Víctor M. Quintana S.
La Jornada
La verdad ha sido gravemente oscurecida y se le quiere reducir a cenizas; la impunidad, favorecida con el resolutivo del TEPJF. Se proclama un presidente electo a pesar de las irregularidades reconocidas y destacadas por el propio tribunal. Se da un portazo a la demanda básica de certidumbre, al recuento voto por voto, casilla por casilla.
El rescate de la verdad, el fin de la impunidad de Estado son dos de los objetivos básicos de la convención nacional democrática. Esta ha venido siendo, desde hace unas semanas, un formidable proceso de deliberación ciudadana, efectivo en miles de asambleas en todo el país. El 16 de septiembre sólo fue el fin de una etapa pero también el inicio de todo un proceso democrático, participativo, nacional, incluyente, popular. Por lo menos cinco grandes tareas debe realizar a partir de ahí la convención:
Resistir: a fuerza de repetirla, pretenden hacer verdad la mentira del triunfo del PAN. Por eso, la resistencia debe seguir. Resistencia y verdad están indefectiblemente unidas en el concepto gandhiano de satyagraha. Resistir es apegarse a la verdad, recordar en todo momento que ésta fue traicionada. Hay que inventar nuevas formas de resistencia; diversificar y ampliar la desobediencia civil; poner sus acciones al alcance de todos. Hacerla constante, pero evitando el desgaste. La verdad perseguirá al electo y a su gabinete por donde quiera que vayan.
Radicalizar: no quiere decir esto acudir a la violencia, sino aplicar de raíz la democracia que ha sido traicionada. Si la transición se revirtió, la única medicina es construir la democracia radical. Abrir en toda la patria miles de micro, meso y macroespacios públicos, donde los ciudadanos y las ciudadanas se reúnan, cuestionen, discutan, debatan, exijan cuentas, propongan. Operar las figuras de la democracia directa y exigir que se plasmen en los cuerpos jurídicos. Hacer de la participación de todas y de todos la práctica común y cotidiana. Si a la mala ganaron el gobierno, con acciones radicales hay que ganar la sociedad.
Refundar: las instituciones mostraron su envés clasista, que no funcionan a beneficio de las mayorías. La república se ha privatizado. Se ha gobernado para imponer un capitalismo de compadres, representado por el oligopolio de las empresas más beneficiadas. Por eso es urgente volver a hacer pública la República. Esto es, refundarla. Reconstruirla desde sus propias bases de soberanía popular y equilibrio de poderes. Recrear todo su entramado institucional para que funcione para el bien de todos. Esto implica un nuevo constituyente. Una nueva constitución que funde una república de igualdad, de participación, de diferencia, de libertad.
Rescatar: el patrimonio social y natural del país o cayó o está cayendo en manos de unos cuantos. Las instituciones públicas, cristalización de largas luchas y largos trabajos de generaciones para hacer efectivos los derechos de todos, están peligrando: educación pública, seguridad social. Los recursos naturales, como el agua, se están concentrando en pocas manos. Hasta nuestras semillas nativas se ven amenazadas por la autorización federal de siembra de transgénicos. La convención nacional democrática se contempla así como una gigantesca misión de rescate de los bienes públicos de este país. Como una gran tarea de propuestas creativas de manejo social y preservación de los mismos.
Reunir: tal vez sea la menos espectacular de las tareas, pero la más básica para realizar las demás. La CND debe escapar a la maldición de erosión de los movimientos sociales, al desgaste de los momentos carismáticos. Debe ser una tarea paciente, pedagógica casi, de convocar, de invitar a los de afuera y a conservar a los de adentro. De convencer más que de asustar. De incluir. De dar espacio a las diferencias. Debe convertirse en el espacio más formidable de participación ciudadana que este país haya visto.
Una anotación final: ¿dónde queda el PRD en este contexto? No en los conceptos leninistas de vanguardia esclarecida o dirección del movimiento de masas. Todo lo contrario: debe ser la herramienta de un movimiento que, si bien se plantea seguir ganando elecciones, sus tareas van mucho más allá de lo electoral y lo parlamentario. Perredizar la convención sería electoralizarla y trasladar ahí las luchas de las tribus. Convencionalizar no sólo al PRD, sino a todo el país será construir una vasta convergencia de fuerzas políticas y sociales en este país para refundar la República y construir la democracia radical en la resistencia.
Comento: También tiene R de "Repúblicanizar" y R de respuesta a la demanda popular.
lunes, septiembre 18, 2006
República y diversidad
Neil Harvey
La Jornada
Frente a la crisis del actual sistema político, Andrés Manuel López Obrador ha propuesto un movimiento para refundar la República. Con ello, no se aparta del constitucionalismo como el principio básico del Estado democrático, sino que lamenta su corrupción y busca limpiarlo y renovarlo.
Por su parte, el gobierno y sus simpatizantes defienden el desempeño de las instituciones, como si no hubiera problemas serios en la actuación gubernamental y que todas las críticas representaran un desafío peligroso a la institucionalidad republicana. Pero hay que recordar que la defensa del voto, al igual que muchos otros reclamos contra la impunidad y la violencia estatal (como en Chiapas, Ciudad Juárez, Atenco y Oaxaca) son demandas dirigidas hacia las instituciones para que hagan valer los derechos constitucionales.
Sin embargo, la crisis poselectoral ha sido interpretada de una forma preocupante por algunos defensores de la institucionalidad. Volcados en contra de la figura de AMLO, sus críticos pierden de vista la responsabilidad de las mismas instituciones por la situación actual. Cabe preguntarse: ¿por qué la ciudadanía tiene que aceptar un resultado que no permite tener confianza en el desempeño de las instituciones electorales? Si la situación no es exactamente igual a la de 1988, cuando Salinas tuvo que buscar la legitimidad después de las elecciones porque no la obtuvo en las urnas, hay una similitud preocupante en el sentido de que el resultado puede otorgar el poder pero no la certeza de un proceso justo. Ante esta situación, resulta muy simplista responsabilizar al supuesto mesianismo de un candidato o echar la culpa a los millones de ciudadanos y ciudadanas que han decidido manifestarse pacíficamente en las calles de la capital. Existe entonces el peligro de que la defensa a ultranza de las instituciones se convierta ante los ojos de gran parte de la población no en la defensa de la democracia sino en la defensa del poder. El constitucionalismo puede servir a ambos proyectos, pero es el segundo que termina despojándolo de su legitimidad popular.
La convención nacional democrática abre nuevas posibilidades para construir una democracia más incluyente, creativa e innovadora. Como señalan González Casanova, López y Rivas y Hernández Navarro ('La gran mentira y las alternativas de un México democrático', La Jornada, 16 de septiembre), existe el reto de avanzar en la formación de una democracia de las autonomías, fincada en el respeto a las diferentes formas de organización social y en su coordinación en escalas locales, nacionales y globales.
Algunos politólogos dicen que un país necesita dos procesos electorales competitivos y libres consecutivos antes de ser considerado con una democracia consolidada. Si es así, la larga transición mexicana ha quedado truncada. En este contexto, la refundación democrática tendrá que incluir a nuevos actores, demandas y estrategias en una nueva relación solidaria entre múltiples organizaciones e individuos. Para construir esta relación social podemos aprender mucho de las experiencias de los movimientos de las mujeres, los pueblos indígenas y los trabajadores migrantes en la búsqueda de nuevas formas de articular la diversidad en proyectos comunes. Estos movimientos expresan una pluralidad de demandas y aspiraciones que resisten no sólo la mentira y la imposición sino también la homogenización. En este contexto, hace falta repensar el constitucionalismo para que responda a las condiciones actuales de sociedades desiguales, diversas y globalizadas.
La Jornada
Frente a la crisis del actual sistema político, Andrés Manuel López Obrador ha propuesto un movimiento para refundar la República. Con ello, no se aparta del constitucionalismo como el principio básico del Estado democrático, sino que lamenta su corrupción y busca limpiarlo y renovarlo.
Por su parte, el gobierno y sus simpatizantes defienden el desempeño de las instituciones, como si no hubiera problemas serios en la actuación gubernamental y que todas las críticas representaran un desafío peligroso a la institucionalidad republicana. Pero hay que recordar que la defensa del voto, al igual que muchos otros reclamos contra la impunidad y la violencia estatal (como en Chiapas, Ciudad Juárez, Atenco y Oaxaca) son demandas dirigidas hacia las instituciones para que hagan valer los derechos constitucionales.
Sin embargo, la crisis poselectoral ha sido interpretada de una forma preocupante por algunos defensores de la institucionalidad. Volcados en contra de la figura de AMLO, sus críticos pierden de vista la responsabilidad de las mismas instituciones por la situación actual. Cabe preguntarse: ¿por qué la ciudadanía tiene que aceptar un resultado que no permite tener confianza en el desempeño de las instituciones electorales? Si la situación no es exactamente igual a la de 1988, cuando Salinas tuvo que buscar la legitimidad después de las elecciones porque no la obtuvo en las urnas, hay una similitud preocupante en el sentido de que el resultado puede otorgar el poder pero no la certeza de un proceso justo. Ante esta situación, resulta muy simplista responsabilizar al supuesto mesianismo de un candidato o echar la culpa a los millones de ciudadanos y ciudadanas que han decidido manifestarse pacíficamente en las calles de la capital. Existe entonces el peligro de que la defensa a ultranza de las instituciones se convierta ante los ojos de gran parte de la población no en la defensa de la democracia sino en la defensa del poder. El constitucionalismo puede servir a ambos proyectos, pero es el segundo que termina despojándolo de su legitimidad popular.
La convención nacional democrática abre nuevas posibilidades para construir una democracia más incluyente, creativa e innovadora. Como señalan González Casanova, López y Rivas y Hernández Navarro ('La gran mentira y las alternativas de un México democrático', La Jornada, 16 de septiembre), existe el reto de avanzar en la formación de una democracia de las autonomías, fincada en el respeto a las diferentes formas de organización social y en su coordinación en escalas locales, nacionales y globales.
Algunos politólogos dicen que un país necesita dos procesos electorales competitivos y libres consecutivos antes de ser considerado con una democracia consolidada. Si es así, la larga transición mexicana ha quedado truncada. En este contexto, la refundación democrática tendrá que incluir a nuevos actores, demandas y estrategias en una nueva relación solidaria entre múltiples organizaciones e individuos. Para construir esta relación social podemos aprender mucho de las experiencias de los movimientos de las mujeres, los pueblos indígenas y los trabajadores migrantes en la búsqueda de nuevas formas de articular la diversidad en proyectos comunes. Estos movimientos expresan una pluralidad de demandas y aspiraciones que resisten no sólo la mentira y la imposición sino también la homogenización. En este contexto, hace falta repensar el constitucionalismo para que responda a las condiciones actuales de sociedades desiguales, diversas y globalizadas.
Doble poder
Octavio Rodríguez Araujo
La Jornada
Una cosa es representar a la oposición y otra representar a un gobierno legítimo y popular. La primera, como bien señaló López Obrador el 16 de septiembre, sería aceptar que Felipe Calderón ganó y que se le presenta oposición, como la de un partido que pierde en una elección. Parece un matiz sin importancia, pero no lo es.
Cuando hay una elección unos ganan y otros pierden, así ha sido siempre. Pero si se gana a la mala, violando la legislación vigente, cometiendo fraudes y calificando la elección por consigna y no por razón y objetividad, no hay ganador pero tampoco perdedor. En una elección legal, equitativa y transparente el que gana, aunque sea por un voto, se convierte en gobernante y el que pierde se convierte en oposición. Cuando, por ejemplo, el PAN ganó en 2000 el PRI pasó de partido gobernante por siete décadas a partido de oposición. Ahora no es así. Hay oposición, desde luego, pero no sólo al gobierno de Calderón si logra tomar posesión, sino al proceso que lo ha convertido por ahora en presidente electo espurio.
El matiz introducido por López Obrador es tan fino como efectivo. Se es oposición, sí, pero al mismo tiempo no, pues si se reconoce ser oposición se estaría reconociendo el triunfo de Calderón y se estaría avalando el proceso electoral en su conjunto, incluida su calificación por el tribunal electoral.
No. Lo que se plantea es otra cosa. Habrá, en el peor de los casos, un gobierno espurio y otro legítimo. Dos gobiernos, uno de las instituciones cuyos titulares traicionaron al usarlas en su provecho, torciendo las leyes, y otro que ha sido elegido, sin presiones de ninguna clase, en la convención nacional democrática instalada el 16 de septiembre en el Zócalo de la ciudad de México, con la representación de todas las entidades de la Federación.
Se dirá que no hay modo de saber si la elección de AMLO como presidente legítimo es de veras mayoritaria. La duda está ahí, cierto, pero no menos cierto es que tampoco se sabe si Calderón ganó la elección del 2 de julio. El Instituto Federal Electoral (IFE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se negaron a que se contaran todos los votos (el IFE sigue negándose con argucias legaloides), y con estas actitudes dejan en el aire la incertidumbre sobre el resultado de los comicios. Lo que sí sabemos es que los aparatos del actual Estado mexicano han querido y quieren imponer al ex candidato del PAN y que hicieron todo lo que pudieron por impedir que AMLO fuera presidente. Pero también sabemos que una amplia representación popular y nacional, por su lado, votó mayoritariamente (no por unanimidad) que el ex jefe del Gobierno del Distrito Federal sea el presidente de México, el legítimo por encarnar la voluntad del pueblo representado en la convención nacional democrática.
La situación no es inédita en la historia de México, pero las analogías no explican nada, sólo ilustran. Estamos en presencia de un doble poder potencial, gracias a la torpeza y a la necedad de quienes encabezan las instituciones de la República. Si las campañas electorales y la elección misma hubieran obedecido a los principios constitucionales de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad, no estaríamos viviendo la situación de crisis (y esperanza) del momento. El doble poder es resultado de la miopía de quienes actuaron por analogía y no con parámetros de realidad. Pensaron que las cosas serían como en 1988, cuando ante el gran fraude gubernamental, obvio para casi todo mundo, la oposición aceptó ser oposición a secas para reconstruirse y tratar de ganar en elecciones futuras, en lugar de responder ante el fraude con el pueblo burlado. En aquel entonces el líder prefirió la resignación y el reconocimiento de las instituciones, como si éstas fueran entidades abstractas e indeterminadas, y no la lucha por lo que burdamente se le había arrebatado, al líder y al pueblo que lo apoyaba. Pero la historia no se repitió. Ahora hubo y hay un líder que no se dejó y que oyó con cuidado al pueblo que tampoco quiso dejarse y aceptar la imposición. Por esto hay un doble poder, no por analogía, no por imitación, no por capricho, no por afanes protagónicos de nadie. El doble poder, insisto, lo han producido los que no conocen ni asumen la historia de nuestro país ni la fuerza de la voluntad popular. El doble poder, que finalmente se resolverá con la derrota de uno de los dos, es resultado, por un lado, del desprecio al pueblo, y por otro lado de un pueblo y un líder que dijeron "no a la imposición".
Este desprecio al pueblo es típico del pensamiento conservador, de quienes creen que la política es arreglo cupular en salones aislados del ruido. Bajo estas creencias concluyeron, erróneamente, que un líder es por definición un manipulador de masas (que los hay y los ha habido) y no la persona que esperaban millones de mexicanos hartos de que les vean la cara y les den atole con el dedo. Un verdadero líder, para serlo, tiene que ser no sólo apoyado sino creíble para quienes lo apoyan. Un verdadero líder es el que marca la agenda política y social de un país. Un verdadero líder es el que, aunque no quieran, deviene referente ineludible hasta de sus enemigos, como ha ocurrido desde hace más de dos años entre la gente del poder. Esto es un líder, y porque es un líder reconocido, es que ha sido elegido presidente legítimo del país.
El pueblo tiene la palabra y llegará hasta donde quiera, con un líder que reiteradamente ha dicho que no lo traicionará, que no se venderá y que no será víctima del temor o la cobardía.
Comento: La gente que sigue a un verdadero líder se fortalece a medida que los acontecimientos avanzan porque sabe adonde va, sin embargo quien carece de líder va por lo general a la deriva. El miedo de no saber qué hacer lo hace actuar de manera errática.
La Jornada
Una cosa es representar a la oposición y otra representar a un gobierno legítimo y popular. La primera, como bien señaló López Obrador el 16 de septiembre, sería aceptar que Felipe Calderón ganó y que se le presenta oposición, como la de un partido que pierde en una elección. Parece un matiz sin importancia, pero no lo es.
Cuando hay una elección unos ganan y otros pierden, así ha sido siempre. Pero si se gana a la mala, violando la legislación vigente, cometiendo fraudes y calificando la elección por consigna y no por razón y objetividad, no hay ganador pero tampoco perdedor. En una elección legal, equitativa y transparente el que gana, aunque sea por un voto, se convierte en gobernante y el que pierde se convierte en oposición. Cuando, por ejemplo, el PAN ganó en 2000 el PRI pasó de partido gobernante por siete décadas a partido de oposición. Ahora no es así. Hay oposición, desde luego, pero no sólo al gobierno de Calderón si logra tomar posesión, sino al proceso que lo ha convertido por ahora en presidente electo espurio.
El matiz introducido por López Obrador es tan fino como efectivo. Se es oposición, sí, pero al mismo tiempo no, pues si se reconoce ser oposición se estaría reconociendo el triunfo de Calderón y se estaría avalando el proceso electoral en su conjunto, incluida su calificación por el tribunal electoral.
No. Lo que se plantea es otra cosa. Habrá, en el peor de los casos, un gobierno espurio y otro legítimo. Dos gobiernos, uno de las instituciones cuyos titulares traicionaron al usarlas en su provecho, torciendo las leyes, y otro que ha sido elegido, sin presiones de ninguna clase, en la convención nacional democrática instalada el 16 de septiembre en el Zócalo de la ciudad de México, con la representación de todas las entidades de la Federación.
Se dirá que no hay modo de saber si la elección de AMLO como presidente legítimo es de veras mayoritaria. La duda está ahí, cierto, pero no menos cierto es que tampoco se sabe si Calderón ganó la elección del 2 de julio. El Instituto Federal Electoral (IFE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se negaron a que se contaran todos los votos (el IFE sigue negándose con argucias legaloides), y con estas actitudes dejan en el aire la incertidumbre sobre el resultado de los comicios. Lo que sí sabemos es que los aparatos del actual Estado mexicano han querido y quieren imponer al ex candidato del PAN y que hicieron todo lo que pudieron por impedir que AMLO fuera presidente. Pero también sabemos que una amplia representación popular y nacional, por su lado, votó mayoritariamente (no por unanimidad) que el ex jefe del Gobierno del Distrito Federal sea el presidente de México, el legítimo por encarnar la voluntad del pueblo representado en la convención nacional democrática.
La situación no es inédita en la historia de México, pero las analogías no explican nada, sólo ilustran. Estamos en presencia de un doble poder potencial, gracias a la torpeza y a la necedad de quienes encabezan las instituciones de la República. Si las campañas electorales y la elección misma hubieran obedecido a los principios constitucionales de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad, no estaríamos viviendo la situación de crisis (y esperanza) del momento. El doble poder es resultado de la miopía de quienes actuaron por analogía y no con parámetros de realidad. Pensaron que las cosas serían como en 1988, cuando ante el gran fraude gubernamental, obvio para casi todo mundo, la oposición aceptó ser oposición a secas para reconstruirse y tratar de ganar en elecciones futuras, en lugar de responder ante el fraude con el pueblo burlado. En aquel entonces el líder prefirió la resignación y el reconocimiento de las instituciones, como si éstas fueran entidades abstractas e indeterminadas, y no la lucha por lo que burdamente se le había arrebatado, al líder y al pueblo que lo apoyaba. Pero la historia no se repitió. Ahora hubo y hay un líder que no se dejó y que oyó con cuidado al pueblo que tampoco quiso dejarse y aceptar la imposición. Por esto hay un doble poder, no por analogía, no por imitación, no por capricho, no por afanes protagónicos de nadie. El doble poder, insisto, lo han producido los que no conocen ni asumen la historia de nuestro país ni la fuerza de la voluntad popular. El doble poder, que finalmente se resolverá con la derrota de uno de los dos, es resultado, por un lado, del desprecio al pueblo, y por otro lado de un pueblo y un líder que dijeron "no a la imposición".
Este desprecio al pueblo es típico del pensamiento conservador, de quienes creen que la política es arreglo cupular en salones aislados del ruido. Bajo estas creencias concluyeron, erróneamente, que un líder es por definición un manipulador de masas (que los hay y los ha habido) y no la persona que esperaban millones de mexicanos hartos de que les vean la cara y les den atole con el dedo. Un verdadero líder, para serlo, tiene que ser no sólo apoyado sino creíble para quienes lo apoyan. Un verdadero líder es el que marca la agenda política y social de un país. Un verdadero líder es el que, aunque no quieran, deviene referente ineludible hasta de sus enemigos, como ha ocurrido desde hace más de dos años entre la gente del poder. Esto es un líder, y porque es un líder reconocido, es que ha sido elegido presidente legítimo del país.
El pueblo tiene la palabra y llegará hasta donde quiera, con un líder que reiteradamente ha dicho que no lo traicionará, que no se venderá y que no será víctima del temor o la cobardía.
Comento: La gente que sigue a un verdadero líder se fortalece a medida que los acontecimientos avanzan porque sabe adonde va, sin embargo quien carece de líder va por lo general a la deriva. El miedo de no saber qué hacer lo hace actuar de manera errática.
Con datos, desmiente Encinas al PRIAN
Ciudad Perdida
Miguel Angel Velázquez
La Jornada
Por inverosímiles, causan hilaridad críticas panistas
Diputados del blanquiazul se agazapan ante protestas
Si alguien se divirtió ayer durante el último informe del Gobierno del Distrito Federal fue Alejandro Encinas, titular del Ejecutivo local.
Sus constantes risas no parecían de sarcasmo o ironía contra los partidos de oposición que lo cuestionaban. Más bien se mostraba como la actitud involuntaria de quien ríe porque lo que oye es tan inverosímil o tan tonto que causa hilaridad.
Podría decirse que Encinas estaba feliz, con la misma cara con que ondeó la bandera el 15 de septiembre, para gritar vivas al México libre y a la soberanía popular, pero además seguro, porque sus adversarios resultaban tan cínicamente previsibles que las respuestas a cada ataque las conocía de memoria.
El informe se convirtió en un largo mentís, con cifras y datos duros, a una serie de mal informados cuestionamientos de legisladores del PRI y el PAN, en esa alianza que también se da ahora de manera natural.
Y es que hay actitudes que con el tiempo se vuelven costumbres. Una sobresaliente es la de los panistas, que desde hace buen rato no pueden transitar por las entradas principales de los edificios legislativos, y huyen temerosos de la gente por las puertas traseras.
Esta vez no fue distinto. Los 16 diputados locales del PAN, más su presidente en la capital, Carlos Gelista, salieron a escondidas del Palacio Legislativo de Donceles para evitar el juicio de un buen grupo de militantes del PRD que los esperaban en el portón principal, para gritarles todo lo que en el momento se les ocurriera, pero que en resumidas cuentas sólo pretendían expresar la terrible irritación que les ha causado el fraude electoral.
Y como ya se hizo costumbre también, los azules, maestros de la hipocresía, lanzaron discursos plenos de provocaciones; es decir, violentos, para después sobre sus curules poner cartoncitos en los que pretendían llamar a la paz.
En fin, para Alejandro Encinas, enfundado en el traje negro y con la corbata amarilla que se ha convertido en símbolo del PRD, el día del informe fue, se mire como se mire, un "día de campo", pero para los azules, que habían amenazado con armar una grande en el pleno de la Asamblea Legislativa, las dos horas y 45 minutos, más o menos, que permanecieron allí fueron un tormento.
El discurso de los panistas no impactó. La gente los asustó, y terminaron como muchos cohetes chinos, que tienen mecha larga pero no explotan. En fin, todo parece indicar, si las traiciones no ganan terreno, que, para la oposición en general, en la asamblea las cosas no serán fáciles, pero para el PRIAN el horizonte pinta negro.
La renuncia de humo
Durante buena parte del domingo se especuló con la renuncia del subsecretario de Seguridad Pública, Gabriel Regino, quien desde hace buen rato rompió contacto con sus mandos inferiores, y también los superiores; es decir, no se hablaba ni por radio con la gente a quien comanda ni con el secretario, según se informó en la propia dependencia.
En la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) no existe la mentada renuncia. Cuando menos no estaba ayer en la oficina del titular, Joel Ortega, pero lo cierto es que Regino pasó, como dicen los clásicos, una bola de humo hacia el equipo de Marcelo Ebrard, para que se le considere víctima del aislamiento en el que se halla y él mismo se construyó.
O para decirlo rápido , Regino le pide a gritos chamba a Marcelo, así que ¡cuidado! Dicen que no trae muy buenos resultados de su labor en la SSP. Ya veremos en qué acaba este lío.
Comento: No cabe duda que lo que se siembra se cosecha aunque se tenga que pasar por aciagos temporales. Llegó para Encinas el tiempo de la cosecha de su buena actuación en todos los órdenes. ¡Felicidades!
Miguel Angel Velázquez
La Jornada
Por inverosímiles, causan hilaridad críticas panistas
Diputados del blanquiazul se agazapan ante protestas
Si alguien se divirtió ayer durante el último informe del Gobierno del Distrito Federal fue Alejandro Encinas, titular del Ejecutivo local.
Sus constantes risas no parecían de sarcasmo o ironía contra los partidos de oposición que lo cuestionaban. Más bien se mostraba como la actitud involuntaria de quien ríe porque lo que oye es tan inverosímil o tan tonto que causa hilaridad.
Podría decirse que Encinas estaba feliz, con la misma cara con que ondeó la bandera el 15 de septiembre, para gritar vivas al México libre y a la soberanía popular, pero además seguro, porque sus adversarios resultaban tan cínicamente previsibles que las respuestas a cada ataque las conocía de memoria.
El informe se convirtió en un largo mentís, con cifras y datos duros, a una serie de mal informados cuestionamientos de legisladores del PRI y el PAN, en esa alianza que también se da ahora de manera natural.
Y es que hay actitudes que con el tiempo se vuelven costumbres. Una sobresaliente es la de los panistas, que desde hace buen rato no pueden transitar por las entradas principales de los edificios legislativos, y huyen temerosos de la gente por las puertas traseras.
Esta vez no fue distinto. Los 16 diputados locales del PAN, más su presidente en la capital, Carlos Gelista, salieron a escondidas del Palacio Legislativo de Donceles para evitar el juicio de un buen grupo de militantes del PRD que los esperaban en el portón principal, para gritarles todo lo que en el momento se les ocurriera, pero que en resumidas cuentas sólo pretendían expresar la terrible irritación que les ha causado el fraude electoral.
Y como ya se hizo costumbre también, los azules, maestros de la hipocresía, lanzaron discursos plenos de provocaciones; es decir, violentos, para después sobre sus curules poner cartoncitos en los que pretendían llamar a la paz.
En fin, para Alejandro Encinas, enfundado en el traje negro y con la corbata amarilla que se ha convertido en símbolo del PRD, el día del informe fue, se mire como se mire, un "día de campo", pero para los azules, que habían amenazado con armar una grande en el pleno de la Asamblea Legislativa, las dos horas y 45 minutos, más o menos, que permanecieron allí fueron un tormento.
El discurso de los panistas no impactó. La gente los asustó, y terminaron como muchos cohetes chinos, que tienen mecha larga pero no explotan. En fin, todo parece indicar, si las traiciones no ganan terreno, que, para la oposición en general, en la asamblea las cosas no serán fáciles, pero para el PRIAN el horizonte pinta negro.
La renuncia de humo
Durante buena parte del domingo se especuló con la renuncia del subsecretario de Seguridad Pública, Gabriel Regino, quien desde hace buen rato rompió contacto con sus mandos inferiores, y también los superiores; es decir, no se hablaba ni por radio con la gente a quien comanda ni con el secretario, según se informó en la propia dependencia.
En la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) no existe la mentada renuncia. Cuando menos no estaba ayer en la oficina del titular, Joel Ortega, pero lo cierto es que Regino pasó, como dicen los clásicos, una bola de humo hacia el equipo de Marcelo Ebrard, para que se le considere víctima del aislamiento en el que se halla y él mismo se construyó.
O para decirlo rápido , Regino le pide a gritos chamba a Marcelo, así que ¡cuidado! Dicen que no trae muy buenos resultados de su labor en la SSP. Ya veremos en qué acaba este lío.
Comento: No cabe duda que lo que se siembra se cosecha aunque se tenga que pasar por aciagos temporales. Llegó para Encinas el tiempo de la cosecha de su buena actuación en todos los órdenes. ¡Felicidades!
Dos días claves
Astillero
Julio Hernández López
La Jornada
Cambio de símbolos
Un Grito de izquierda
Presidencia activa, no furtiva
Nadie entenderá nada si no asume que en dos días cambiaron los puntos de referencia y la orientación de la política mexicana. El viernes 15 fue la primera ocasión en que un gobierno de izquierda (el capitalino de Alejandro Encinas) encabezó una ceremonia institucional (el Grito de Independencia) arrancada a golpe de movilización a un gobierno federal como es el encabezado por Vicente Fox, que trasladó su estado de sitio adjunto a Dolores Hidalgo. El sábado 16 se formalizó un plan de desobediencia civil que, entre otras formas de rechazo a las autoridades formales surgidas de un fraude electoral, creó la figura de un presidente de la República que viajará por el país y encabezará luchas regionales y temáticas en busca de impedir que Felipe Calderón tome el poder el próximo 1º de diciembre y, en caso de que tal imposición sea consumada, de organizar la oposición y la resistencia a ese gobierno precario.
Dos días en que cambiaron los símbolos y los significados. El presidente de la República negoció el desfile militar por el Grito en Palacio Nacional y se fue a tierras guanajuatenses a lanzar vivas, sobre todo a las instituciones, mientras en la ciudad de México el mandatario local exaltaba la soberanía popular. Gobierno federal políticamente exiliado que, sin embargo, retuvo la atención convenenciera de la mayoría de los medios de comunicación, que dieron gran atención a un acto de pocos miles de asistentes, como fue el de Dolores Hidalgo, e ignoraron el masivo y activo de la Plaza de la Constitución. Noche de Gritos que fue confirmación estentórea de los Méxicos en curso: lo institucional, socialmente relegado pero mediáticamente exaltado, frente a lo popular, políticamente creciente pero mediáticamente ignorado. Fox y su esposa son empujados al retiro guanajuatense al que no quieren llegar, mientras Encinas, acompañado de doña Rosario Ibarra de Piedra y del rechiflado (es decir, que le rechiflaron mucho) Carlos Abascal, comparten balcón viendo hacia el Palacio Nacional, adonde a la izquierda no le permiten llegar.
El desfile también fue escaparate de la realidad inocultable. Desde el Zócalo capitalino, centenares de ciudadanos lanzaron consignas contra Vicente Fox y el fraude electoral, mientras la banda de música hacía esfuerzos de contundencia sonora para envolver los aires de protesta. Marcha de poderío armado frente a la que contrastan la debilidad institucional del foxismo y la enjundia opositora de los seguidores de López Obrador.
La convención nacional democrática no fue un ejercicio académico de discusión, y el sistema de votación a mano alzada entre multitudes nunca será el más detalladamente democrático, pero quienes fueron la tarde del sábado al Zócalo tenían decisiones tomadas y los resultados habidos reflejaron en términos generales el sentir colectivo salvo en puntos polémicos, como la inclusión de Carlos Imaz en una de las coordinaciones de trabajos futuros. Fue un error sin paliativos esa designación, pues ayuda a los adversarios del lopezobradorismo a sostener la tesis de que este movimiento se ha financiado de formas irregulares, como las videograbadas por Carlos Ahumada para dañar selectivamente a personajes del entorno del tabasqueño cuando era jefe de Gobierno.
Ya de por sí la nómina de los comisionados del movimiento andresino es suficientemente densa como para agregar una polémica designación más; son los riesgos del caudillismo cuyo gallo no sufrió la pérdida ni de una pluma en la convención que algunos esperaban pudiera convertirse en un programa discutido y compartido y no en una aclamación multitudinaria de acuerdos previamente impresos: una decisión de López Obrador, meses atrás, coló a Porfirio Muñoz Ledo al primer círculo del combate al foxismo al que el mismo PML había servido y aplaudido en campaña y en el gobierno. De nada sirvió el público y masivo rechazo a la reaparición del saltimbanqui de oratoria vetusta y rentable que forma parte de un elenco político igualmente criticable. Imaz no es personalmente ni un corrupto ni un camaleón político, pero las circunstancias de la política lo marcaron y un movimiento que se enfrenta a tan fuertes intereses como es el de López Obrador no se puede regalar el gusto de buscar una reivindicación individual a costa de descalificaciones generales.
La designación de AMLO como "presidente legítimo" es la clave para el futuro que correrá a gran velocidad de aquí al 1º de diciembre. El análisis mediático que dominará en lo inmediato la cartelera de paga insistirá en descomposturas mentales del tabasqueño. Un loquito seguido por hordas de resentidos sociales o de activistas pagados o movidos por promesas de ayudas posteriores, dirán muchos de quienes comentan u opinan en diarios y medios electrónicos. Será muy fácil insistir en el despropósito que anima a quien se declara presidente de México sin contar con sustento legal ni acceso al aparato de gobierno. La descalificación y el linchamiento continuarán, junto con el acrecentamiento del odio y la polarización sociales.
Pero el nuevo escenario político, las nuevas claves, no son tan sencillos ni predestinados como quisieran los defensores del sistema y los intereses predominantes. La presidencia activa de López Obrador es la mejor manera de oponerse, desgastar y tal vez impedir la presidencia furtiva de Calderón. Renunciar a esa posibilidad hubiera significado allanar el camino a Felipe y trasladar la inercia de la protesta conjuntada hasta ahora a fechas casi improductivas como serían la primera quincena de diciembre o la segunda de enero de 2007. López Obrador mantendrá vigencia política (y presencia en los medios, aunque sea negativa, condicionada y adulterada) y eso es lo que más irrita a sus adversarios, que si lo vieran irremisiblemente derrotado ni caso le harían.
México vive una crisis política y la supervivencia de López Obrador (así sea con figuras discutibles, como la de "presidente legítimo") impide que esa crisis sea resuelta, como otras anteriores, mediante arreglos de cúpula. La corriente social aglutinada alrededor de AMLO mantiene peso y presencia que podrán crecer si continúan los errores de Fox y Calderón, pero que también podrían naufragar si el caudillismo, el pragmatismo y la poca discusión real continúan siendo sus características predominantes. ¡Hasta mañana!
Comento: Lo que no entiendo es por qué no se saca a la luz pública la verdad sobre el caso de Imaz para que la gente sepa qué pasó y no esté juzgando sólo en base a las percepciones que Televisa inculcó (amén de cuestiones universitarias que también el grueso desconoce porque hay versiones que se contraponen). La mayoría de quienes lo conocen personalmente coinciden en que Imaz no es un corrupto y que es una buena persona ¿entonces? Por lo general lo que se oculta es lo malo, éste es uno de esos casos extraños en que lo que se oculta es lo bueno. No entiendo nada.
Julio Hernández López
La Jornada
Cambio de símbolos
Un Grito de izquierda
Presidencia activa, no furtiva
Nadie entenderá nada si no asume que en dos días cambiaron los puntos de referencia y la orientación de la política mexicana. El viernes 15 fue la primera ocasión en que un gobierno de izquierda (el capitalino de Alejandro Encinas) encabezó una ceremonia institucional (el Grito de Independencia) arrancada a golpe de movilización a un gobierno federal como es el encabezado por Vicente Fox, que trasladó su estado de sitio adjunto a Dolores Hidalgo. El sábado 16 se formalizó un plan de desobediencia civil que, entre otras formas de rechazo a las autoridades formales surgidas de un fraude electoral, creó la figura de un presidente de la República que viajará por el país y encabezará luchas regionales y temáticas en busca de impedir que Felipe Calderón tome el poder el próximo 1º de diciembre y, en caso de que tal imposición sea consumada, de organizar la oposición y la resistencia a ese gobierno precario.
Dos días en que cambiaron los símbolos y los significados. El presidente de la República negoció el desfile militar por el Grito en Palacio Nacional y se fue a tierras guanajuatenses a lanzar vivas, sobre todo a las instituciones, mientras en la ciudad de México el mandatario local exaltaba la soberanía popular. Gobierno federal políticamente exiliado que, sin embargo, retuvo la atención convenenciera de la mayoría de los medios de comunicación, que dieron gran atención a un acto de pocos miles de asistentes, como fue el de Dolores Hidalgo, e ignoraron el masivo y activo de la Plaza de la Constitución. Noche de Gritos que fue confirmación estentórea de los Méxicos en curso: lo institucional, socialmente relegado pero mediáticamente exaltado, frente a lo popular, políticamente creciente pero mediáticamente ignorado. Fox y su esposa son empujados al retiro guanajuatense al que no quieren llegar, mientras Encinas, acompañado de doña Rosario Ibarra de Piedra y del rechiflado (es decir, que le rechiflaron mucho) Carlos Abascal, comparten balcón viendo hacia el Palacio Nacional, adonde a la izquierda no le permiten llegar.
El desfile también fue escaparate de la realidad inocultable. Desde el Zócalo capitalino, centenares de ciudadanos lanzaron consignas contra Vicente Fox y el fraude electoral, mientras la banda de música hacía esfuerzos de contundencia sonora para envolver los aires de protesta. Marcha de poderío armado frente a la que contrastan la debilidad institucional del foxismo y la enjundia opositora de los seguidores de López Obrador.
La convención nacional democrática no fue un ejercicio académico de discusión, y el sistema de votación a mano alzada entre multitudes nunca será el más detalladamente democrático, pero quienes fueron la tarde del sábado al Zócalo tenían decisiones tomadas y los resultados habidos reflejaron en términos generales el sentir colectivo salvo en puntos polémicos, como la inclusión de Carlos Imaz en una de las coordinaciones de trabajos futuros. Fue un error sin paliativos esa designación, pues ayuda a los adversarios del lopezobradorismo a sostener la tesis de que este movimiento se ha financiado de formas irregulares, como las videograbadas por Carlos Ahumada para dañar selectivamente a personajes del entorno del tabasqueño cuando era jefe de Gobierno.
Ya de por sí la nómina de los comisionados del movimiento andresino es suficientemente densa como para agregar una polémica designación más; son los riesgos del caudillismo cuyo gallo no sufrió la pérdida ni de una pluma en la convención que algunos esperaban pudiera convertirse en un programa discutido y compartido y no en una aclamación multitudinaria de acuerdos previamente impresos: una decisión de López Obrador, meses atrás, coló a Porfirio Muñoz Ledo al primer círculo del combate al foxismo al que el mismo PML había servido y aplaudido en campaña y en el gobierno. De nada sirvió el público y masivo rechazo a la reaparición del saltimbanqui de oratoria vetusta y rentable que forma parte de un elenco político igualmente criticable. Imaz no es personalmente ni un corrupto ni un camaleón político, pero las circunstancias de la política lo marcaron y un movimiento que se enfrenta a tan fuertes intereses como es el de López Obrador no se puede regalar el gusto de buscar una reivindicación individual a costa de descalificaciones generales.
La designación de AMLO como "presidente legítimo" es la clave para el futuro que correrá a gran velocidad de aquí al 1º de diciembre. El análisis mediático que dominará en lo inmediato la cartelera de paga insistirá en descomposturas mentales del tabasqueño. Un loquito seguido por hordas de resentidos sociales o de activistas pagados o movidos por promesas de ayudas posteriores, dirán muchos de quienes comentan u opinan en diarios y medios electrónicos. Será muy fácil insistir en el despropósito que anima a quien se declara presidente de México sin contar con sustento legal ni acceso al aparato de gobierno. La descalificación y el linchamiento continuarán, junto con el acrecentamiento del odio y la polarización sociales.
Pero el nuevo escenario político, las nuevas claves, no son tan sencillos ni predestinados como quisieran los defensores del sistema y los intereses predominantes. La presidencia activa de López Obrador es la mejor manera de oponerse, desgastar y tal vez impedir la presidencia furtiva de Calderón. Renunciar a esa posibilidad hubiera significado allanar el camino a Felipe y trasladar la inercia de la protesta conjuntada hasta ahora a fechas casi improductivas como serían la primera quincena de diciembre o la segunda de enero de 2007. López Obrador mantendrá vigencia política (y presencia en los medios, aunque sea negativa, condicionada y adulterada) y eso es lo que más irrita a sus adversarios, que si lo vieran irremisiblemente derrotado ni caso le harían.
México vive una crisis política y la supervivencia de López Obrador (así sea con figuras discutibles, como la de "presidente legítimo") impide que esa crisis sea resuelta, como otras anteriores, mediante arreglos de cúpula. La corriente social aglutinada alrededor de AMLO mantiene peso y presencia que podrán crecer si continúan los errores de Fox y Calderón, pero que también podrían naufragar si el caudillismo, el pragmatismo y la poca discusión real continúan siendo sus características predominantes. ¡Hasta mañana!
Comento: Lo que no entiendo es por qué no se saca a la luz pública la verdad sobre el caso de Imaz para que la gente sepa qué pasó y no esté juzgando sólo en base a las percepciones que Televisa inculcó (amén de cuestiones universitarias que también el grueso desconoce porque hay versiones que se contraponen). La mayoría de quienes lo conocen personalmente coinciden en que Imaz no es un corrupto y que es una buena persona ¿entonces? Por lo general lo que se oculta es lo malo, éste es uno de esos casos extraños en que lo que se oculta es lo bueno. No entiendo nada.
domingo, septiembre 17, 2006
A mí si me pagaron
Ahí va este bello sentimiento que muchos compartimos traído de La Hora del Pueblo
Algunos medios andan diciendo por ahí, que los delegados a la Convención Nacional Democrática fuimos acarreados "al mejor estilo priista" y que, incluso, se nos pagó para asistir al evento.
La verdad, a mí si me pagaron. Me pagaron con la felicidad de ver a más de un millón de personas rodeando a Andrés Manuel López Obrador. Me pagaron con la indescriptible sensación de escuchar un coro monumental coreando la sencilla frase: "pre-si-dente, pre-si-dente", lo que provocó que la piel se me pusiera "chinita". Me pagaron con el orgullo de saber que, con mi participación como delegado, contribuí a la dignificación del pueblo de México. Me pagaron con la posibilidad de contemplar el movimiento de un pueblo que ya no se deja aplastar por gobiernos corruptos y que está dispuesto a ponerle un alto a la imposición y al fraude.
Realmente cobré mucho por asistir. Pero de eso que me pagaron, no estoy dispuesto a devolver nada.
EL HISTORIADOR
Algunos medios andan diciendo por ahí, que los delegados a la Convención Nacional Democrática fuimos acarreados "al mejor estilo priista" y que, incluso, se nos pagó para asistir al evento.
La verdad, a mí si me pagaron. Me pagaron con la felicidad de ver a más de un millón de personas rodeando a Andrés Manuel López Obrador. Me pagaron con la indescriptible sensación de escuchar un coro monumental coreando la sencilla frase: "pre-si-dente, pre-si-dente", lo que provocó que la piel se me pusiera "chinita". Me pagaron con el orgullo de saber que, con mi participación como delegado, contribuí a la dignificación del pueblo de México. Me pagaron con la posibilidad de contemplar el movimiento de un pueblo que ya no se deja aplastar por gobiernos corruptos y que está dispuesto a ponerle un alto a la imposición y al fraude.
Realmente cobré mucho por asistir. Pero de eso que me pagaron, no estoy dispuesto a devolver nada.
EL HISTORIADOR
Prensa Internacional
Sique
Como está muy cañón que oculten esto, ahi les va la prensa internacional.

