Víctor G. Ayluardo
No le bastaron a Vicente Fox Quezada sus 2190 días frente al gobierno, para cansarse de mostrar una y otra vez el grado de estupidez, al que el señor de las botas, es capaz de llegar.
Ahora en su nuevo rol de animador de fiestas políticas de magnates empresariales estadounidenses, el representante de la transnacional Salinas-Fox-Calderón, no se abstuvo de aventar al anafre político, un trozo mas de lengua, poniendo en evidencia lo que ya todos sabíamos, la ingerencia descarada de Vicente Fox, en el pasado proceso electoral, cosa que el Tribunal Federal Electoral nunca se atrevió a aceptar como real, por su limitada calidad moral representativa y sobre todo, por sus pactos políticos previamente estipulados con los altos funcionarios foxistas, y el grupo ,empresarial que veían en el triunfo de Felipe Calderón, seis años mas de saqueo garantizado, la provechosa línea económica para sus bolsillos y un anexo mas a todo eso, la impunidad a los hijos de la pareja presidencial, y a los muchos negocios beneficiarios de favores por parte de muchos de los funcionarios del gobierno del "¿y yo por que?".
Ahora el revanchismo político de mala leche explotaba burbujeante de los labios de don chente, eructando la enorme frase -Perdí el desafuero, pero 18 meses después me desquité cuando ganó mi candidato- esbozo su risa burlona y cínica, mientras los alfileres que sostienen el gobierno ilegitimo de Felipe Calderón, se meneaban de un lado a otro por el sendo puñetazo que desde Washington habían asestado a su ya de por si cuestionable, desvirtuado y supuesto triunfo electoral el 2 de julio de 2006, bien dicen por ahí que el peor enemigo se encuentra en casa.
Felipe Calderón sigue teniendo todo en contra, las tepocatas le brincan al cuello, desde su misma madriguera, y se han convertido en la piedrita del zapato, desde Manuel Espino, pasando ahora por Vicente Fox, los supuestos operativos en contra de las bandas del narcotráfico han sido un juego mediático nada mas, basta ver en los canales de televisión abierta, un anuncio de la presidencia de la república, haciendo énfasis en el duro y cruento operativo antidrogas que esta llevándose acabo con la militarización del país y el aseguramiento del supuesto armamento de los carteles, que no deben ser mas que una ínfima parte del verdadero poderío que estas organizaciones manejan.
Lo que la presidencia intenta mostrar como una exitosa batalla contra los carteles de la droga nacional, es echado por tierra día a día, desde los diversos diarios que circulan por la capital del país, basta abrir una página, para leer las múltiples ejecuciones que diario ocurren a plena luz del día, importando o no que existan convoyes militares recorriendo las calles, y deteniendo a todos aquellos que muestren indicios de ser sospechosos, para muestra, lo ocurrido hace días en la boda del presidente de la cámara de diputados Jorge Zermeño, a metros del hotel donde se llevaba a cabo la recepción, fueron ejecutadas dos personas, sin temor alguno de que la zona estuviera peinada por agentes de la afi, el estado mayor presidencial, el ejercito y la pfp, el mensaje es claro, el operativo les va y les viene a los grandes carteles de la droga.
A todo esto, se le podría sumar el creciente descontento de la sociedad mexicana, que sigue buscando la forma de estirar el gasto para cubrir sus necesidades básicas, esos tres puntos, sin duda, están siendo un verdadero dolor de cabeza para Felipe Calderón y su equipo, que nada mas no pueden encontrar la brújula de algo que ya había comenzado a naufragar minutos después del primero de diciembre. Aún le restan 2090 días al sexenio de Calderón, claro, dándole el beneficio de la duda de que los cumpla, y como hemos visto, ese tiempo nunca es suficiente para dejar de hacer estupideces.
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