Luis Javier Garrido
¿Está México gobernado por el crimen organizado?
1. La incompetencia mostrada por el gobierno de facto de Felipe Calderón durante cinco meses ha puesto de relieve un hecho: que la administración espuria que él encabeza se halla vinculada y sometida a muchos intereses del crimen organizado y en especial a las mafias del narcotráfico.
2. Los mecanismos de infiltración del narcotráfico en el gobierno mexicano no han sido muy distintos de los existentes en otros países, pero sí llama la atención el grado de control que los cárteles que operan aquí tienen ya de las instancias estatales. En Estados Unidos, desde la administración de George Bush padre (1989-1993), se señaló que los cárteles estaban ya coludidos con el gobierno republicano, y en Colombia esta semana acaba de estallar un escándalo por las evidencias de la colusión del presidente Alvaro Uribe con narcos y paramilitares, pero nada que se compare al caso mexicano, donde los dirigentes de dos de los principales partidos, el PRI y el PAN, guardan relaciones estrechas con el bajo mundo.
3. La campaña de Calderón, utilizando al Ejército para simular que está luchando contra el narcopoder cuando en realidad está coludido con él, no ha logrado los fines que pretendía de legitimar su imagen y de militarizar el territorio nacional para someter la inconformidad social, pero sí está obteniendo un objetivo por el baño de sangre que se está produciendo en distintas entidades, que es el de distraer a la atención nacional de sus políticas entreguistas.
4. En las 20 semanas del gobierno espurio, se han producido cerca de 700 muertos y en las últimas hay ya un promedio de seis a ocho ajusticiados por día, lo que en cualquier parte del mundo sería escandaloso, pero que aquí no ha servido más que como cortina de humo para permitir a quienes buscan gobernar seguir desmantelando a la nación para beneficio de intereses trasnacionales. Algunas iniciativas descabelladas han sido detenidas, como la que proponía abrogar la Ley de Neutralidad, pero otras más han pasado, desde el alza de la tortilla y otros básicos hasta las reformas legales que desmantelan al ISSSTE, y las amenazas de lo que se pretende hacer son de mucha gravedad. Ya un grupo, por ejemplo, anuncia sus intenciones de producir bioenergéticos en el estado de Chiapas (La Jornada, 26 de abril).
5. En una organización política como la de México, en la que el poder de los cárteles controla espacios claves del poder financiero y de la burocracia política y la Judicatura, así como de los aparatos de seguridad estatal, incluyendo al Ejército, la Marina, la PFP y las policías judiciales, una lucha contra el narco debería empezar por una depuración de las instancias del poder, y no por una operación mediática de propaganda de un gobernante espurio, caracterizada por el establecimiento de algunos cuantos retenes y el arresto selectivo de uno que otro traficante menor.
6. El caso más escandaloso es el de Carlos Salinas de Gortari, impunemente vinculado con los principales cárteles, quien fue uno de los artífices del fraude electoral de 2006, y quien a través de sus prestanombres ha reconstituido su inmensa fortuna y controla hoy de manera directa varias instancias estatales, como la SCT, que supone carreteras y aeropuertos, gracias a su complicidad estrecha con quien actúa como un pelele suyo.
7. El gobierno de facto de Calderón nada ha hecho tampoco por proceder penalmente contra los panistas señalados por su vinculación con el narcotráfico en las administraciones locales de Ernesto Ruffo en Baja California, Francisco Barrio en Chihuahua, o Sergio Estrada en Morelos, ni mucho menos contra panistas notorios, como el ex senador Diego Fernández de Cevallos, señalado como hombre de confianza del cártel de El señor de los cielos, o contra los hijos de Marta Sahagún, también señalados en negocios de estupefacientes.
8. No puede sorprender, por lo mismo, que los voceros de Los Pinos guarden absoluto silencio sobre el reportaje publicado en Proceso 1590, del 22 de abril, en el que el prominente panista Emilio Goicoechea (ex secretario particular de Fox), designado por Calderón como su embajador en Canadá, y quien -según se señaló en esos días- fuera un activo orquestador del fraude de 2006, aparece en una secuencia fotográfica en abierta camaradería con el narcotraficante Genaro Caro Quintero.
9. La llamada "reforma del Estado" de 2007, que impulsan el senador salinista Manlio Fabio Beltrones y el diputado, también salinista, Emilio Gamboa en nombre de Calderón, y que una vez más anunciaron en el Palacio de Minería delante de miembros corruptos de la "clase política" como Fernández de Cevallos y Luis Carlos Ugalde, al instalar una Comisión para "la Negociación y la Construcción de Acuerdos" (sic), no es, por consiguiente, más que una tentativa más de estas mafias del crimen organizado para subordinar a fuerzas de oposición y seguir desmantelando la Constitución de 1917.
10. El futuro de México exige, por lo mismo, una mayor convergencia de las fuerzas populares para ponerle un alto a quienes, usufructuando de manera ilegítima el poder, siguen destruyendo a la nación.
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