lunes, octubre 16, 2006

Elecciones, ¿para qué?

Astillero

Julio Hernández López

Desenlaces programados
Oaxaca, el gran riesgo
Gordillo asoma la guadaña

Tabasco es la confirmación de que la vía electoral está siendo gradualmente cerrada por una derecha hipócrita que al arsenal de defraudación del 2 de julio anterior ha agregado esta vez el ingrediente de un priísmo delincuencial sin tope que, entre más embarre de suciedad al foxismo-calderonismo, más lo tendrá como cómplice y rehén. La combinación de la mojigatería hildebrándica con la impudicia madracista ha producido la explícita vuelta al reino de los dinosaurios que se vivió ayer en aquella entidad. De mantenerse el esquema del control de conciencias a través de la demoscopía, la propaganda y los medios, más la defraudación electoral tradicional y el uso abierto de la fuerza pública y la provocación, como sucedió ayer en Tabasco, en el futuro inmediato no tendrán sentido los actos comiciales, pues explícitamente estarán sujetos a desenlaces programados.

Lo peor de todo es que en desastres cívicos como el de Tabasco -como el del país entero- no hay posibilidad de construir pistas de esperanza partidista que permitan el aterrizaje de ánimos contrariados. Es reprochable lo que han hecho el priísmo madracista (que pretende seguir con Tabasco como botín regional) y el panismo sin capital electoral local (pero deseoso de dar un golpe nativo al lopezobradorismo para allanar el camino a Los Pinos al precario Calderón), pero esas connotaciones negativas no transforman automáticamente en bueno al contrincante aniquilado a la mala, César Raúl Ojeda, empresario de Villahermosa que estableció los contactos originales entre el equipo de López Obrador en el gobierno capitalino y Carlos Ahumada, el gran corruptor del perredismo, que desde luego dejó beneficios al candidato Ojeda y a alguno de sus familiares.

El escándalo electoral del trópico no desplaza a Oaxaca del primer lugar de la agenda política nacional de los conflictos (a fin de cuentas, en Tabasco la pelea ha sido entre los intereses de aprovisionamiento de dos candidatos presidenciales derrotados o, dicho de otra manera, entre la supervivencia de un cacicazgo compartido entre Roberto Madrazo y Manuel Andrade sobre el químico Andrés Granier, y un cacicazgo de Andrés Manuel sobre un César Ojeda disminuido de origen por un activismo electoral de AMLO que se fue a Tabasco a hacer campaña como si el candidato estatal fuera él, regalando al calderonismo un paréntesis nacional que ha ayudado a enfriar el tema poselectoral que, sin embargo, ahora será retomado con el 20 de noviembre en lista de espera).

Contra el optimismo santiguado de quienes ya se aprestaban a proponer a San Carlos María Abascal para el Premio Nobel de la Paz (o, de perdis, para que repita en Gobernación), el cubo de Rubik de Oaxaca sólo aparenta en algunas de sus caras que se ha logrado la combinación perfecta, pero esas visiones beatíficas de armonía política se descomponen a partir de un solo cuadro de color sin acomodo. He ahí entonces que el iluminado paisaje de días atrás se ha ido volviendo sombrío y ruinoso, con instantes de gran peligro de desmoronamientos o desbordamientos como el sucedido la madrugada, en que dos personas, militares según los indicios disponibles, dispararon contra simpatizantes de la APPO y asesinaron a uno. Momentos de peligro institucional como el que hoy se vivirá cuando la mano dura del gobierno federal presione para actuar porque a su entender los miembros de la APPO y los maestros de la sección 22 del magisterio no están cumpliendo con las expectativas de negociación que el Santo de Bucareli había creído firmes e irreversibles: regreso a clases o muerte, parecería ser el grito de los fundamentalistas abascalinos que se sienten traicionados porque sus presuntos acuerdos en firme resultaron mero arrebato místico.

En ese contexto de sacro desencanto, la profesora Elba Esther Gordillo ha creído conveniente aparecer públicamente (pobre calderonismo crucificado en dos frentes: en Tabasco tiene que hacer tratos -o permitir que los hagan a nombre de él- con el madracismo, que es sinónimo de agandalle y bribonería; en Oaxaca con el gordillismo, que le tiene el pie puesto en el cuello a escala nacional pero ahora también asoma su guadaña cobradora de mies en la Oaxaca devastada). Esa reaparición fue en dos frentes. En el primero, en el que habló a título propio, la profesora advirtió que estudiará la posibilidad de desconocer la sección 22 del SNTE y dijo que el conflicto de la entidad se debe a los intereses del priísta Ulises Ruiz y del ahora calderonista Diódoro Carrasco. En el segundo frente, la consejera en jefe del presidente formal del IFE hizo que éste pronunciara algunas palabras llenas de reconfortante cinismo: según el corresponsable histórico del fraude electoral del pasado 2 de julio (se habla de Luis Carlos Ugalde, instrumento operativo de EEG), es necesario pensar en cambios para siguientes comicios, pues en los pasados hubo aspectos omisos o confusos que requieren ser atendidos más adelante (¡oh, sí: muerto el 2 de julio, tapen el pozo legal!).

Tan feos asuntos de la grilla mundana no tienen cabida en el rincón del cielo que a un mexicano ilustre ha regalado el Santo Padre B-15. Ayer el santoral fue enriquecido con la presencia de Rafael Guízar y Valencia, tío de Marcial Maciel, fundador, éste, de los Legionarios de Cristo, a quien el mismo B-15 retiró a oración para no indagar más sobre desviaciones sexuales largamente denunciadas a las que el antecesor JPII no quiso dar seguimiento ni castigo aunque contemplativo éste fuera. Entre la muchedumbre gozosa por el arribo de un mexicano más a la nómina sagrada estaban el canciller de los desastres, Luis Ernesto siempre Al Derbez, y el comisionado de El Yunque para asuntos vaticanos, Luis Felipe Bravo Mena.

Y mientras el caso Tabasco se encamina al tribunal electoral federal (y la izquierda, o los segmentos sociales progresistas, son mantenidos en la ilusión electorera de que los candidatos contrarios al PRIAN son por ello "buenos"), y mientras Oaxaca vuelve a colocar focos rojos en el escenario nacional, ¡hasta mañana, en esta columna que le invita a ver hoy, en la Otratele (página de Internet de La Jornada), la entrevista de Juan Bautista con el pintor Francisco Toledo, los reportajes de Alejandro Hernández sobre actos de resistencia civil (uno mediante un desnudo) y los comentarios de este tecleador y voceador!

Lloverán ahora las críticas contenidas por estar a la expectativa de los sucesos sobre López Obrador: por un lado los adversarios declararán como bien lo predijo AMLO que su fuerza ha disminuido en tanto, después de tanto trabajo político, no pudo coadyuvar a la victoria del candidato de la coalición, ni aún en su propia tierra; por el otro, que para qué anda apoyando a un candidato que ni era tan bueno, exponiéndose a perder capital político con la derrota de su candidato. Ahora sí, intelectuales que esperan cualquier coyuntura para golpearlo, dénse vuelo. Sólo la gente que genuinamente lo apoya, porque no se está jugando nada en beneficio personal sino por el bien de todos, seguirá creyendo que la única esperanza que tienen los mexicanos de tener un país mejor es unidos para efectuar un cambio, y con un líder que tiene inteligencia, pasión y buenas intenciones, pero que ni es mago, ni Dios, ni posee poderes mágicos sino una realidad sumamente adversa.

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