En Proceso
Acosado por la oposición que lo tilda de usurpador, con el asedio de sus patrocinadores que le exigen cuotas en el gabinete, y en medio de una sociedad polarizada por la desigualdad, Felipe Calderón enfrenta un mínimo margen de maniobra que lo obliga a hacer deslindes claros. Ya se perfilan dos: la ruptura con el amateurismo político, las frivolidades y el estilo gerencial del foxismo; y el “rescate” del PAN, hoy controlado por la facción ultraderechista de El Yunque, plantea Proceso en su edición 1560 de este domingo 24 de septiembre.
“El foxismo se expresa, plásticamente, en tres elementos y símbolos: un águila mocha, una pareja presidencial y unos head hunters para definir el gabinete. Eso no se va a repetir con Felipe Calderón”, adelanta Germán Martínez Cázares, uno de los políticos más cercanos al sucesor Fox.
Respecto a la Organización Nacional del Yunque en su partido, asienta: “Tenemos claro quiénes son los extremistas en el PAN, y, a esos, interna, doméstica y democráticamente debemos combatirlos, pero con la misma intensidad debe llamarse a combatir a los extremistas del PRD”.
Otro prominente panista, el exsenador Javier Corral, reconoce que Calderón enfrenta un escenario complejo que le heredan el foxismo y el proceso electoral que polarizó todavía más a la sociedad, de por sí dividida por la profunda desigualdad social.
“El deterioro de la Presidencia de la República a manos de Fox fue brutal; ya ni hablemos del jefe de Estado, que nunca existió. Fox prostituyó la palabra, prostituyó el lenguaje, y quien prostituye el lenguaje, lo prostituye todo”, sentencia.
Calderón, además, se verá obligado a realizar otros deslindes: con personajes como Elba Esther Gordillo y lo peor del priismo; y con los empresarios que pretenderán cobrarle facturas, como los beneficiarios de la Ley Televisa.
domingo, septiembre 24, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario