expedientes y fotografías que le permitieron reconstruir hechos inéditos que explican las verdaderas razones por las que hace casi 10 años se desató una guerra entre narcotraficantes que ya ha cobrado la vida de más de 40 mil personas.

“Los Señores del Narco” es la explicación no oficial del fenómeno de narcotráfico en México durante los últimos 30 años. Describe la forma en que ha ido evolucionando su interrelación con los gobiernos de Estados Unidos y México.

En su investigación, Anabel Hernández obtuvo de primera mano testimonios de policías, militares, funcionarios del gobierno de Estados Unidos, curas, sicarios y miembros del crimen organizado.

A través de esos testimonios y de documentos inéditos revela con nombre y apellido quiénes son los verdaderos señores del narco en México. No sólo los que aparecen en los carteles de la PGR, la DEA y el FBI como los más buscados, sino los otros, los que dan protección a Guzmán Loera y su clan del Cártel de Sinaloa.

Se trata de empresarios, políticos, policías y militares que públicamente se muestran como personas honorables, pero en realidad integran el círculo de poder y complicidad del cártel más poderoso del continente.

Entre ellos el controvertido narcocírculo del equipo más cercano del secretario de Seguridad Pública federal Genaro García Luna.

Anabel Hernández también habló con conocedores del narcotráfico, como el doctor Edgardo Buscaglia, y con gobernantes que en su momento fueron acusados de ser parte de la red de protección del crimen organizado, como el general Jorge Carrillo Olea, quien concedió una entrevista exclusiva para el libro.

En la investigación se obtuvieron documentos de la CIA y la DEA, desclasificados apenas en la última década, que explican cómo los narcos mexicanos pasaron de ser simples sembradores de mariguana y amapola a sofisticados traficantes de cocaína y drogas sintéticas.

Se rescataron copias de expedientes eliminados de los archivos de la PGR sobre dos empresarios que guardaban en su hangar los aviones de “El Chapo” Guzmán, Amado Carrillo Fuentes y Héctor “El Güero” Palma a principios de los años 90. Hoy son ilustres dueños de cadenas hoteleras, hospitales y periódicos.

Y la periodista se enteró de otra versión sobre el avionazo en el que murió el ex secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño el 4 de noviembre de 2008. Se afirma que no fue un accidente, sino una venganza del narco por acuerdos no cumplidos.

Además, a través de los cientos de fojas que integran el expediente de la fuga de “El Chapo”, se pudo comprobar que el capo no se “fugó” de Puente Grande en el famoso carrito de lavandería, como el gobierno federal hizo creer a la opinión pública.

El más poderoso jefe de jefes del narcotráfico, convertido en uno de los hombres más ricos e influyentes del mundo según la revista “Forbes”, fue sacado del penal la mañana del 20 de enero de 2001 vestido de policía por funcionarios públicos del más alto nivel del gobierno de Vicente Fox.

Con la autorización de la editorial Random House Mondadori/Grijalbo y de la autora, Reporte Indigo presenta en exclusiva un fragmento del libro “Los Señores del Narco”. Aquí te entregamos “La Fuga”.

Los nueve del gran escape

Leonardo Beltrán Santana

Como director del penal de alta seguridad de Puente Grande permitía que Los Tres –El Chapo Guzmán, El Güero Palma y El Texas- lograran privilegios como fiestas navideñas de hasta tres días con el ingreso de familiares. A las 22:30 del 19 de enero del 2000 se enteró de la fuga del Chapo y no la reportó a su superiores sino hasta la una de la mañana del 30. A las dos de la mañana lo notificó a la delegación de la PFP y media hora después, a las tres de la mañana. A la zona militar y a la delegación de la PGR. Fue condenado a 18 años y 9 meses de prisión, que le fueron reducidos a 11 años, cuatro meses y 29 días. El 24 de junio del 2010 fue liberado del Reclusorio Oriente por órdenes del Organo Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social por órdenes de Genaro García Luna.

Joaquín “El Chapo” Guzmán

Recluido en Puente Grande, comenzó a difundir la version de que en poco tiempo saldría del penal y de acuerdo al testimonio de custodios, comenzó a reclutar sicarios entre los mismos celadores y funcionarios de Puente Grande. De acuerdo a su propia versión, contada a personajes cercano a él y a funcionarios que lo han contactado, su fuga no se dio la noche del 19, sino la mañana del 20, cuando Tello Peón volvió a Puente Grande y en la confusión de entrada de los elementos de la PFP el habría salido disfrazado como uno de ellos para ser trasladado en auto hasta un punto en donde un helicóptero lo esperaba para llevarlo a Nayarit.

