Miguel Angel Velázquez
Todo sucedió como estaba previsto, los señores del dinero se apoderaron de lo que siempre fue suyo: el Partido Acción Nacional en la capital del país, al que siempre procuraron desde las sombras, es decir, desde donde no los pudiera descubrir y castigar el priísmo con el que tejían, sin cesar, los mantos de impunidad y corrupción.
Ahora, ya sin máscara, impunes y envalentonados, dan la cara y prometen comprar gente y más gente en el DF siempre en nombre del humanismo que, por si algo faltara, también es democrático para impedir, dicen, los peligros del populismo que atormentan a los ciudadanos chilangos. El proyecto del odio que encabeza Felipe Calderon tiene su primera estación en la ciudad de México. La idea principal es provocar y destruir la imagen de Andrés Manuel López Obrador, y eso incluye, desde luego, alentar los conflictos internos en el PRD. El plan está hoy, así lo dicen los azules, fuera del alcance de su presidente, Manuel Espino, por lo que el control total del PAN-DF estará en manos, principalmente, del viejo panadero Lorenzo Servitje, mecenas de muchos aspirantes panistas a cargos de elección popular y hoy abierto impulsor de la compra de voluntades para el PAN en la ciudad de México.
La nueva presidenta semanales en las que la lideresa del PAN en el Distrito Federal se aprenda los modos, las formas y el fondo de lo que quieren los barones del dinero.
Por lo pronto, con más intensidad en la Gustavo A. Madero, pero en sí en todas las delegaciones no panistas, se inició la labor azul: se reparten tinacos a quienes no hagan caso a la campaña de afiliación que echó a andar el PRD, es decir, hay premios para los que busquen al panismo y abjuren de los colores negro y amarillo.
Según nos dicen, esto va acompañado de una campaña en medios electrónicos con el mismo sello de mentira que uso Calderón para la campaña presidencial, y una serie de entrevistas a modo en las que la presidenta exhiba el populismo del gobierno, ahora con Marcelo Ebrard al frente, y señale los beneficios del "humanismo" que impuso Servitje, como nueva letanía panista. Por eso, este fin de mes, cuando pese al charro Hernández Juárez la gente del PRD vuelva a las calles, será más que oportuno recordar a la gente que el "humanismo" que proponen los azules quiere decir, entre otras cosas, aumento al precio de los básicos, y como dijo Calderón, vender el país al precio más barato para convertir a los mexicanos, cualquiera que sea su signo político, en empleados de los dueños del mundo. En eso consiste la forma "humana" de ver las cosas con el cristal azul.
Sin cambios en el PRD
Según se cuenta entre los perredistas de la ciudad la cúpula de su partido no sufrirá ningún cambio, por el momento.
Para decirlo con claridad, los perredistas en la ciudad de México aseguran que no están en las mejores condiciones para efectuar cambios en la estructura nacional, por lo que Leonel Cota seguirá al frente del partido. Ni modo.
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