El Mundo (España)
La izquierda mexicana proclama a López Obrador 'presidente legítimo' del país
Decenas de miles de izquierdistas mexicanos, que aseguran hubo fraude en las elecciones presidenciales de julio, han declarado al candidato perdedor, Andrés Manuel López Obrador, "presidente legítimo".
Los partidarios de López Obrador, congregados en la llamada Convención Nacional Democrática (CND) en el Zócalo -la principal plaza de la Ciudad de México- también han aprobado desconocer al gobierno del oficialista Felipe Calderón, quien ya fue declarado oficialmente presidente electo.
BBC News (Gran Bretaña)
Se agudiza crisis política mexicana
Los multitudinarios simpatizantes del derrotado candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador lo han "elegido" como el líder del gobierno paralelo.
Los asistentes a la Convención Nacional Democrática votaron por jurarlo como "presidente legítimo" el 20 de noviembre, 11 días antes que Calderón sea nombrado oficialmente.
Univison (EU)
López Obrador "presidente legítimo"
Los delegados desconocieron a Felipe Calderón como presidente de México, así como los funcionarios que nombre en su gabinete.
Durante la convención, convocada por los militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), al que pertenece López Obrador, rechazaron una República simulada y declararon la abolición del régimen de corrupción y privilegios, que se han dado en el gobierno de México.
La Hora (Ecuador)
Masivo foro proclama a López Obrador como "legítimo presidente" de México
Una masiva asamblea de la izquierda mexicana proclamó este sábado a su líder Andrés Manuel López Obrador como "presidente legítimo" del país y desconoció al conservador Felipe Calderón como mandatario electo, al considerar fraudulento el resultado oficial de las elecciones de julio.
Centenares de miles manifestantes congregados en la plaza central de la capital mexicana votaron a López Obrador como "presidente legítimo de México" frente a la opción de ser declarado "coordinador de la resistencia civil pacífica".
El País (España)
López Obrador se proclama "presidente legítimo" de México ante una multitud
Andrés Manuel López Obrador, líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD), de izquierda, y candidato derrotado en las elecciones presidenciales del 2 de julio, fue proclamado "presidente legítimo de México" por cientos de miles de seguidores, convocados bajo el nombre de la Convención Nacional Democrática (CND) en la plaza del Zócalo de la capital de México.
Eran las siete y media de la tarde en México, y la una y media de la madrugada en la España peninsular. Brazo en alto, los cientos de miles de asistentes a la Convención votaron que el día 20 de noviembre a las tres de la tarde [diez de la noche en la España peninsular], López Obrador tome posesión de su cargo. La fecha está cargada de simbolismo: el 20 de noviembre es el aniversario de la Revolución mexicana.
Antes de que fuese proclamado presidente por sus partidarios, el grito que más se coreó fue precisamente ése: "¡Presidente, presidente, presidente!".
La Opinión (Colombia)
Masivo foro proclama a López Obrador como "legítimo presidente" de México
MEXICO, (AFP) - Una masiva asamblea de la izquierda mexicana proclamó este sábado a su líder Andrés Manuel López Obrador como "presidente legítimo" del país y desconoció al conservador Felipe Calderón como mandatario electo, al considerar fraudulento el resultado oficial de las elecciones de julio.
Centenares de miles manifestantes congregados en la plaza central de la capital mexicana votaron a López Obrador como "presidente legítimo de México" frente a la opción de ser declarado "coordinador de la resistencia civil pacífica".
Clarín (Argentina)
La izquierda mexicana proclama presidente a López Obrador
Una masiva asamblea de partidarios del líder del PRD, lo designó como "Presidente legítimo" durante la Convención Nacional Democrática. Así desconoció a Felipe Calderón como mandatario electo, al considerar que hubo fraude en las elecciones de julio pasado.
"Presidente, Presidente", fue la respuesta de la mayoría de los participantes en la multitudinaria Convención Nacional Democrática que se celebró en la plaza central capitalina del Zócalo.
Los asambleístas también votaron para que el dirigente del Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda) "asuma" el 20 de noviembre, fecha del aniversario de la revolución mexicana de 1910, en un acto que también se realizará en el paseo público del Zócalo.
"Se rechaza la usurpación y se desconoce a Calderón como presidente y a los funcionarios que él designe, y se rechazan todos los actos de su gobierno de facto", fue otro de los puntos votados por la mayoría de los manifestantes.
López Obrador se niega a reconocer la decisión de la justicia electoral que el 5 de septiembre validó el triunfo de Calderón por una exigua diferencia de 0,56% de los sufragios que él recibió.
"Declaramos la abolición del régimen de corrupción y privilegio", fue otro de los puntos aceptados por aclamación.
Una coordinadora de "resistencia civil" que se propone llevar a cabo una serie de iniciativas el 1 de diciembre, día de la investidura de Calderón, también formó parte del pliego de puntos aceptados por los manifestantes.
"La elección fue injusta y fraudulenta y hacemos bien en defender nuestra dignidad", dijo previamente la escritora Elena Poniatowska ante los participantes en el masivo mitin.
Un total de 1.025.724 delegados participaron en todo el país de las discusiones previas a la Convención Nacional Democrática, aseguraron los organizadores, aunque no dieron cifras de los participantes en el acto de este sábado, mientras medios de prensa lo estimaron en centenares de miles.
Según Poniatowska, el foro marca el inicio de "una nueva parte de la historia democrática" de México, en la que se combatirá "a un gobierno espurio", y a la vez calificó a Calderón como "el usurpador del PAN" (Partido de Acción Nacional, en el poder).
La Convención se realizó tras un amplio bloqueo de ocho kilómetros en el centro de la capital mexicana que había comenzado el 30 de julio pasado, en rechazo al escrutinio oficial.
Calderón, quien asumirá un gobierno débil por la escasa diferencia de votos en las elecciones y las movilizaciones en su contra, se esfuerza en mantener una postura cauta ante las protestas de la izquierda y llamó a este sector a abrir un diálogo y a superar las confrontaciones de la campaña proselitista y la etapa postelectoral.
Los "delegados" también rechazaron "la usurpación" y desconocieron a Felipe Calderón como presidente de la República, y acordaron que López Obrador asuma la presidencia el próximo 20 de noviembre. Los asistentes deberán ratificar su rechazo a los resultados oficiales que dieron el triunfo a Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN), con una ventaja del 0,56% en la votación, resultado que fue ratificado por el Tribunal Federal Electoral.
La Convención fue inaugurada por la escritora Elena Poniatowska, quien adhirió a la campaña de López Obrador desde que fue desaforado como alcalde capitalino, en abril de 2005. En su discurso, Poniatowska indicó que la CND marca el inicio de "una nueva parte de la historia democrática de nuestro país", en la que se luchará "en contra de un Gobierno espurio".
O Globo (Brasil)
http://oglobo.globo.com/mundo/mat/2006/09/16/285692827
CNN
http://www.cnn.com/2006/WORLD/americas/09/16/mexico.pol.reut/index.html
Sigan enviando fotos y reportes que encuentran en este mismo blog y en otros de la Convención a la prensa internacional, tradúzcanlos a otros idiomas si les es posible y si es necesario, a ver si continúan validando como legítimo a Felipe Calderón.
Lo que ya no aceptamos porque queremos vivir con dignidad y ser felices
Sique
No aceptamos que haya millones de niños desnutridos, enfermos y sin porvenir.
No aceptamos que a los jóvenes, que nacieron bajo el signo del neoliberalismo, se les quite el derecho al estudio y se les condene a la marginación social.
No aceptamos la falta de presupuesto ni las campañas de desprestigio contra la educación pública.
No aceptamos la violación a los derechos de las mujeres. No aceptamos que las mujeres, para conseguir trabajo, tengan que ser vejadas, porque así lo imponen las reglas inhumanas del mercado.
No aceptamos la discriminación por motivos religiosos, étnicos o sexuales.
No aceptamos que la mayoría de los ancianos del país vivan en el abandono y que quienes se hayan jubilado después de toda una vida de trabajo, reciban una bicoca de pensión.
No aceptamos que el salario mínimo no alcance para que el trabajador viva y mantenga a su familia con dignidad y decoro.
No aceptamos que, ante la escasez de puestos de trabajo, mujeres y hombres tengan jornadas laborales de más de 8 horas al día.
No aceptamos el trabajo infantil.
No aceptamos que millones de mexicanos se vean obligados a abandonar a sus familias y a sus pueblos, para ir a buscar trabajo del otro lado de la frontera.
No aceptamos que el campesino y el productor tengan que vender barato todo lo que producen y comprar caro todo lo que necesitan.
No aceptamos la privatización de la industria eléctrica ni del petróleo en ninguna de sus modalidades.
No aceptamos que haya borrón y cuenta nueva. El Fobaproa no es un caso cerrado, es un expediente abierto.
No aceptamos el saqueo del erario. Le daremos seguimiento puntual al manejo del presupuesto, a los contratos de obras y servicios y denunciaremos permanentemente todo acto de corrupción.
No aceptamos el nepotismo, el influyentismo, el amiguismo, ninguna de esas lacras de la política.
No aceptamos el abandono al campo.
No aceptamos la cláusula del Tratado de Libre Comercio, según la cual para el 2008 quedarán libres las importaciones, la introducción de maíz y de frijol del extranjero.
No aceptamos la competencia desleal que padecen los productores nacionales en beneficio de los productores extranjeros.
No aceptamos que se siga degradando nuestro territorio, los recursos naturales, por la voracidad de unos cuantos nacionales y extranjeros.
No aceptamos que continúe el monopolio de empresas vinculadas al poder que rehuyen a la competencia y obligan a los consumidores mexicanos a pagar más que en el extranjero por las comunicaciones, los materiales de construcción, las tarjetas de crédito y otros productos y servicios.
No aceptamos la manipulación que practican algunos medios de comunicación, ni su desprecio altanero por la cultura y por el buen gusto.
No aceptamos el autoritarismo, la represión, ni la violación de derechos humanos.
Y menos aceptamos que todas estas grandes injusticias sean producto de la fatalidad y del destino de nuestro pueblo.
De tal forma, tenemos que señalarlo constantemente, denunciarlo, pronunciarse en contra y utilizar toda nuestra creatividad para conscientizar y luchar porque cada vez más gente se de cuenta que aceptar estas injusticias significa vivir sin dignidad y ser infeliz; debemos combatir todas estas injusticias a través de todos lo medios que tengamos a nuestro alcance de manera pacífica.
Acciones de resistencia civil
Sique
Recordatorio de acciones de resistencia civil para todos:
a) boicot a Sabritas, Coca Cola, Jumex, Bimbo, Wal-Mart, Kimberly Clark, Jugos del Valle, Banamex, Bachoco, Pepsi, Farmacias Similares, Gamesa, Televisa, TV Azteca y demás que aparecen en este blog "En la Lucha".
b) protestar en todos los actos en que se presente Fecal y el traidor de fox.
c) protestar en coberturas que realicen medios de comunicación, específicamente televisión o fotografía, se usaran carteles para repudier el fraude electoral.
d) comunicarse con radiodifusoras exigiéndoles información veraz y objetiva y que cubran todo lo que ocurre en el país y no sólo atendiendo a una línea que oculta los eventos relacionados con la CND.
d) estar atento a las iniciativas que se presentarán a partir del 27 de septiembre y darles seguimiento hasta impedir la toma de posesión de Fecal el 1 de diciembre.
e) éstas se repetirán entre el 2 y el 12 de octubre.
a) boicot a Sabritas, Coca Cola, Jumex, Bimbo, Wal-Mart, Kimberly Clark, Jugos del Valle, Banamex, Bachoco, Pepsi, Farmacias Similares, Gamesa, Televisa, TV Azteca y demás que aparecen en este blog "En la Lucha".
b) protestar en todos los actos en que se presente Fecal y el traidor de fox.
c) protestar en coberturas que realicen medios de comunicación, específicamente televisión o fotografía, se usaran carteles para repudier el fraude electoral.
d) comunicarse con radiodifusoras exigiéndoles información veraz y objetiva y que cubran todo lo que ocurre en el país y no sólo atendiendo a una línea que oculta los eventos relacionados con la CND.
d) estar atento a las iniciativas que se presentarán a partir del 27 de septiembre y darles seguimiento hasta impedir la toma de posesión de Fecal el 1 de diciembre.
e) éstas se repetirán entre el 2 y el 12 de octubre.
Antes del juicio a Imaz debería estar el conocimiento
Sique
Uno de los resolutivos en que hubo molestia expresa por algunos grupos fue ante la inclusión de Carlos Imaz en la Comisión de Resistencia Civil. Esto se debió a que Carlos Imaz ha sido activista desde que estaba en la UNAM en donde tuvo problemas con los universitarios y por su aparición en los videoescándalos recibiendo dinero de Carlos Ahumada cuando el régimen quiso desprestigiar a AMLO.
Recojo algunos comentarios representativos en correos enviados al Sendero del Peje de los que se quejan y nuestro punto de vista:
"que AMLO debería tener respeto a la inteligencia del pueblo, que le demandó sacar a Imaz, quien por otra parte debió renunciar en ese mismo preciso instante" "¿con esas actitudes impositivas creen que vamos a avanzar?"
Respuesta: a) si el quejoso piensa que AMLO no tiene respeto a la inteligencia del pueblo no sé que está haciendo en este movimiento, porque es justo el respeto que tiene a la inteligencia del pueblo por lo que está donde está y por lo que recibe el apoyo de éste, b) no todos en la plaza, es más yo diría que fue minoría la que demandó sacar a Imaz y en todo caso no es AMLO sino la Coordinadora el interlocutor, c) ¿por qué Imaz iba a renunciar en ese preciso instante si sólo era alrededor de un 20% de la asistencia la que se quejó y en todo caso no era ese el espacio para un debate al respecto, ya que se había tenido antes? d) no son "esas actitudes impositivas las que nos impidan avanzar", sino las actitudes voluntariosas y minoritarias que sin previo debate e información exigen que alguien dimita sin darle oportunidad al diálogo y a la réplica e) según entiendo los grupos opositores se constituían principalmente por universitarios, aprovecho para decirles que justamente la UNAM se ha visto débil en su apoyo a AMLO y al movimiento por la democracia, puedo decir que no son ni la sombra de lo que eran los universitarios de antaño. Casi podría asegurar que Imaz ha trabajado más por este movimiento que la mayoría de ellos.
"Si van a empezar a no hacerle caso a la gente, ya se chingó la Francia."
Respuesta: A la gente se le hace caso siempre y cuando exponga sus razones en asamblea y debate. No se puede hacerle caso a todo lo que diga la gente si no existe la discusión para que se tome una decisión. Si se le hace caso a la gente que dice "Imaz, no" entonces no se le hace caso a la gente que dice: "¿Por qué no? Si Imaz fue procesado y exonerado, si Imaz ha estado trabajando en la resistencia civil, si ha sido activista desde siempre, si es inteligente y valioso para ese puesto, si principalmente gracias a Imaz se impidió que la PFP tomara el Zócalo..." No se puede creer que lo que unos piensan, lo piensan todos.
