Nota en La Jornada
Sus derechos humanos, pisoteados: Clara Ochoa
Los trabajadores agrícolas, "pobres entre los pobres"
ERNESTO MARTINEZ ELORRIAGA CORRRESPONSAL -
Morelia, Mich., 6 de septiembre. Los trabajadores agrícolas que forman la migración interna del país son "pobres entre los pobres"; sus derechos humanos y laborales son pisoteados por los patrones, entre ellos extranjeros, que los explotan y tienen viviendo en condiciones infrahumanas, afirmó Clara Ochoa Méndez, titular del Consejo Estatal de Población.
La mayoría proviene de zonas indígenas de Chiapas, Oaxaca y Guerrero. Primero buscan trabajo en lugares cercanos, en los municipios más poblados, otros van hacia las grandes ciudades, entre ellas el Distrito Federal, Guadalajara y Puebla, y muchos más buscan laborar en el campo, por sueldos que no rebasan los 60 pesos.
Trabajan en los cultivos y cosechas de frutas y hortalizas en Sinaloa, Guanajuato y Michoacán, entre otras entidades, comentó Ochoa Méndez, quien sostuvo que tiene un proyecto de investigación, no obstante que en las visitas que han hecho a esos lugares pudo constatar que hay familias que viven hacinadas en galerones, otras en cuartos reducidos con techo de cartón.
En los cultivos de melón y de otras frutas y hortalizas los patrones son extranjeros que rentan por 3 mil pesos al año una hectárea, pero lo más grave es que al usar en exceso el fertilizante químico están echando a perder las tierras. "Esos empresarios no viven en el estado, tiene capataces que se encargan de organizar la producción", indicó.
En Michoacán, las regiones de Apatzingán y Zamora, Yurécuaro y el Bajo Balsas laboran los jornaleros agrícolas en condiciones deplorables que se asemejan mucho con la esclavitud, pues prácticamente son utilizados para cosechar y cargar los productos hasta los camiones de carga, indicó.
Sostuvo que los recursos que destina la Secretaría de Desarrollo Social son mínimos, pues no sirven de mucho 4 millones de pesos para atender a 100 mil jornaleros que carecen de los servicios más elementales, y sobre todo los niños que no tienen acceso a la educación y que también trabajan al parejo que sus padres.
Comento: Esta es una de las tantas situaciones que tenemos que cambiar con urgencia. Este dolor ya es insoportable para nuestras conciencias. No es posible seguirlo permitiendo. Hay que luchar con todo por nuestros hermanos que viven en la esclavitud, porque esto es esclavitud, no pretendamos negarlo. Esto no puede seguir sucediendo, no puede uno tener la conciencia en paz mientras estos jornaleros y sus hijos vivan así.
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