Jorge Tello Peón

Como subsecretario de Seguridad Pública visitó el Penal de Puente Grande el mismo día en que se escapó El Chapo. Oficialmente iba a investigar asuntos de Derechos Humanos. Su estadía fue de 41 minutos. Su única instrucción fue reubicar a Los Tres en el Centro de Observación y Clasificación del penal. Conoció de la fuga de El Chapo a las tres de la mañana y volvió a Puente Grande a las 7 de la mañana del 20 de enero. Todos los videos de su visita al penal fueron borrados. Felipe Calderón le ofreció la secretaría de Seguridad Pública pero terminó apadrinando la llegada de Genaro García Luna.

Wilfrido Robledo Madrid

Como director de la Policía Federal Preventiva relevó al Cisen de las labores de “inteligencia” dentro de Puente Grande. De las gentes de Wilfrido Robledo dependían los sistemas de las cámaras y micrófonos que monitoreaban la seguridad del penal. Su confrontación con el secretario Alejandro Gertz Manero obligó su relevo pero dejó a un incondicional.

Miguel Ángel Yunes

Como director general de Prevención y Readaptación Social el comandante Antonio Aguilar Garzón lo señala como uno de los encubridores de los privilegios a Los Tres recluidos en Puente Grande. Testimoniales de reos advierten que hacia finales del sexenio de Ernesto Zedillo el funcionario les habría ofrecido facilidades para fugarse del penal.

Genaro García Luna

Como director de la Policía Judicial Federal tomó el control de Puente Grande la madrugada en que se conoció la fuga de El Chapo. Siempre trabajó al servicio de Tello Peón y de Wilfrido Robledo. Cuando Tello Peón declinó la secretaría de Seguridad en el gobierno calderonista, García Luna fue su recomendado.

Antonio Aguilar Garzón

Como comandante declaró ante el Ministerio Público que era testigo de una historia de complicidad, corrupción y encubrimiento desde la subsecretaría de Seguridad Pública encabezada por Jorge Tello Peón, involucrando también al director de Prevención y Readaptación Social, Miguel Angel Yunes y al director de Puente Grande, Leonardo Beltrán Santana. Murió en un extraño accidente carretero en la carretera México –Cuernavaca, cuando todavía no concluían las investigaciones que sus denuncias despertaron.

Juan Carlos Sánchez Carrillo

Era el responsable de las cámaras de seguridad en Puente Grande. Al terminar la visita de Tello Peón al penal se le pidió que se convirtiera en chofer y que llevara a a un funcionario de la PFP a la central camionera de Guadalajara. Los videos de esos días fueron desaparecidos.

Guadalupe Morfín

Como comisionada de los Derechos Humanos en Jalisco conoció de las denuncias de celadores que hablaban de violencia y malos tratos de quienes como funcionarios de Puente Grande servían a los intereses de Los Tres, Los Fontaneros y Los Sinaloas. Denunció los hechos ante el consejero de Seguridad Nacional, Adolfo Aguilar Zinzer, quien instruiría la visita de Tello Peón.

lunes, diciembre 21, 2009

Connotado represor regresa a la PGR

Wilfrido Romero, operador principal de la represión en San Salvador Atenco en mayo de 2006, regresará el próximo enero a la PGR, donde estará a cargo de la Policía Federal Ministerial.
Fue el “cerebro” de la represión en San Salvador Atenco en mayo de 2006/ A lo largo de su prolongada trayectoria en los cuerpos de seguridad se le han documentado un sin fin de irregularidades.