"Estoy muy enojada y desilusionada con la designación de Imaz en una Comisión, además de haber escuchado los gritos de rechazo a su designación y haber sido ignorados en la Convención. Pues de que se trata, no somos borregos como ellos, no somos corruptos como ellos, no queremos ser iguales a ellos".
Respuesta: No se ignoró a la gente, esos resolutivos ya se habían discutido en las mesas de trabajo a la que los quejosos evidentemente no fueron, no fue la mayoría la que se opuso. Ser borrego es optar por algo mediante una percepción que nos inculcan con propaganda, no por un razonamiento sustentado en el conocimiento de los hechos, ¿acaso todos los que se quejaron tienen pleno conocimiento de los hechos? Obviamente no queremos ser igual de corruptos que ellos (los adversarios, me imagino), esto se trata de una revolución de conciencias, y todos tenemos que cambiar, porque hay que ser ingenuo para pensar que el millón de delegados que atendieron a la CND son gente pura e intachable que jamás, en este México nuestro, ha cometido un acto de corrupción o al menos coadyuvado a que este se dé. Así que ¿quién puede tirar la primera piedra? Si todos los de la CND fuesen investigados supongo que quedarían menos de cien y con un centenar no podríamos hacer nada. Creo que primero hay que enterarse bien de cuál es la situación, ser generosos con todos incluyéndonos a nosotros mismos para abrirse a oportunidades de cambio y de rectificar actos que en un momento dado también hayamos cometido. Nadie es blanco o negro y creo que los que estamos en este movimiento , ya nada más por lo que plantea, están más en el gris claro que en el oscuro, lo cual ya es bastante, y no debemos adoptar una postura de linchamiento a priori.
Creo que debe aceptarse la postura opositora a la inclusión de Carlos Imaz porque esto es una democracia y que con el ánimo de resolver esta discrepancia la CND debiera informarnos a todos que fue lo que pasó con él, cual es la verdad, para tener una información que no sea la que nos dió Televisa y el gobierno federal y poner en la balanza sus virtudes y los errores que haya cometido para comprender la decisión. Personalmente me encantaría que también el propio Carlos Imaz nos comunicara por escrito la verdad, nos diera una explicación y nos expresara de corazón lo que siente y piensa. Eso sería un gran cambio en el movimiento.
Ahora si alguien por la inclusión de Carlos Imaz, Socorro Díaz, Camacho Solís y algunos otros que no son transparentes en su trayectoria se desilusiona del movimiento, quiere decir que su convicción es débil, que cree en el blanco y negro y que no cree en la posibilidad de cambio que tras un movimiento como éste se puede generar no sólo en los dirigentes sino en las bases que lo componen.
Los panistas dan pena ajena
El Universal
La fracción del PAN en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) abandonó el salón de sesiones en el momento en que Alejandro Encinas, jefe de Gobierno del Distrito Federal, tomaba la palabra para rendir su informe de labores. Encabezados por Miguel Hernández Labastida, coordinador del grupo parlamentario, y de Miguel Ángel Errasti, los panistas dejaron sus curules para ofrecer una conferencia de prensa.
Entre la gritería de simpatizantes perredistas y de funcionarios del Gobierno capitalino, los panistas dejaron el recinto como una muestra de protesta, por lo que consideraron ha sido el activismo político de Encinas y de su administración para favorecer a Andrés Manuel López Obrador y a la Coalición Por el Bien de Todos.
Al abandonar el recinto, el legislador del Partido Acción Nacional (PAN) Miguel Errasti exhibió un títere de Santa Claus, con lo que pretendía ironizar sobre la imagen del jefe de Gobierno.
La respuesta de los perredistas presentes en el salón de sesiones fue “¡fuera, fuera!”, así como “¡váyase con Felipillo!”.
Antes, durante el posicionamiento de los diputados del PAN se empezaron a caldear los ánimos, cuando el coordinador de los albiazules, Miguel Hernández Labastida, pronunció un duro discurso contra el jefe de Gobierno, a quien acusó de ser cómplice de la irresponsabilidad de quienes mandan al diablo las instituciones.
El coordinador del PAN también acusó la intolerancia y represión como el que vivieron el 15 de septiembre, cuando pretendían celebrar el Grito de Independencia, pero fueron acosados por autoridades de la delegación Cuauhtémoc.
La respuesta no se hizo esperar y la jefa delegacional en Cuauhtémoc, Virginia Jaramillo, sacó una pancarta en la que se leían “panistas, mentirosos y corruptos”.
Antes de abandonar el salón de sesiones, los 17 diputados que integran la fracción del PAN dejaron sobre sus curules unas pequeñas pancartas en las que se lee, y “la elección la hicimos todos, por un México en paz”.
Ya sin la presencia de los diputados del PAN, el jefe de Gobierno expuso que desde su punto de vista, la acción de abandonar el recinto no demuestra otras si no cobardía por defender sus ideales”.
Los panistas ofrecen una conferencia de prensa para explicar los motivos de su protesta.
Comento: Ésta, más que protesta del PAN, fue una confrontación entre el PRD y el PAN en la que los perredistas ganaron. Si los panistas sacaron un títere de Santa Claus y cuando se retiraban, los perredistas los animaron a hacerlo con mayor celeridad: "¡fuera, fuera, fuera!""váyase con Felipillo!" para que Alejandro Encinas pudiera dar su informe con tranquilidad y luego, dejaron una pancarta con la trillada patraña de "la elección la hicimos todos, por un México en paz" que han repetido hasta la saciedad exhibiendo no sólo falta de sentido de realidad sino de creatividad mientras que la pancarta perredista decía "panistas, mentirosos y corruptos", la verdad los panistas dan pena ajena.
La fracción del PAN en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) abandonó el salón de sesiones en el momento en que Alejandro Encinas, jefe de Gobierno del Distrito Federal, tomaba la palabra para rendir su informe de labores. Encabezados por Miguel Hernández Labastida, coordinador del grupo parlamentario, y de Miguel Ángel Errasti, los panistas dejaron sus curules para ofrecer una conferencia de prensa.
Entre la gritería de simpatizantes perredistas y de funcionarios del Gobierno capitalino, los panistas dejaron el recinto como una muestra de protesta, por lo que consideraron ha sido el activismo político de Encinas y de su administración para favorecer a Andrés Manuel López Obrador y a la Coalición Por el Bien de Todos.
Al abandonar el recinto, el legislador del Partido Acción Nacional (PAN) Miguel Errasti exhibió un títere de Santa Claus, con lo que pretendía ironizar sobre la imagen del jefe de Gobierno.
La respuesta de los perredistas presentes en el salón de sesiones fue “¡fuera, fuera!”, así como “¡váyase con Felipillo!”.
Antes, durante el posicionamiento de los diputados del PAN se empezaron a caldear los ánimos, cuando el coordinador de los albiazules, Miguel Hernández Labastida, pronunció un duro discurso contra el jefe de Gobierno, a quien acusó de ser cómplice de la irresponsabilidad de quienes mandan al diablo las instituciones.
El coordinador del PAN también acusó la intolerancia y represión como el que vivieron el 15 de septiembre, cuando pretendían celebrar el Grito de Independencia, pero fueron acosados por autoridades de la delegación Cuauhtémoc.
La respuesta no se hizo esperar y la jefa delegacional en Cuauhtémoc, Virginia Jaramillo, sacó una pancarta en la que se leían “panistas, mentirosos y corruptos”.
Antes de abandonar el salón de sesiones, los 17 diputados que integran la fracción del PAN dejaron sobre sus curules unas pequeñas pancartas en las que se lee, y “la elección la hicimos todos, por un México en paz”.
Ya sin la presencia de los diputados del PAN, el jefe de Gobierno expuso que desde su punto de vista, la acción de abandonar el recinto no demuestra otras si no cobardía por defender sus ideales”.
Los panistas ofrecen una conferencia de prensa para explicar los motivos de su protesta.
Comento: Ésta, más que protesta del PAN, fue una confrontación entre el PRD y el PAN en la que los perredistas ganaron. Si los panistas sacaron un títere de Santa Claus y cuando se retiraban, los perredistas los animaron a hacerlo con mayor celeridad: "¡fuera, fuera, fuera!""váyase con Felipillo!" para que Alejandro Encinas pudiera dar su informe con tranquilidad y luego, dejaron una pancarta con la trillada patraña de "la elección la hicimos todos, por un México en paz" que han repetido hasta la saciedad exhibiendo no sólo falta de sentido de realidad sino de creatividad mientras que la pancarta perredista decía "panistas, mentirosos y corruptos", la verdad los panistas dan pena ajena.
Retos de hoy: energéticos
José Antonio Rojas Nieto
La Jornada
El México dividido sufre, pero se alista a la búsqueda de un porvenir mejor. Complejo pero esperanzador proceso. La amplia movilización social lo demuestra: México vive con zozobra... pero también con esperanza. Más el México doliente, sufrido y explotado, que lucha contra quienes lo tienen -por decir lo menos- arrinconado en un proceso de pauperización creciente. ¡Nadie puede demostrar lo contrario!
Hay responsables. Hoy se han agrupado en la derecha y con la derecha electoral. Al margen -y a veces a pesar- de las buenas personas que optaron por esa opción.
Es incuestionable. Díganme si no: ¿dónde están los grandes empresarios monopólicos? ¿Dónde los grandes grupos industriales, bancarios, financieros, nacionales y extranjeros? ¿A quién apoyaron los rentistas, los especuladores, los que medran con el gasto gubernamental?
Por eso la derecha vive una grave contradicción. (¿Quién se atreve a negar que la izquierda también tiene lo suyo?) Y no me refiero a la que tiene con quienes no los apoyamos. No. Internamente la derecha está partida.
Pues bien, a pesar de la recuperación veleidosa y frívola del tradicional discurso humanista del PAN (con eso del "México ganador") se impulsan acciones sustentadas en tesis ya cuestionables. Sobresalen las de la privatización y las del aliento ciego a la libre competencia y -hasta hoy- a una insignificante e inútil regulación.
Su implantación continuada desde 1982, desde 1988, desde 1994 y -más aún- desde 2000, muestra su carácter agresivo y regresivo. Agresivo porque arrasan con todo. Y regresivo porque empobrecen a la mayoría. No obstante que internacionalmente ya se revisan, se siguen sosteniendo. Por conveniencia pactada.
El Banco Mundial y el Fondo Monetario internacional revisan sus tesis y sus formulaciones ortodoxas. Y todo porque la defensa que las ha sostenido durante los 20 años recientes es cada vez más difícil: adelgazamiento absoluto del Estado; fin del Estado Benefactor; aliento indiscriminado a la "libre" pero "regulada" concurrencia; apertura de fronteras para capitales y mercancías, no para fuerza de trabajo; privatización de los servicios públicos; control privado de rentas provenientes de la explotación de los recursos naturales, petrolera primordialmente, pero también agrícola y mineras... entre otras. Y todo porque la realidad es terca, testaruda y violentamente obcecada. Se niega a aceptar la libre competencia. Todo o casi todo es colusión, trampa, fraude, mentira.
¿Cómo defender el humanismo de Gómez Morín, González Luna, Christlieb, Landerreche, Estrada, González Torres, Conchello, frente a la brutalidad y violencia del mercado?¿Frente a la persistente corrupción de su primer gobierno? El PAN lleva muy adentro esta contradicción, no sólo en su discurso, también en su mezcla de viejos humanistas y gente de buena fe, con especuladores, rentistas, controladores financieros y monopolios en medios de comunicación.
México ha vivido más de 20 años de ortodoxia liberal. Este sexenio la profundizó como pocos. En el caso petrolero y eléctrico, nunca hubo tanta inversión privada, nacional y extranjera. Nunca tanto control privado, nacional y extranjero. Contrario a una letra constitucional que mandata preservar la propiedad y el control estatales exclusivos. ¿Por qué respetar -en eso- un mandato de la Constitución cuando parece imponerse otra perspectiva?
En apariencia hay coartadas justas y razonables: insuficiencia presupuestal y retraso tecnológico. Y si no éstas, se buscan otras hasta lograr el cambio. ¿Cuál? El del artículo 27 constitucional. Pero también el 25 y el 28 de nuestra Carta Magna. ¿Por qué? Mis maestros me enseñaron: "controlar la energía es tener el control de las fuentes fundamentales del poder. Y si éstas pasan a manos privadas, nacionales o extranjeras, se perderán elementos clave de la autonomía de la sociedad, para modular y orientar el desarrollo nacional". Así de sencillo.
El ánimo básico de garantizar el máximo de autonomía social explica esa afortunada intuición del constituyente: propiedad de los recursos naturales, sus beneficios y rentas. Pero también responsabilidad exclusiva, a través del Estado, de las áreas estratégicas, petróleo y electricidad, sin duda. Es parte de nuestra identidad nacional.
Sorprende, entonces, el obcecado ánimo por entregar este poder a grupos privados, nacionales y extranjeros. Aún más la urgencia con la que -de nuevo- los actuales personeros de la derecha renuevan su ánimo por las llamadas reformas estructurales, entre ellas la energética, en un sentido y orientación convenientes a los poderes fácticos que los respaldan.
Frenar este cambio constitucional es uno de los mayores retos de la Convención Nacional Democrática y de todos aquellos que dentro o fuera de ella defenderemos este poder social fundamental. Y lo haremos sin ignorar la historia de abusos y corrupciones que también se han cobijado bajo él. Sin duda.
La Jornada
El México dividido sufre, pero se alista a la búsqueda de un porvenir mejor. Complejo pero esperanzador proceso. La amplia movilización social lo demuestra: México vive con zozobra... pero también con esperanza. Más el México doliente, sufrido y explotado, que lucha contra quienes lo tienen -por decir lo menos- arrinconado en un proceso de pauperización creciente. ¡Nadie puede demostrar lo contrario!
Hay responsables. Hoy se han agrupado en la derecha y con la derecha electoral. Al margen -y a veces a pesar- de las buenas personas que optaron por esa opción.
Es incuestionable. Díganme si no: ¿dónde están los grandes empresarios monopólicos? ¿Dónde los grandes grupos industriales, bancarios, financieros, nacionales y extranjeros? ¿A quién apoyaron los rentistas, los especuladores, los que medran con el gasto gubernamental?
Por eso la derecha vive una grave contradicción. (¿Quién se atreve a negar que la izquierda también tiene lo suyo?) Y no me refiero a la que tiene con quienes no los apoyamos. No. Internamente la derecha está partida.
Pues bien, a pesar de la recuperación veleidosa y frívola del tradicional discurso humanista del PAN (con eso del "México ganador") se impulsan acciones sustentadas en tesis ya cuestionables. Sobresalen las de la privatización y las del aliento ciego a la libre competencia y -hasta hoy- a una insignificante e inútil regulación.
Su implantación continuada desde 1982, desde 1988, desde 1994 y -más aún- desde 2000, muestra su carácter agresivo y regresivo. Agresivo porque arrasan con todo. Y regresivo porque empobrecen a la mayoría. No obstante que internacionalmente ya se revisan, se siguen sosteniendo. Por conveniencia pactada.
El Banco Mundial y el Fondo Monetario internacional revisan sus tesis y sus formulaciones ortodoxas. Y todo porque la defensa que las ha sostenido durante los 20 años recientes es cada vez más difícil: adelgazamiento absoluto del Estado; fin del Estado Benefactor; aliento indiscriminado a la "libre" pero "regulada" concurrencia; apertura de fronteras para capitales y mercancías, no para fuerza de trabajo; privatización de los servicios públicos; control privado de rentas provenientes de la explotación de los recursos naturales, petrolera primordialmente, pero también agrícola y mineras... entre otras. Y todo porque la realidad es terca, testaruda y violentamente obcecada. Se niega a aceptar la libre competencia. Todo o casi todo es colusión, trampa, fraude, mentira.
¿Cómo defender el humanismo de Gómez Morín, González Luna, Christlieb, Landerreche, Estrada, González Torres, Conchello, frente a la brutalidad y violencia del mercado?¿Frente a la persistente corrupción de su primer gobierno? El PAN lleva muy adentro esta contradicción, no sólo en su discurso, también en su mezcla de viejos humanistas y gente de buena fe, con especuladores, rentistas, controladores financieros y monopolios en medios de comunicación.
México ha vivido más de 20 años de ortodoxia liberal. Este sexenio la profundizó como pocos. En el caso petrolero y eléctrico, nunca hubo tanta inversión privada, nacional y extranjera. Nunca tanto control privado, nacional y extranjero. Contrario a una letra constitucional que mandata preservar la propiedad y el control estatales exclusivos. ¿Por qué respetar -en eso- un mandato de la Constitución cuando parece imponerse otra perspectiva?
En apariencia hay coartadas justas y razonables: insuficiencia presupuestal y retraso tecnológico. Y si no éstas, se buscan otras hasta lograr el cambio. ¿Cuál? El del artículo 27 constitucional. Pero también el 25 y el 28 de nuestra Carta Magna. ¿Por qué? Mis maestros me enseñaron: "controlar la energía es tener el control de las fuentes fundamentales del poder. Y si éstas pasan a manos privadas, nacionales o extranjeras, se perderán elementos clave de la autonomía de la sociedad, para modular y orientar el desarrollo nacional". Así de sencillo.
El ánimo básico de garantizar el máximo de autonomía social explica esa afortunada intuición del constituyente: propiedad de los recursos naturales, sus beneficios y rentas. Pero también responsabilidad exclusiva, a través del Estado, de las áreas estratégicas, petróleo y electricidad, sin duda. Es parte de nuestra identidad nacional.
Sorprende, entonces, el obcecado ánimo por entregar este poder a grupos privados, nacionales y extranjeros. Aún más la urgencia con la que -de nuevo- los actuales personeros de la derecha renuevan su ánimo por las llamadas reformas estructurales, entre ellas la energética, en un sentido y orientación convenientes a los poderes fácticos que los respaldan.
Frenar este cambio constitucional es uno de los mayores retos de la Convención Nacional Democrática y de todos aquellos que dentro o fuera de ella defenderemos este poder social fundamental. Y lo haremos sin ignorar la historia de abusos y corrupciones que también se han cobijado bajo él. Sin duda.
Sentido y alcances de la convención
Antonio Gershenson
La Jornada
Después de más de mes y medio de vivir en un campamento, ocupando desde el Zócalo hasta Reforma y Periférico, se plantea una convención que aprueba un programa muy amplio y formaría una especie de gobierno alternativo. Difícilmente se podría comprender esto sin considerar, por un lado, el tremendo apoyo a López Obrador, que en este caso se complementa por el gobierno de la ciudad que, obviamente, no se presta para reprimir, y que actúa como negociador entre el campamento y el gobierno federal. Por otro, se entiende que esto suceda por el desprestigio de Fox y del fraude.
Es más difícil aún impugnar estas medidas si se ve que ha logrado dos triunfos simbólicos que, además, habían sido mencionados por López Obrador cuando se conoció la ratificación del fraude: el Informe presidencial y el Grito de la Independencia. En ambos casos, pese a que el todavía presidente anunció como seguro que pronunciaría el discurso en San Lázaro, y que daría el Grito en el Zócalo, en ninguno de los casos lo pudo hacer.
A pesar del machaqueo por la televisión, según un diario, que ha estado contra AMLO pero informa más que la televisión o que el Reforma, 39 por ciento de los ciudadanos considera que la elección presidencial fue un fraude. Este porcentaje es mayor que el resultado oficial de la elección para el mismo López Obrador, que fue de 35 por ciento. De modo que no hay ningún desplome.
Reproduzco dos párrafos de un informe de AMLO en una asamblea informativa en el Zócalo:
"¿Qué significaría en la práctica si la convención decide constituir un gobierno? En primer término, esta decisión sería una manera de protestar, en el marco de la resistencia civil pacífica, ante el fraude y la ruptura del orden constitucional. Crear un gobierno significa protestar por la usurpación. Sería un acto permanente de desobediencia civil ante la violación a la voluntad popular y la usurpación. Sería una respuesta al hampa de la política por la falta de respeto al pueblo de México. En pocas palabras, sería un 'tengan para que aprendan'. Un 'tengan para que aprendan a respetar al pueblo de México'.
"Pero, además, un gobierno surgido de la convención tendría toda la legitimidad necesaria para llevar a la práctica acciones de apoyo y protección a los humildes y a los pobres de México, defendería el patrimonio nacional, combatiría la impunidad y la corrupción, haría valer el derecho a la información e insistiría constantemente en la transformación democrática de las instituciones."
De modo que tiene sentido lo que está ocurriendo. Hay quienes, considerándose a sí mismos como de izquierda, impugnan estos medios de lucha y sostienen que se debe reconocer el resultado oficial, incluso lo reconocen. Les recuerdo el fraude de 1988. La falta de una respuesta adecuada causó un desplome de la izquierda. Recuerdo que en mi distrito, que entonces era el 17, cuando se llamó a formar el PRD no acudió ninguna persona. Y la primera elección en la que participó este partido tuvo un resultado desastroso. Algo muy diferente de lo que estamos viviendo ahora.
Ya dentro de la discusión planteada antes y durante la convención, se ha hablado de reformar la Constitución, y también de formular una nueva. Quiero recordar cómo han sido las cosas en nuestras principales experiencias históricas al respecto.
Antes de formular una Constitución, Morelos tuvo una guerra de Independencia desde 1911, luego se formó el Congreso de Chilpancingo en 1913, y hasta octubre de 1914 se expidió la Constitución de Apatzingán. Y eso que no había ninguna antes, pues apenas empezaba a nacer como país independiente.
Antes de la Constitución de 1857, los liberales promulgaron la Ley Juárez, en 1855, aboliendo los fueros clerical y militar, y la Ley Lerdo, en 1856, obligando a la venta de todos los terrenos de la Iglesia que no tuvieran usos directamente religiosos. Pero todavía la Constitución mencionada era insuficiente, y en 1859 se promulgaron las Leyes de Reforma, confiscando bienes de la Iglesia, suprimiendo los monasterios, nacionalizando los cementerios e instituyendo el matrimonio civil.
Antes de la Constitución de 1917, y para no hablar de los años de guerra civil, se promulgaron, por Carranza, la Ley Agraria del 6 de enero de 1915, y por los zapatistas, la Ley de Reforma Agraria del 28 de octubre del mismo año, mucho más avanzada. Es obvio que el problema agrario no podía esperar a que se elaborara una nueva Constitución.
De modo que si hablamos de plazos cortos o medios, lo que puede ocurrir son reformas a la Constitución. Y si se llega a una nueva Constitución, esto implicará ya un cierto grado de maduración del movimiento.
La Jornada
Después de más de mes y medio de vivir en un campamento, ocupando desde el Zócalo hasta Reforma y Periférico, se plantea una convención que aprueba un programa muy amplio y formaría una especie de gobierno alternativo. Difícilmente se podría comprender esto sin considerar, por un lado, el tremendo apoyo a López Obrador, que en este caso se complementa por el gobierno de la ciudad que, obviamente, no se presta para reprimir, y que actúa como negociador entre el campamento y el gobierno federal. Por otro, se entiende que esto suceda por el desprestigio de Fox y del fraude.
Es más difícil aún impugnar estas medidas si se ve que ha logrado dos triunfos simbólicos que, además, habían sido mencionados por López Obrador cuando se conoció la ratificación del fraude: el Informe presidencial y el Grito de la Independencia. En ambos casos, pese a que el todavía presidente anunció como seguro que pronunciaría el discurso en San Lázaro, y que daría el Grito en el Zócalo, en ninguno de los casos lo pudo hacer.
A pesar del machaqueo por la televisión, según un diario, que ha estado contra AMLO pero informa más que la televisión o que el Reforma, 39 por ciento de los ciudadanos considera que la elección presidencial fue un fraude. Este porcentaje es mayor que el resultado oficial de la elección para el mismo López Obrador, que fue de 35 por ciento. De modo que no hay ningún desplome.
Reproduzco dos párrafos de un informe de AMLO en una asamblea informativa en el Zócalo:
"¿Qué significaría en la práctica si la convención decide constituir un gobierno? En primer término, esta decisión sería una manera de protestar, en el marco de la resistencia civil pacífica, ante el fraude y la ruptura del orden constitucional. Crear un gobierno significa protestar por la usurpación. Sería un acto permanente de desobediencia civil ante la violación a la voluntad popular y la usurpación. Sería una respuesta al hampa de la política por la falta de respeto al pueblo de México. En pocas palabras, sería un 'tengan para que aprendan'. Un 'tengan para que aprendan a respetar al pueblo de México'.
"Pero, además, un gobierno surgido de la convención tendría toda la legitimidad necesaria para llevar a la práctica acciones de apoyo y protección a los humildes y a los pobres de México, defendería el patrimonio nacional, combatiría la impunidad y la corrupción, haría valer el derecho a la información e insistiría constantemente en la transformación democrática de las instituciones."
De modo que tiene sentido lo que está ocurriendo. Hay quienes, considerándose a sí mismos como de izquierda, impugnan estos medios de lucha y sostienen que se debe reconocer el resultado oficial, incluso lo reconocen. Les recuerdo el fraude de 1988. La falta de una respuesta adecuada causó un desplome de la izquierda. Recuerdo que en mi distrito, que entonces era el 17, cuando se llamó a formar el PRD no acudió ninguna persona. Y la primera elección en la que participó este partido tuvo un resultado desastroso. Algo muy diferente de lo que estamos viviendo ahora.
Ya dentro de la discusión planteada antes y durante la convención, se ha hablado de reformar la Constitución, y también de formular una nueva. Quiero recordar cómo han sido las cosas en nuestras principales experiencias históricas al respecto.
Antes de formular una Constitución, Morelos tuvo una guerra de Independencia desde 1911, luego se formó el Congreso de Chilpancingo en 1913, y hasta octubre de 1914 se expidió la Constitución de Apatzingán. Y eso que no había ninguna antes, pues apenas empezaba a nacer como país independiente.
Antes de la Constitución de 1857, los liberales promulgaron la Ley Juárez, en 1855, aboliendo los fueros clerical y militar, y la Ley Lerdo, en 1856, obligando a la venta de todos los terrenos de la Iglesia que no tuvieran usos directamente religiosos. Pero todavía la Constitución mencionada era insuficiente, y en 1859 se promulgaron las Leyes de Reforma, confiscando bienes de la Iglesia, suprimiendo los monasterios, nacionalizando los cementerios e instituyendo el matrimonio civil.
Antes de la Constitución de 1917, y para no hablar de los años de guerra civil, se promulgaron, por Carranza, la Ley Agraria del 6 de enero de 1915, y por los zapatistas, la Ley de Reforma Agraria del 28 de octubre del mismo año, mucho más avanzada. Es obvio que el problema agrario no podía esperar a que se elaborara una nueva Constitución.
De modo que si hablamos de plazos cortos o medios, lo que puede ocurrir son reformas a la Constitución. Y si se llega a una nueva Constitución, esto implicará ya un cierto grado de maduración del movimiento.
Algunas tareas urgentes de la CND
Guillermo Almeyra*
La Jornada
Con la CND se pasa de la resistencia a la combinación entre ésta y la refundación de las instituciones y del Estado cambiando la relación de fuerzas entre las clases.
El rechazo al gobierno espurio y a su seudopresidente impuesto por un fraude descomunal, y el nombramiento de un presidente legítimo pero no legalmente reconocido, con un gabinete paralelo al oficial, extienden ahora a todo el territorio nacional la situación de doble poder que se ha instaurado en el estado de Oaxaca, donde la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) controla el territorio, emite bandos de gobierno, ejerce el poder de policía. México tiene ahora -como en otros momentos de su historia- dos gobiernos enfrentados en una lucha que dirimirá, o la represión masiva para que todo "vuelva al orden" o, por el contrario, la extensión nacional y profundización de la movilización y la organización de los sectores populares que se oponen al gobierno de la derecha.
Los desenlaces pueden ser, respectivamente, una dictadura del imperialismo y del gran capital o la convocatoria a una asamblea constituyente que reorganice el país. A diferencia de las anteriores, ésta no sería convocada desde arriba por las fuerzas políticas, sino por un gran movimiento de masas compuesto por miles de comités y asambleas populares en cada estado o región, ya que el movimiento social actual -el más importante y extenso desde los años 30- no depende del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y mucho menos de la dirección del mismo, sino que se apoya en ese partido y en sus aliados, pero va mucho más allá de ellos.
En realidad, con la convención nacional democrática (CND) nace un gran frente social amplio de salvación nacional, compuesto por partidos y sectores que se mueven en las instituciones actuales, pero también por sindicatos, organizaciones campesinas, indígenas, ONG, grupos populares y de intelectuales que buscan cambiar el marco institucional. A la reorganización de México se une así la resistencia y la oposición dentro del sistema y se superponen, en geometría variable, objetivos, fuerzas, programas. El gobierno espurio tiene a su favor el apoyo del imperialismo y del gran capital extranjero y nacional, que controla y explota el país, más el de la jerarquía eclesiástica, así como el conservadurismo pasivo de la mayoría de la población (quienes se abstuvieron, quienes votaron por el PAN, quienes lo hicieron por el PRI o el Panal). Pero sus intenciones represivas y fascistoides van más allá del conservadurismo y esa endeble mayoría pasiva podría desvanecerse si da, como inevitablemente tiende a dar, un paso en falso (IVA sobre medicinas y alimentos, destrucción de la legislación laboral, importación libre de maíz y de frijol subvencionados por Estados Unidos, privatización de Pemex o de la sanidad, represión brutal y masiva).