A partir de enero entrante, se incorporará a la Procuraduría General de la República (PGR) el vicealmirante de la Armada, Wilfrido Robledo Madrid, uno de los principales implicados en el operativo represor de San Salvador Atenco.
Robledo Madrid se hará cargo de la Policía Federal Ministerial (PFM), en sustitución de Nicandra Castro Escarpulli, según confirmó ayer el procurador general de la República, Arturo Chávez Chávez.En un desayuno-conferencia con los reporteros de la “fuente”, el funcionario explicó que la llegada del ex jefe de la Agencia de Seguridad del Estado de México (ASE) tiene como propósito mejorar y consolidar la coordinación operativa con las secretarías de Marina y de Seguridad Pública federal.Formado en los órganos de Seguridad e Inteligencia del Estado mexicano, Robledo Madrid fue el “cerebro” del operativo represor en San Salvador Atenco, en mayo de 2006. En esa ocasión, policías que participaron en el operativo recuerdan que, en medio de una reunión para decidir si se iban por el diálogo o usaban la fuerza pública para poner orden en San Salvador Atenco, el futuro jefe de la Policía Federal Ministerial de la PGR soltó un manotazo en el escritorio y advirtió: “O me dejan hacer el operativo o, de lo contrario, renuncio ahorita”.En 1982, con el inicio del gobierno de Enrique González Pedrero en Tabasco, Wilfrido fue nombrado director de Seguridad Pública del Estado. Durante su gestión, se documentaron abusos y una creciente presencia de operaciones del narcotráfico en la entidad.El Cisen fue el siguiente organismo en el que se desempeñó, primero como director de Servicios Técnicos y luego en Contrainteligencia -que luego se convirtió en la Dirección de Protección, “el brazo operativo del Cisen”- Robledo encabezó el poco conocido Grupo Antiterrorista (GAT). Esa área se encargaba de llevar a cabo las investigaciones criminales y de realizar algunos operativos contra el crimen organizado.Por ejemplo, el expediente del homicidio del cardenal Juan José Posadas Ocampo refiere que, en pleno enfrentamiento armado en el aeropuerto de Guadalajara, dos agentes del Cisen videograbaron el hecho.Después, los agentes aseguraron que estaban ahí porque viajarían a Puerto Vallarta, la misma ciudad adonde iría el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán.Cuando el Cisen era encabezado por Tello Peón y Wilfrido Robledo era director de Protección. Desde ese puesto, el 9 de febrero de 1995, Robledo encabezó un operativo en Cacalomacán, Estado de México, para detener a ocho presuntos zapatistas, que fueron torturados. Estos casos fueron documentados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la organización no gubernamental estadounidense Human Rights Watch, tal como lo consignó la columna Se dice que… del periódico mexiquense Cambio (10 mayo 2006).
Resurgimiento
Al inicio del gobierno de Vicente Fox, Robledo se confrontó con el nuevo secretario de Seguridad Pública, Alejandro Gertz Manero, primero “por la oficina” y luego por una presunta filtración del primero en el sentido de que el nuevo titular era investigado por Estados Unidos. El 30 de diciembre de 2000, Robledo renunció.Gertz Manero, y paralelamente la Secretaría de la Contraloría (Secodam), formularon denuncias por la adquisición irregular de 12 aeronaves y la adjudicación directa de varios contratos para esta compra. En total, el perjuicio a la institución ascendía a 5.7 millones de pesos o casi 350 mil dólares.El secretario de la Marina, Marco Antonio Peyrot González, cobijó a Wilfrido. Además, por sus oficios de especialista en inteligencia fue contratado como asesor en materia de seguridad para el Grupo Carso, del magnate Carlos Slim.Con todo, el gobierno de Fox no pudo hacer nada en contra de Robledo. Desde la propia Procuraduría General de la República, el general Rafael Macedo de la Concha protegió al vicealmirante y a otro de los acusados por el caso, Genaro García Luna, a quien Macedo mantuvo un tiempo como titular de la Agencia Federal de Investigación.En abril de 2002, la entonces Secodam inhabilitó hasta por 12 años a Robledo y 18 de sus colaboradores; les impuso una multa de 2.7 millones de pesos. Aún inhabilitado, el jefe policiaco fue designado por el gobernador Enrique Peña Nieto como titular de Seguridad Pública del Estado e incluso llegó a justificar su contratación con el argumento de que la inhabilitación era sólo en el “ámbito federal”.Con el argumento de que “no hay elementos”, la Secretaría de la Función Pública canceló la inhabilitación de Robledo. Sin embargo, el pasado martes 9 la PGR solicitó a un juez de dos a 12 años de prisión contra el poderoso jefe de la Agencia de Seguridad mexiquense por “uso indebido de atribuciones y facultades”, por aquel caso.

Operación Beltrán Leyva…


• El regreso de Wilfrido Robledo
• La SSPF… fuera del reventón


A Puerta Cerrada
Marcela Gómez Zalce


Tiene mucho mérito vencer en el campo de batalla, mi estimado, pero se necesita prudencia y destreza para hacer uso de la victoria. Fenomenal fin de sangrienta semana que culminó con el puntual operativo encabezado por la Armada, en coordinación con el Ejército, que resultó con la muerte del célebre Jefe de Jefes y/o El Barbas Arturo Beltrán Leyva, quien operaba desparpajado en Morelos, Puebla y aquí en la capital.
El golpe de inteligencia fue quirúrgico, coordinado y desarrollado bilateralmente y con absoluta secrecía para evitar las distintivas filtraciones y los conocidos pitazos, como los que recientemente habían ayudado a escapar a este travieso narcotraficante que andaba haciendo una original limpia en el interior de su cártel contra aquellos traidores que estaban distrayéndose en actividades como el secuestro y la extorsión.
Arturo, otrora aliado del huésped distinguido de Forbes, Joaquín Guzmán Loera, del Mayo Zambada, de Ignacio Coronel, de Juan José Esparragoza, El Azul, grupito al que la DEA bautizó como La Federación, terminó abatido tras horas de una explosiva refriega contra elementos de la Armada en un exclusivo fraccionamiento (qué, ¿hay de otros..?) en Cuernavaca, Morelos, donde el Jefe de Jefes se paseaba protegido y fuertemente escoltado en las narices del gobernador, de autoridades federales, estatales y municipales.
Como en este irreverente espacio le comentaba hace pocos días, Morelos es territorio totalmente Beltrán Leyva, llegando su absoluto control hasta el puerto de Acapulco —donde su presidente municipal debe poner (the panic button) Las Barbas a remojar— en una ruta, my friend, que trastoca la capital y que pasa por el AICM y otro sugestivo lugar donde se resguardan sus simpáticos cargamentos permitiéndole al extinto narcotraficante una estela de impunidad y corrupción a niveles insospechados.
La fractura de La Federación conllevó a la descarnada disputa por plazas con el agravante del escandaloso balconeo sobre la infiltración de estos revoltosos al más alto nivel de la tan acreditada SSPF de García Luna —a la que por cierto, no invitaron al selecto reventón de Cuernavaca— y la PGR de Medina Mora salpicando el cochinero de la Operación Limpieza con las ejecuciones, suicidios y balaceras que lapidaron al que fuera el círculo cerrado de colaboradores de Genaro y que alcanzó a calentar el picaporte de la SIEDO en tiempos de Vasconcelos y después con Mandujano.
Más allá de que esta peligrosa historia no se acaba hasta que se acabe, es indudable que Arturo Beltrán Leyva andaba en la mira de los güeros que ya andaban en la pista y la ruta del dinero que ya andaba apuntando a Morelos y que terminó a punta… de balazos. Lo relevante es qué pasará en el interior de su célula… quién pagará los platos rotos (del dedo) de la traición, quién tripulará lo que se quedó, digamos, pendiente, y cómo se reorganizará su atractiva operación… en Guerrero y aquí en la capital.
Sin olvidar al sicario consentido, alias La Barbie, yes?
Lo interesante no se me confunda mi estimado, es qué información saldrá de esos 25 chips de celulares que servirán para armar la sugerente red de vínculos… que ya puso a tirios y troyanos (when they read this) al borde de un ataque de nervios. Porque la ofensiva contra este sugestivo cártel va muy en serio por sus derivaciones en Estados Unidos…donde por supuesto la droga pasa y pasa por su frontera, n´est pas?
Y la labor de inteligencia y el intercambio de fichitas bilateral será más selectiva con Sedena y Marina. Con quienes se puede confiar un operativo como el llevado a cabo en Cuernavaca que fue cacareado por la misma DEA y donde la PF brilló… por su ausencia, lo que dice todo del fondo y las formas.
Regatearle a nuestras fuerzas armadas un logro como éste en la gloria del tiradero del 2009 de Felipe Calderón es un acto miserable y mezquino. Ambas instituciones pagan los costos de la ineficacia y corrupción civil en esta irreflexiva aventura bélica que ayer comenzó otro complejo capítulo más…
Que tendrá, my friend, escandalosas secuelas.
Por la mirilla
Dos excelentes noticias. Una, que le comenté hace lunas: la acertada incorporación de Wilfrido Robledo a partir del 1 de enero como titular de la Policía Ministerial de la PGR para sumarle a Arturo Chávez y ayudar a meter orden en el desorden y…
Este irreverente espacio se pinta de colores por unos días deseándole lo mejor y que cargue pilas para el accidentado camino del 2010. Nos reencontramos de nuevo aquí el lunes 4 de enero. ¡Felicidades…!
gomezalce@aol.com
Fuente: Milenio