La CND podría disolver como nieve al sol esa mayoría conservadora que existe en el interior si no se limita a dar el apoyo plebiscitario a Andrés Manuel López Obrador o a la mera oposición institucional sino, por el contrario, llegase a unir la lucha por el respeto al voto, a la voluntad popular, a la ley y la Constitución con las reivindicaciones concretas y de clase de cada sector y de cada localidad. Porque no hay una barrera divisoria entre la reorganización democrática del territorio, en asambleas, para resolver el problema del agua, de la contaminación, de los drenajes, de los salarios, del caciquismo o de la falta de trabajo, de recursos o de insumos para la producción -todos los cuales son problemas democráticos- y la lucha por la democracia, contra la corrupción de los gobernantes y de sus instituciones. Sin democracia no hay justicia, sin justicia no hay agua ni libertad, trabajo o salarios dignos, educación o derechos indígenas.
La gran asamblea inicial del 16 que nombró al presidente legítimo, por lo tanto, debería continuar con miles de asambleas populares y de comités locales que concienticen a sus conciudadanos y, a la vez, organicen el doble poder local. Esos comités elaborarán los cuadernos de reivindicaciones, los programas locales que, como arroyuelos, confluirán en los puntos comunes esenciales de un gran programa común que dará contenido a un enorme torrente social. Es necesario, al mismo tiempo, ganar apoyo y legalidad a escala internacional con una gira que visite las capitales principales, aísle al usurpador, obtenga el apoyo de los trabajadores, sus organizaciones y de los pueblos. Esa gira debería continuar por todas las capitales de los estados y las principales ciudades creando frentes sociales y comités locales, que resuelvan, organicen, renueven sus dirigentes, revocándolos si fuera preciso, y creen miles de nuevos líderes y cuadros, no forzosamente coincidentes con los que fueron elegidos con vistas a las elecciones.
Eso podría recuperar lo que hay de válido en la otra campaña, o sea, el llamado a la autorganización y, en la defensa de los presos de Atenco -como plantea ya el PRD mexiquense- o de la lucha de Oaxaca y acercar a quienes, en esa otra campaña, no hayan sido cegados por el sectarismo. El frente opositor creado en el Congreso debería servir y apuntalar esta movilización proponiendo proyectos de ley que impongan la revocación de los mandatos parlamentarios, la reducción a la mitad de los sueldos de presidente, secretarios y congresistas, el reconocimiento de los derechos indígenas, un aumento general masivo de salarios para desarrollar el mercado interno. La CND debe cambiar el país a partir de la voluntad de lucha de millones de mexicanos y de sus necesidades y reivindicaciones. Como en Bolivia, la constituyente sólo podrá ser el resultado del movimiento social y del respeto por el resultado electoral real.
* Profesor-investigador de la UAM-Xochimilco
La Jornada
Con la CND se pasa de la resistencia a la combinación entre ésta y la refundación de las instituciones y del Estado cambiando la relación de fuerzas entre las clases.
El rechazo al gobierno espurio y a su seudopresidente impuesto por un fraude descomunal, y el nombramiento de un presidente legítimo pero no legalmente reconocido, con un gabinete paralelo al oficial, extienden ahora a todo el territorio nacional la situación de doble poder que se ha instaurado en el estado de Oaxaca, donde la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) controla el territorio, emite bandos de gobierno, ejerce el poder de policía. México tiene ahora -como en otros momentos de su historia- dos gobiernos enfrentados en una lucha que dirimirá, o la represión masiva para que todo "vuelva al orden" o, por el contrario, la extensión nacional y profundización de la movilización y la organización de los sectores populares que se oponen al gobierno de la derecha.
Los desenlaces pueden ser, respectivamente, una dictadura del imperialismo y del gran capital o la convocatoria a una asamblea constituyente que reorganice el país. A diferencia de las anteriores, ésta no sería convocada desde arriba por las fuerzas políticas, sino por un gran movimiento de masas compuesto por miles de comités y asambleas populares en cada estado o región, ya que el movimiento social actual -el más importante y extenso desde los años 30- no depende del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y mucho menos de la dirección del mismo, sino que se apoya en ese partido y en sus aliados, pero va mucho más allá de ellos.
En realidad, con la convención nacional democrática (CND) nace un gran frente social amplio de salvación nacional, compuesto por partidos y sectores que se mueven en las instituciones actuales, pero también por sindicatos, organizaciones campesinas, indígenas, ONG, grupos populares y de intelectuales que buscan cambiar el marco institucional. A la reorganización de México se une así la resistencia y la oposición dentro del sistema y se superponen, en geometría variable, objetivos, fuerzas, programas. El gobierno espurio tiene a su favor el apoyo del imperialismo y del gran capital extranjero y nacional, que controla y explota el país, más el de la jerarquía eclesiástica, así como el conservadurismo pasivo de la mayoría de la población (quienes se abstuvieron, quienes votaron por el PAN, quienes lo hicieron por el PRI o el Panal). Pero sus intenciones represivas y fascistoides van más allá del conservadurismo y esa endeble mayoría pasiva podría desvanecerse si da, como inevitablemente tiende a dar, un paso en falso (IVA sobre medicinas y alimentos, destrucción de la legislación laboral, importación libre de maíz y de frijol subvencionados por Estados Unidos, privatización de Pemex o de la sanidad, represión brutal y masiva).
La CND podría disolver como nieve al sol esa mayoría conservadora que existe en el interior si no se limita a dar el apoyo plebiscitario a Andrés Manuel López Obrador o a la mera oposición institucional sino, por el contrario, llegase a unir la lucha por el respeto al voto, a la voluntad popular, a la ley y la Constitución con las reivindicaciones concretas y de clase de cada sector y de cada localidad. Porque no hay una barrera divisoria entre la reorganización democrática del territorio, en asambleas, para resolver el problema del agua, de la contaminación, de los drenajes, de los salarios, del caciquismo o de la falta de trabajo, de recursos o de insumos para la producción -todos los cuales son problemas democráticos- y la lucha por la democracia, contra la corrupción de los gobernantes y de sus instituciones. Sin democracia no hay justicia, sin justicia no hay agua ni libertad, trabajo o salarios dignos, educación o derechos indígenas.
La gran asamblea inicial del 16 que nombró al presidente legítimo, por lo tanto, debería continuar con miles de asambleas populares y de comités locales que concienticen a sus conciudadanos y, a la vez, organicen el doble poder local. Esos comités elaborarán los cuadernos de reivindicaciones, los programas locales que, como arroyuelos, confluirán en los puntos comunes esenciales de un gran programa común que dará contenido a un enorme torrente social. Es necesario, al mismo tiempo, ganar apoyo y legalidad a escala internacional con una gira que visite las capitales principales, aísle al usurpador, obtenga el apoyo de los trabajadores, sus organizaciones y de los pueblos. Esa gira debería continuar por todas las capitales de los estados y las principales ciudades creando frentes sociales y comités locales, que resuelvan, organicen, renueven sus dirigentes, revocándolos si fuera preciso, y creen miles de nuevos líderes y cuadros, no forzosamente coincidentes con los que fueron elegidos con vistas a las elecciones.
Eso podría recuperar lo que hay de válido en la otra campaña, o sea, el llamado a la autorganización y, en la defensa de los presos de Atenco -como plantea ya el PRD mexiquense- o de la lucha de Oaxaca y acercar a quienes, en esa otra campaña, no hayan sido cegados por el sectarismo. El frente opositor creado en el Congreso debería servir y apuntalar esta movilización proponiendo proyectos de ley que impongan la revocación de los mandatos parlamentarios, la reducción a la mitad de los sueldos de presidente, secretarios y congresistas, el reconocimiento de los derechos indígenas, un aumento general masivo de salarios para desarrollar el mercado interno. La CND debe cambiar el país a partir de la voluntad de lucha de millones de mexicanos y de sus necesidades y reivindicaciones. Como en Bolivia, la constituyente sólo podrá ser el resultado del movimiento social y del respeto por el resultado electoral real.
* Profesor-investigador de la UAM-Xochimilco
Relevancias de la CND
Sique
1,025,000 delegadas y delegados estaban inscritos en la CND hasta las 12:00 del día.
Los asistentes llenaron el Zócalo y las calles de Madero, 16 de septiembre, cinco de mayo, 20 de noviembre y circundantes. El pueblo resistió un chubasco de 45 minutos sin moverse.
Dante Delgado llevó la orden del día.
A las 17:05 Elena Poniatowska inaugura los trabajos de la CND que busca una salida legal establecida en el artículo 39 de la Constitución a los problemas nacionales, dentro de la mayor honestidad, limpieza y tolerancia.
Los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Convergencia ratificaron su apoyo al ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador que se expresa en la Convención Nacional Democrática.
El presidente del PRD, Leonel Cota Montaño, dijo que sin importar las amenazas, su partido no le dará la espalda al movimiento encabezado por López Obrador. Luego de reprobar de nuevo a consejeros del IFE y a magistrados del TEPJF, llamó a sus seguidores a transformar al país, porque los grandes cambios de México nunca han venido de las oficinas públicas sino de los movimientos sociales.
El senador Alberto Anaya, integrante de la dirección nacional del PT, ratificó a su vez el apoyo de su partido a la lucha que encabeza Andrés Manuel López Obrador para fundar la cuarta República porque México necesita un cambio profundo de sus instituciones y estarán con Andrés Manuel López Obrador, en el Frente Amplio Progresista.
El secretario general de Convergencia, Pedro Jiménez León, advirtió que su partido no abandonará la lucha democrática porque “somos un movimiento poderoso con cauces y caminos para acabar con quienes de mala fe quieren derrotarnos”, señaló que la fortaleza de la Nación se basa en el pueblo y en que el pueblo viva con dignidad, como es la intención de este movimiento político y social. Adelantó que los miembros de la Convención no regresarán ni a su casa ni a sus estados con las manos vacías y que no abandonarán sus banderas ni la lucha democrática, sino que la transformarán con los acuerdos de este foro y del Frente Amplio Progresista.
Rafael Barajas, El Fisgón, expuso sobre la lucha por la democracia en función del derecho a la información y la libertad de expresión.
Hermelinda Tiburcio Cayetano, representante de los pueblos indígenas, rechazó la imposición de Calderón y negarse a aguantar otros seis años de un gobierno de ricos.
Rafael Hernández Estrada, integrante de la Comisión Organizadora, señaló que parte del trabajo de la CND será por la unidad popular de todos los sectores sociales y por conservar su carácter plural, diverso, crítico, democrático y participativo.
Martín Esparza Flores, Secretario General del Sindicato Mexicano de Electricistas se pronunció por impedir las reformas constitucionales encaminadas a privatizar el sector energético.
Malú Micher, ex diputada federal del PRD, apuntó hacia el combate a la corrupción y la eliminación del tráfico de influencias y privilegios.
La resoluciones por las que se votaron fueron:
1.- ¿Están de acuerdo en desconocer al usurpador Felipe Calderón como Presidente de la República?
Sí, unánime. La CND desconoce a Felipe Calderón como Presidente de la República.
2.- ¿Están de acuerdo en rechazar la República simulada y en declarar la abolición del régimen de corrupción y privilegios?
Sí, unánime. La CND rechaza la República simulada y declara la abolición del régimen de corrupción y privilegios.
3.- ¿Están de acuerdo en reconocer el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales del 2 de julio?
Sí, unánime. La CND reconoce el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones del 2 de julio.
4.- ¿Están de acuerdo que Andrés Manuel López Obrador sea reconocido como Presidente de México o como Coordinador de la Resistencia.
Una gran mayoría lo reconoció como Presidente de México y una minoría como Coordinador de la Resistencia.
Andrés Manuel López Obrador fue elegido legítimo Presidente de México.
5.- En su caso, ¿están de acuerdo en que Andrés Manuel López Obrador integre un Gabinete, elija una sede de gobierno, observe Protocolo Republicano; y recabe fondos propios?
Sí, unánime. Andrés Manuel López Obrador integrará un Gabinete que observe Protocolo Republicano y recabará fondos propios.
6.- En su caso, ¿qué fecha sería mejor para su toma de posesión, el 20 de noviembre o el 1 de diciembre de 2006?
Una mayoría votó por el 20 de noviembre y una minoría por el 1 de diciembre. Andrés Manuel López Obrador tomará posesión de su cargo como legítimo Presidente de México el 20 de noviembre a las 5:00 de la tarde.
7.- ¿Están a favor del Programa Básico de la Convención?:
Combatir la pobreza y la desigualdad. Defender los derechos sociales (educación, salud y vivienda), económicos (trabajo y saliro justo), culturales (diversidad y derechos de las minorías) y políticos de todos los mexicanos, particularmente de los pueblos indios, mujeres, personas con capacidades diferentes y adultos mayores.
Defender el patrimonio de la Nación. No se permitirá la privatización del petróleo, gas y electricidad; tampoco de la educación pública, de la salud y de la seguridad social. Se defenderán los recursos naturales estratégicos como el agua y los bosques; la independencia y la soberanía de la Nación.
Haremos valer el derecho público a la información. Que los medios de comunicación, públicos y privados, garanticen espacios a todas las expresiones sociales, culturales y políticas, brinden información veraz y objetiva, enriquezcan la cultura de los mexicanos y contribuyan a la democratización del país.
Rechazamos el Estado patrimonialista. Que el gobierno siga en manos de una minoría, lucharemos contra la corrupción y la impunidad. Castigo a quienes desde el poder cometen abusos y se enriquezcan.
Luchar por la renovación profunda de las instituciones.
Sí, unánime.
8.- ¿Están de acuerdo con la realización de un pleibiscito para impulsar un proceso constituyente con el propósito de que las instituciones sean efectivamente del pueblo y para el pueblo?
Sí, unánime. Se realizará un pleibiscito para impulsar un proceso constituyente con el propósito de que las instituciones sean efectivamente del pueblo y para el pueblo
9.- ¿Aprueban la integración de las comisiones de la Convención Nacional Democrática?
Comisión Política Nacional: Elena Poniatowska, Berta Maldonado, Socorro Díaz, Jesusa Rodríguez, Federico Arreola, Dante Delgado, Rafael Hernández Estrada, José Agustín Ortiz Pinchetti y Fernando Schütte. Más los miembros de las Comisiones Estatales.
Sí, unánime.
Comisión de Resistencia Civil: Jesusa Rodríguez, Martí Batres, Guadalupe Acosta Naranjo, Gerardo Fernández Noroña, Layda Sansores, Herón Escobar, Carlos Imaz, Ramón Pacheco y Alfonso Ramírez Cuéllar.
Sí, en mayoría. Algunas voces empezaron a protestar por la designación de Carlos Imaz.
Comisión del Proceso Constituyente: Enrique González Pedrero, José Agustín Ortiz Pinchetti, Jaime Cárdenas, Ignacio Marván, Elisur Arteaga, Horacio Duarte, Arturo Núñez, Ricardo Monreal, Leticia Bonifaz, Julio Scherer Ibarra, Juan Ramiro Robledo y Eduardo Beltrán.
Sí, unánime.
11. Se aprobó el Programa de Acciones de la Resistencia Civil.
12. ¿Están de acuerdo que la próxima reunión de la Convención Nacional Demócratica sea el 21 de marzo de 2007?
Sí, en mayoría. Algunas voces externaron que querían que fuese antes, el 2 de octubre proponían.
Las resoluciones de la CND son de carácter voluntario, no obligatorio. No se pide incondicionalidad a nadie. Este movimiento está integrado por ciudadanos libres y conscientes.
Andrés Manuel López Obrador pasó al podium entre una multitud que lo ovacionaba y en síntesis expuso que la descomposición del régimen viene de lejos y que se acentúo en los últimos tiempos y quedando al descubierto con el fraude electoral; que tiene como antecedente el proyecto salinista que se convirtió en un comité al servio de banqueros, traficantes de influencias y políticos corruptos.
Advirtió a los hombres del viejo régimen que no claudicaremos, tenemos el derecho a la esperanza, no aceptamos el fraude como el destino para nuestro pueblo; que hemos decidido emprender la construcción de una nueva República y que aprobado el plan de resistencia civil pacífica y la preparación de los trabajos para la reforma constitucional se logrará que las instituciones sean realmente del pueblo y para el pueblo.
Señaló que el Frente Amplio Progresista ha surgido en el momento preciso, cuando a la vista de todos se ha conformado un bloque de fuerzas derechistas, a partir de la alianza abierta y descarada entre el PAN y las cúpulas del PRI, de modo que el Frente Amplio Progresista tendrá como principio básico enfrentar al bloque conservador. Señaló que a final de cuentas habíamos regresado a lo que es la historia de México: antes eran liberales y conservadores, ahora en la lucha política de nuestro país habrá dos agrupamientos distintos y contrapuestos: derechistas y progresistas.
Dijo que esta convención había decidido también crear un nuevo gobierno, que se instituye para ejercer y defender los derechos del pueblo; que el gobierno que emerge será obligadamente nacional, tendrá una sede en la capital de la República y al mismo tiempo será itinerante para observar, escuchar y recoger el sentir de todos los sectores y de todas las regiones del país.
Explicó que aceptaba el cargo de presidente de México porque rechazamos la imposición y la ruptura del orden constitucional; que aceptar el fraude electoral como algunos estaban proponiendo y reconocer a un gobierno usurpador significaría posponer indefinidamente el cambio democrático del país; y que si nuestros adversarios se imponían con el dinero, el prejuicio conservador, la injusticia, la propiedad de los medios informativos, nosotros contabamos con la voluntad de cambio de millones de personas. Por lo tanto, en estos momentos de definición supimos estar a la altura de las circunstancias.
Después de ovaciones y consignas la multitud salió feliz cerca de las 8 de la noche, todavía medio mojada del aguacero que había soportado. Una alegre caminata para salir de la Plaza de la Constitución, se gritaban consignas "se ve, se siente tenemos presidente", "es un honor estar con Obrador"... se felicitaban unos a otros.
GRAN 16 DE SEPTIEMBRE DE 2006.
ÉSTE ES NUESTRO PRESIDENTE DE LA NUEVA REPÚBLICA


sábado, septiembre 16, 2006
AMLO en la CND
El grito del 15 de septiembre de 2006
Sique
Fotos: Seb Tal
Fotos: Seb Tal
La conciencia cívica se exalta cuando ante una imposición surge el sentimiento de rebeldía y el valor para reclamar los derechos ciudadanos. Este fue un grito de Independencia que no sólo conmemoró el del cura Hidalgo sino el actual: la independencia de los facciosos que no respetan la voluntad popular y pisotean al pueblo robando de sus arcas. Esta vez la voluntad popular se impuso y se gritó con más emoción y más sentido porque no fue el grito de la simulación; esta vez fueron Alejandro Encinas, un Jefe de Gobierno ético y Rosario Ibarra de Piedra, una luchadora social, quienes asomaron al balcón del viejo ayuntamiento, la multitud los vitoreó con la gratitud que se merecen, se veían contentos. Mientras el Palacio Nacional permaneció casi oculto en la oscuridad de la noche, abandonado.
Encinas dió el grito:

"Vivan los héroes que nos dieron Patria y Libertad! ¡Viva Hidalgo! ¡Viva Morelos! ¡Viva Allende! ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez! ¡Viva Guerrero! ¡Viva Juárez! ¡Viva nuestra Independencia! ¡Viva la soberanía popular! (un viva para nosotros)"
Encinas tañó la campana que le donó el movimiento. Hubo emoción, se gritaron innumerables consignas en honor de López Obrador y en contra de Abascal que parecía una momia junto al grupo sonriente de Encinas, su esposa y Rosario, mientras la pirotecnia iluminaba el Zócalo.
¡Fuera Abascal!, ¡fuera Abascal!, ¡fuera Abascal!


Hubo un momento en que Encinas saludó sonriendo hacia el templete y simuló un abrazo, ahí estaba AMLO con Eugenia León. Todos se volvieron hacia Andrés Manuel López Obrador y cantaron el himno nacional con él y la V de la Victoria en alto.


Fue un gran GRITO DE INDEPENDENCIA y mañana a luchar por ella en la
CONVENCIÓN NACIONAL DEMOCRÁTICA.
CONVENCIÓN NACIONAL DEMOCRÁTICA.
A la nochecita
Esto ya se está haciendo costumbre. No podemos evitar traernos de La Hora del Pueblo las letras de Jaime Avilés que un día desmenuzan la realidad, al siguiente nos ofrece un vistazo lleno de humanidad y hoy pone a cada quien en su lugar.
A LA NOCHECITA
...Con Jaime Avilés
=Para criticar a López Obrador, Adolfo Gilly debe deslindarse de Cuauhtémoc
Cuando el año pasado terminaron exitosamente las movilizaciones contra el desafuero, Adolfo Gilly, maestro de maestros, escribió que el episodio en su conjunto no había sido sino “el reality-show más grande de todos los tiempos”. Era una manera, un tanto venenosa, de insinuar que el intento de Vicente Fox y la ultraderecha empresarial por meter en la cárcel a Andrés Manuel López Obrador e impedirle participar en las elecciones de este año, en realidad era una trampa. Que existía un arreglo oscuro para proyectar al tabasqueño a la cima del poder, donde gobernaría en favor de los intereses salinistas.
Gilly se agarró de allí para hacerle segundas al subcomandante Marcos en la tonadita esa de que López Obrador era el verdadero peligro para la auténtica izquierda en México, un error de interpretación que terminaría por situar al vocero del Ejército Zapatista en la misma tesitura que Dick Morris y Antonio Solá, los mercenarios que montaron la campaña “López-Obrador-un-peligro-para-México”.
Uno de los aspectos que más horrorizaba a Gilly era la incorporación de ex colaboradores distinguidos de Carlos Salinas de Gortari al equipo de López Obrador, como si Manuel Camacho, Socorro Díaz y otros que en efecto se destacaron como operadores políticos del presidente más destructivo que ha tenido México no hubieran roto, andando el tiempo, con esa fracción de la élite mexicana que se ahogó bajo una mezcla de sangre y de mierda al cabo de tantos asesinatos y tanta corrupción.
Ahora Gilly olvida sus recientes predicciones –las hizo, cuando mucho, en mayo de 2005-- y afirma en su artículo de hoy, aparecido en La Jornada, que “desde la feria de bufones del desafuero, desbaratada por la movilización popular, estaba claro que los poderes reales no iban a dejar pasar a López Obrador. Y así lo hicieron”. Bueno de reality show más grande de todos los tiempos a feria de bufones hay un aparente cambio de enfoque apostando quizá a la desmemoria de quienes lo lean.
En otros casos no: Gilly machaca y reitera lo que astuto planteó después del 2 de julio: que todos los diputados, senadores y asambleístas electos del PRD renunciaran a sus cargos. Pero antes, cuando creía que López Obrador era el enemigo a vencer, había llamado a todos y a todas a “renunciar a los privilegios” y volver a comenzar desde abajo.
Ahora expone que como no renunciaron a sus cargos pero van a apoyar al gobierno en rebeldía de López Obrador “mientras permanecen (…) en el Congreso del otro gobierno, el institucional”, se “permitirá” no respetarlos. Aquí se abre una enorme pregunta: ¿aún respeta Gilly a Cuauhtémoc Cárdenas, que tampoco renunció a su nombramiento como coordinador de fiestas patrias de Fox y teóricamente de Felipe Calderón, y que, al igual que los levantacejas de Televisa, no vio ni una sola prueba del fraude electoral, ni expresó al respecto la menor sospecha, ni criticó a su hijo Lazarito por reconocer sin tardanza la supuesta “victoria” del panista?
No, eso para Gilly no es relevante, como no lo fue la chusma que acompañó a Cuauhtémoc –léase Luis Tellez, el ex secretario de Energía de Zedillo o Claudio X González, el hombre de negocios de Salinas y muchos salinistas en activo como esos, que lo reclasificaron como “izquierdista maduro”-- durante la desfalleciente precampaña del ingeniero en pos de la cuarta candidatura presidencial.
Para que las críticas de Gilly a López Obrador asciendan a la esfera de la coherencia política y la congruencia ética, el maestro de maestros está obligado a deslindarse del ingeniero Cárdenas, de las acusaciones de traición que pesan sobre éste, relativas a su pacto secreto con Salinas de Gortari en 1988 y a su actual y renovada alianza con los intereses del salinismo.
De lo contrario, si Gilly no cumple con ese mínimo requisito moral, sus agudas observaciones, como las lamentables declaraciones de Cárdenas, serán simple papel mojado, letra muerta, bolas de humo, tornillos sin tuercas. Mañana, después del desfile militar, empezará la Convención Nacional Democrática. Y más tarde, a la nochecita, nos veremos aquí para comentar lo que haya sucedido.
Presiento que ésta historia tiene un "continuará".
A LA NOCHECITA
...Con Jaime Avilés
=Para criticar a López Obrador, Adolfo Gilly debe deslindarse de Cuauhtémoc
Cuando el año pasado terminaron exitosamente las movilizaciones contra el desafuero, Adolfo Gilly, maestro de maestros, escribió que el episodio en su conjunto no había sido sino “el reality-show más grande de todos los tiempos”. Era una manera, un tanto venenosa, de insinuar que el intento de Vicente Fox y la ultraderecha empresarial por meter en la cárcel a Andrés Manuel López Obrador e impedirle participar en las elecciones de este año, en realidad era una trampa. Que existía un arreglo oscuro para proyectar al tabasqueño a la cima del poder, donde gobernaría en favor de los intereses salinistas.
Gilly se agarró de allí para hacerle segundas al subcomandante Marcos en la tonadita esa de que López Obrador era el verdadero peligro para la auténtica izquierda en México, un error de interpretación que terminaría por situar al vocero del Ejército Zapatista en la misma tesitura que Dick Morris y Antonio Solá, los mercenarios que montaron la campaña “López-Obrador-un-peligro-para-México”.
Uno de los aspectos que más horrorizaba a Gilly era la incorporación de ex colaboradores distinguidos de Carlos Salinas de Gortari al equipo de López Obrador, como si Manuel Camacho, Socorro Díaz y otros que en efecto se destacaron como operadores políticos del presidente más destructivo que ha tenido México no hubieran roto, andando el tiempo, con esa fracción de la élite mexicana que se ahogó bajo una mezcla de sangre y de mierda al cabo de tantos asesinatos y tanta corrupción.
Ahora Gilly olvida sus recientes predicciones –las hizo, cuando mucho, en mayo de 2005-- y afirma en su artículo de hoy, aparecido en La Jornada, que “desde la feria de bufones del desafuero, desbaratada por la movilización popular, estaba claro que los poderes reales no iban a dejar pasar a López Obrador. Y así lo hicieron”. Bueno de reality show más grande de todos los tiempos a feria de bufones hay un aparente cambio de enfoque apostando quizá a la desmemoria de quienes lo lean.
En otros casos no: Gilly machaca y reitera lo que astuto planteó después del 2 de julio: que todos los diputados, senadores y asambleístas electos del PRD renunciaran a sus cargos. Pero antes, cuando creía que López Obrador era el enemigo a vencer, había llamado a todos y a todas a “renunciar a los privilegios” y volver a comenzar desde abajo.
Ahora expone que como no renunciaron a sus cargos pero van a apoyar al gobierno en rebeldía de López Obrador “mientras permanecen (…) en el Congreso del otro gobierno, el institucional”, se “permitirá” no respetarlos. Aquí se abre una enorme pregunta: ¿aún respeta Gilly a Cuauhtémoc Cárdenas, que tampoco renunció a su nombramiento como coordinador de fiestas patrias de Fox y teóricamente de Felipe Calderón, y que, al igual que los levantacejas de Televisa, no vio ni una sola prueba del fraude electoral, ni expresó al respecto la menor sospecha, ni criticó a su hijo Lazarito por reconocer sin tardanza la supuesta “victoria” del panista?
No, eso para Gilly no es relevante, como no lo fue la chusma que acompañó a Cuauhtémoc –léase Luis Tellez, el ex secretario de Energía de Zedillo o Claudio X González, el hombre de negocios de Salinas y muchos salinistas en activo como esos, que lo reclasificaron como “izquierdista maduro”-- durante la desfalleciente precampaña del ingeniero en pos de la cuarta candidatura presidencial.
Para que las críticas de Gilly a López Obrador asciendan a la esfera de la coherencia política y la congruencia ética, el maestro de maestros está obligado a deslindarse del ingeniero Cárdenas, de las acusaciones de traición que pesan sobre éste, relativas a su pacto secreto con Salinas de Gortari en 1988 y a su actual y renovada alianza con los intereses del salinismo.
De lo contrario, si Gilly no cumple con ese mínimo requisito moral, sus agudas observaciones, como las lamentables declaraciones de Cárdenas, serán simple papel mojado, letra muerta, bolas de humo, tornillos sin tuercas. Mañana, después del desfile militar, empezará la Convención Nacional Democrática. Y más tarde, a la nochecita, nos veremos aquí para comentar lo que haya sucedido.
Presiento que ésta historia tiene un "continuará".
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